Los hoteles se preparan para echar el cierre
Los empresarios hoteleros, con ocupaciones bajo mínimos, esperan la orden del Gobierno de cerrar los establecimientos aún abiertos
Desde hace días, los hoteles españoles apenas tienen clientes. Las tasas de ocupación no llegan al 10% prácticamente en ningún sitio y los pocos en los que queda algún huésped esperan la orden para echar el cierre para evitar los gastos derivados de estar abiertos y evitar posibles contagios, tanto entre el personal como entre los clientes. Por todo ello, los hoteles esperan que llegue una orden del Ministerio de Sanidad para proceder al cierre de todos los hoteles que aún permanecen abiertos, salvo aquellos que hayan sido puestos a disposición de las autoridades sanitarias y los alojamientos de larga estancia.
Juan Carlos Sanjuán, propietario de la cadena valenciana Causal, especializada en hoteles céntricos, ya decidió la semana pasada cerrar 17 establecimientos, incluso antes de que se decretase el estado de alarma. “Vimos que teníamos que preparar el cierre, hablar con los clientes, devolver el dinero, negociar otras fechas, anular y cambiar reservas”, explica Sanjuán, que fundó la cadena hace seis años en Valencia y ahora tiene presencia en otras ciudades de España y Portugal y un proyecto en marcha en Florencia. San Juan se adelantó a la petición que hizo el domingo, ya con el estado de alarma, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) para que el Gobierno decretase “de forma ordenada y escalonada” el cierre de los establecimientos.
En Barcelona, una ciudad con más de 82.000 camas en 500 hoteles, el cierre ordenado ya se estaba ejecutando con fecha uno de abril como tope por indicación del gremio de hoteles. Este miércoles, apresuraron la tarea, ante la circulación de un borrador de orden ministerial que ordenaba el cierre de los hoteles a medida que se vayan quedando sin clientes. Fuentes del Ministerio de Sanidad no dieron validez a ese documento. Ramón Estalella, secretario general de Cehat, indicó a este periódico que están esperando la llegada de esa orden. “Queremos cerrar, porque hay incluso algún caso de abuso, de gente que ha pensado que es mejor pasar la cuarentena en un hotel en España que en Brighton”, explica.
Los hoteles de la capital catalana se fueron vaciando aceleradamente la semana pasada con ocupaciones que ya habían caído al 20% y con insólitas situaciones como la de una única cliente en el hotel Sofia, de cinco estrellas, y 495 habitaciones. “Esto se está quedando totalmente vacío”, afirma el director de un importante hotel de la Costa del Sol que este miércoles apenas mantenía unos 200 turistas, de una capacidad cinco veces mayor, que solo pueden abandonar sus habitaciones para bajar al restaurante a comer. El litoral malagueño solo aloja ya a 6.500 personas, tras acumular a 13 millones en 2019. En Sevilla, apenas hay 2.400 y, en Granada, poco más de un millar. Las tasas de ocupación bajan ya del 3%.
Mientras las grandes cadenas hoteleras de Baleares, como Meliá, Iberostar, Barceló y Riu han anunciado el cierre inmediato de sus hoteles en todo el mundo, los establecimientos de las islas van cerrando de forma progresiva. Días antes de que se decretara el estado de alarma el 25% de la planta hotelera de Mallorca permanecía abierta, sobre todo los establecimientos que acogen turistas del Imserso o cicloturistas de países del norte de Europa que aprovechan esta época del año para viajar a las islas. Desde la Federación Hotelera de Mallorca, que agrupa el 90% de hoteles de la isla y aglutina alrededor de 200.000 plazas, explican que el domingo se remitió una carta en varios idiomas a los hoteles que permanecían abiertos para que los clientes fueran informados de las medidas de confinamiento adoptadas por el Gobierno y la recomendación de que regresaran a sus países de origen previo contacto con sus touroperadores. El miércoles quedaban por salir algo más de 15.000 visitantes por lo que el cierre de la planta se hará de forma paulatina. En Palma, un hotel del paseo Marítimo lleva días abierto para dar servicio a un solo huésped. Este jueves al fin, cierra sus puertas.
Larga estancia
Según Cehat, se espera que solo se permitirá mantenerse abiertos a los alojamientos que alberguen clientes de larga temporada, siempre que cuenten con instalaciones como cocina o baño propio. “Estos tienen que mantenerse abiertos”, explica Estalella, “porque hay muchas personas de servicios esenciales que se alojan en ellos, como sanitarios o empleados de empresas de alimentación, además de familiares de enfermos, etcétera”.
Sanjuán, con 236 empleados, admite que “vamos a plantear un ERTE para garantizar la viabilidad de la empresa”. “Es muy pronto para hablar de pérdidas porque no sabemos cuánto durará el aislamiento”, afirma Manuel Cornax, presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia, que tramita ya el cierre de 76 de los 209 establecimientos a los que representa, el 80% de la oferta. Para Gregorio García, presidente de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada las consecuencias de esta pandemia serán “dramáticas” para un sector que en la provincia granadina genera 15.000 empleos.
Unos 250 hoteles de toda Andalucía han cerrado ya. Los apartamentos turísticos van por el mismo camino. Aún mantienen la actividad, pero ya están recibiendo cancelaciones diarias e incluso turistas que tenían reservas para meses como noviembre o diciembre ya han avisado de que no vendrán, según fuentes de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Málaga y la Costa del Sol. “La temporada de 2020 ya está muerta, no se puede recuperar”, cuenta Luis Callejón, presidente de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Fahat).
“Ver un hotel completamente vacío como el Valencia Palace que nunca ha estado cerrado ni cinco días en sus 27 años de vida es muy triste”, afirma Javier Vallés, director general del grupo SH Hoteles. El martes salió el último cliente del citado establecimiento de cinco estrellas. El grupo cuenta con dos hoteles más. Se les ha planteado a los trabajadores, entre 250 y 270, que se “cojan vacaciones” y la mayoría así lo ha hecho, lo que no evita probablemente la presentación de un ERTE. Reabrirán cuando lo permita la ley. “Tenemos que aguantar para volver a ver la luz, que la veremos”, asegura.
Con información de Blanca Cía, Nacho Sánchez, Javier Arroyo, Margot Molina, Ferrán Bono, Lucía Bohórquez y Javier Salvatierra.
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