El coronavirus deja una caída de las ventas de coches del 69% en marzo
La reducción de la demanda se agrava con el cierre de los concesionarios
La crisis del coronavirus impactó de pleno en las matriculaciones de vehículos en el mes de marzo. Cayeron un 69%, un nivel nunca visto antes, básicamente por el estado de alarma decretado por el Gobierno y que obligó a cerrar puntos de venta a partir del día 16, una decisión que agravó el pesimismo que se mantiene en el mercado desde el año pasado. El resultado: apenas se adquirieron 37.644 vehículos durante todo el mes, según los datos recopilados por fabricantes y vendedores. Hasta ahora la cifra más baja de un mes de marzo se situaba en 2013, cuando se vendieron 72.678 vehículos. Entonces había una tasa de paro superior al 25%.
El canal que sufrió más la crisis fue el de los alquiladores, que redujo un 75% sus comandas al desaparecer las perspectivas turísticas de Semana Santa. En la segunda mitad del mes apenas adquirió medio millar de vehículos. Las compras de particulares, un mercado especialmente débil desde el ejercicio pasado, se contrajeron un 67%. Las matriculaciones efectuadas durante la segunda mitad del mes se deben básicamente a operaciones realizadas en meses anteriores.
Seat, Toyota y Volkswagen fueron las marcas que más vehículos vendieron en marzo, mes en el que se impuso el Seat Leon como el turismo más vendido, seguido del Nissan Qashqai y el Seat Arona. Ninguno de ellos superó las 2.000 unidades. El escaso número de ventas permitió que los coches verdes (eléctricos, híbridos y de gas) alcanzaran una cuota del 20%.
El parón que se empezó a mascar a partir de la tercera semana de marzo es el principal responsable del colapso del mercado, si bien en los primeros siete días ya se notó una abrupta caída, sobre todo de la mano de las compañías alquiladoras, que redujeron su demanda un 95%. La segunda semana la caída fue menor, pero ya en los días posteriores las ventas se aproximaron a cero, una vez se decretó el estado de alarma.
La cuarta semana de marzo, la última de siete días del mes, acabó con una contracción del 97%. En ese momento la totalidad de las fábricas españolas ya estaban cerradas. Su producción quedó tocada por la rotura de la cadena de suministro y la incapacidad de asegurar las condiciones de seguridad de su plantilla para evitar la propagación de la Covid-19. Pero también influyó en su decisión la desaparición del mercado, tal y como admitió primero Volkswagen y fueron asumiendo el resto de grupos automovilísticos. En España las primeras previsiones advertían de una caída de la producción superior al 50% solo en marzo, que continuaría en abril.
El reguero de ERTE en las fábricas de vehículos y de su industria auxiliar ha sido continuo en las últimas semanas. También en el de los concesionarios, cuya patronal Faconauto advertía hace una semana advertían que el cierre de los concesionarios llevaría a regulaciones temporales de empleo a unos 151.000 trabajadores, tras dejar un agujero en su facturación de 2.500 millones de euros. Apenas un 6% de sus plantillas se mantienen activas para servicios de urgencia.
Las ventas de vehículos comerciales también cayeron un 67,2%, hasta los 6.703. La afectación en vehículos industriales, autobuses y microbuses fue menor que la de turismos. Sus matriculaciones cayeron un 36,8%, hasta las 1.321 unidades.
La patronal de fabricantes, Anfac, ha reclamado la puesta en marcha de un plan de choque para recuperar cuanto antes las ventas una vez se levante el estado de alarma. El cierre de concesionarios asimismo vaticina, según Faconauto, caídas mantenidas de las matriculaciones de un 90% en los dos próximos meses.
El desplome sufrido en el mercado de los automóviles se repitió en el de las motocicletas. Sus ventas en marzo se hundieron un 42,5% y se situaron en las 9.479 unidades. Esa cifra representa 431 unidades diarias, cuando hasta el 13 de marzo ese número era de 833. El problema para el sector de las dos ruedas es que ahora entraba en su época más fuerte de ventas. El secretario general de Anesdor, José María Riaño, ha solicitado también un plan de choque para recuperar las ventas.
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