La Bolsa termina en positivo una jornada marcada por la volatilidad pero pierde casi un 3% en la semana
El Ibex revierte casi por completo las fuertes ganancias logradas en el tramo inicial de la sesión y termina con una subida del 0,74%. En un mes se deja más de la tercera parte de su valor
El bálsamo que supuso el superprograma de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE) prolongó su efecto una jornada más, sus efectos empiezan a desvanecerse. Tras las cuantiosísimas pérdidas acumuladas en el último mes —el Ibex 35 se deja casi la tercera parte de su valor desde mediados de marzo—, la Bolsa española comenzó la sesión con ánimo y subidas que fueron perdiendo fuelle con el paso de las horas. Al final, el selectivo español cerró la sesión con una subida del 0,74%, lejos del resto de grandes parqués europeos (París, Fráncfort, Londres). Con este leve ascenso, el Ibex termina la semana en rojo, a pesar del regreso con fuerza de algunas grandes gestoras de fondos de inversión, como Blackrock, que el jueves volvieron a comprar acciones del índice a unos precios que no se veían desde el fatídico verano de 2012. En un mes, el selectivo español retrocede un 36%.
Por valores, Aena, ACS, ArcelorMittal, Colonial, CIE Automotive e IAG fueron los grandes beneficiados de una jornada que, como viene siendo habitual en los últimos tiempos, estuvo marcada por la volatilidad extrema. Todos ellos lograron subidas de doble dígito. En el lado contrario, Bankia, Indra, Masmóvil, Telefónica, Caixabank y Amadeus sufrieron castigos superiores al 5%. En Europa, el Eurostoxx, que agrupa a las 50 mayores compañías cotizadas del Viejo Continente, se anotó un 3,14%. El Cac 40 parisino fue el gran destacado con una subida de algo más del 5%, con el Dax alemán a la zaga (+3,7%). El FTSE londinense firmó tablas y la libra alejándose del nuevo mínimo histórico frente al dólar con el que cerró el jueves. El euro, entretanto, retrocedía levemente frente al dólar en una sesión en la que llegó a recuperar más de un 1%.
Por su parte, el petróleo, uno de los activos más golpeados en las últimas semanas, entraba en negativo en el tramo final de la sesión. Las dudas sobre cuándo y cómo saldrá de esta la economía mundial siguen pesando demasiado.
Las grandes beneficiadas del plan de compra de activos del BCE por hasta 750.000 millones de euros y su giro de 180 grados en el mensaje —del “no estamos aquí para cerrar los diferenciales de deuda” al “tiempos extraordinarios requieren acciones extraordinarias; no hay límites en nuestro compromiso con el euro”—siguen siendo las primas de riesgo de los países que estaban en primera línea de fuego de los mercados: Italia y España. La rentabilidad exigida al bono italiano y español a 10 años cae una jornada más, aunque con menor ímpetu, y reducen la brecha respecto al bono alemán: el diferencial italiano baja en tres puntos básicos y queda por debajo de los 200, y el español queda en 105, cuatro menos que a cierre del jueves. Ese descenso en el interés del papel español e italiano es vital para que sus respectivos Gobiernos puedan financiar los muy necesarios programas de estímulo para que la economía vuelva a la vida con la mayor normalidad posible tras el frenazo en seco por la cuarentena.
Al cambio de guion del BCE con el anuncio del miércoles por la noche —bienvenido pero insuficiente, según el primer ministro italiano Giuseppe Conte; “o la eurozona responde a una y sale reforzada o está en riesgo de desaparecer”, completaba el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire— se suma este viernes la acción coordinada de la Reserva Federal con el BCE y otros grandes bancos centrales del mundo para ofrecer diariamente liquidez en dólares, la gasolina financiera por excelencia. Y unas declaraciones de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en las que abre la puerta a la emisión de eurobonos (deuda respaldada por el conjunto de los Estados miembros y no solo por un país, como ocurre hasta ahora) para rescatar la economía “sin condiciones ni peros”. “Estamos analizando todo; todo lo que ayude en esta crisis se utilizará”, ha dicho la jefa del Ejecutivo comunitario en la emisora de radio alemana Deutschlandfunk.
Los eurobonos son un viejo anhelo de los Estados del sur de la Unión, como España, Italia, Portugal o Grecia, a los que siempre se ha negado tanto Alemania como Países Bajos y Finlandia. Pero hasta la canciller germana, Angela Merkel, ha dejado la puerta abierta en los últimos días a, al menos, discutir la creación de un instrumento de financiación paneuropeo. El severo golpe del coronavirus puede conseguir lo que la crisis de deuda de 2012 no logró. “La vida sin eurobonos es muy dura y ahora se está viendo”, resume Antonio García Pascual, profesor de Finanzas de la Universidad John Hopkins.
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