Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme: “El Gobierno ha actuado de forma unilateral, sin planificar”

En el mundo empresarial, la decisión del Gobierno de parar aún más la actividad económica y aumentar el confinamiento ha caído como un jarro de agua fría. Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, es de los que se ha mostrado más contenido, incluso comprensivo en parte. “La salud pública está por encima de cualquier otra cuestión y cualquier medida que se tome para paliar esta crisis se debe respetar, incluida esta”.

Pero a este empresario granadino, regente de una compañía de instalaciones eléctricas con unos 100 empleados en España, le molesta que el Gobierno “la haya tomado de forma unilateral”. La entrevista con Cuerva se hizo el sábado a mediodía por teléfono. Se actualizó el domingo por correo electrónico para conocer su opinión sobre el decreto de paralización. “No se puede aprobar una medida de tal magnitud sin tomar en paralelo medidas contundentes fiscales, económicas y laborales que hagan posible que la empresa pueda asumirlo”, reclama.

Con mucho cuidado de no cuestionar el fondo de la decisión, Cuerva sí protesta por la forma: “La industria y la construcción necesitan tiempos para parar. A los hoteles les dejaron una semana. Cerrar obras o cadenas de producción es difícil. Por ejemplo, me llaman muchísimas empresas preguntándome si podrán ir a desmontar la maquinaria, que vale un dineral, o si la dejan abandonada. La incertidumbre es total y las empresas ya tienen bastante con la crisis del coronavirus para enfrentarse encima a medidas sin planificar”.

Gerardo Cuerva pide certezas para las pequeñas y las medianas empresas. “Son por las que yo hablo”, asegura. Al también vicepresidente de CEOE no le gusta la cantidad de decretos y modificaciones legales que hay: “Uno de los problemas gravísimos es que en esa vorágine de normas y cambios de normas la pyme no sabe dónde está. No pienso en la empresa que tiene un departamento financiero o de recursos humanos. Pienso en la que sus asesores son externos y hoy tiene dificultad para contactar con ellos”.

Defiende con vehemencia que los empresarios no piensan en despedir, por eso rechaza la restricción que impuso el Gobierno el viernes. Y defiende que no es cuestión de más o menos indemnización: “Me salen ampollas en la boca si hablo de despidos caros o baratos. No me quiero desprender de mis trabajadores. Nadie en la empresa quiere despedir a nadie. No queremos despedir, queremos medidas para proteger nuestras empresas”.

También piensa que en las anteriores ha faltado “sensibilidad” hacia las pymes. “Muchas veces las medidas están bien estructuradas y tienen su sentido. Pero hay un problema gravísimo en la implementación real. Ahí la pyme está sufriendo. No tiene estructuras. Le cuesta mucho trabajo implementar esas medidas de ámbito general que están bien. Son medidas acertadas en el camino pero que de nada sirven si la compañía no tiene un procedimiento claro de implantación”, desarrolla.

Como máximo dirigente de Cepyme, Cuerva piensa que la salida de la crisis será costosa. “No va a ser tan rápido como quisiéramos”, pronostica. “Si dejamos a las compañías morir, el día uno [después del estado de alarma] sí que será catastrófico. Y yo creo que va a ser duro. No va a ser automática la vuelta a la normalidad”.

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