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Columna
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Negocios y transición ecológica en Iberoamérica

La región es una potencia en renovables por su riqueza de recursos hídricos, eólicos y geotérmicos

Rebeca Grynspan Mayufis
Maravillas Delgado

Ha terminado la Cumbre del Clima 2019 (COP25), coorganizada por Chile y España, dos países de Iberoamérica. Tras las negociaciones de estos últimos días quiero presentar tres oportunidades que ofrece la transición socio-ecológica para la región.

Como decía recientemente la economista Mariana Mazzucato en The New York Times, para conseguir nuestros objetivos de sostenibilidad “tenemos que cambiar la narrativa… crear mercados, crear demanda, dirigir la inversión y la innovación a aquello que nos puede ayudar a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible”. Y para crear nuevos mercados, empleos y emprendimiento hace falta que pensemos en clave de oportunidades, no solo de riesgos.

Según un estudio del Pew Research Center, Iberoamérica es la que más se preocupa por el cambio climático, citándola como la mayor amenaza internacional. Esta preocupación ha comenzado a calar en el mercado y los consumidores. Según un estudio de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), la mayoría de nuestros ciudadanos está dispuesta a pagar más por bienes y servicios con impactos positivos en el medioambiente y la sociedad, y a ayudar a que crezcan las compañías que los producen, las denominadas “empresas con propósito” o de “beneficio e interés colectivo” (BIC), que ya representan el 6% de nuestro PIB y emplean a más de 10 millones de personas.

Aquí hay una oportunidad inmensa. Hasta ahora, los negocios más exitosos solían ser los que lograban ser más eficientes en términos de costo, sin importar las externalidades de sus procesos de producción, bajo la idea de que al consumidor lo que más le importa es el precio de las cosas.

Las encuestas comienzan a rechazar abiertamente esta premisa. Con el cambio generacional, está surgiendo un nuevo mercado para una gran variedad de emprendimientos, desde la artesanía hasta los bienes reciclables y la economía circular, desde los productos orgánicos hasta el turismo sostenible, desde las marcas con impacto social hasta los cafés que venden producto local.

Entre otros titulares buenos con poca cobertura, está el hecho de que Iberoamérica es la región con mayor porcentaje de renovables en su matriz energética, en buena parte gracias a su riqueza en recursos hídricos, solares, eólicos y geotérmicos.

Y esto es bueno no solo para el medio ambiente, sino también para los negocios. Según la International Finance Corporation, tan solo en América Latina, en los próximos 14 años, el mercado de inversión en renovables alcanzará los 600.000 millones de dólares. La región también es rica en uno de los minerales fundamentales para la transición energética: el litio. Ya el principal obstáculo de las renovables no es su coste de producción, sino su capacidad de almacenamiento. Por eso la importancia de las baterías hechas de litio, las cuales ya utilizan los coches eléctricos y la inmensa mayoría de nuestros accesorios digitales.

Nuestra región tiene las mayores reservas de litio en el planeta y grandes fuentes de energía limpia y renovable, lo cual nos presenta una oportunidad importante para diversificar nuestras exportaciones e innovar en nuestras cadenas de valor para generar empleo y negocios de calidad.

Iberoamérica ya cuenta con 13 unicornios, nueve en América Latina y cuatro en la península ibérica. De estas, seis están en el sector de logística y servicios urbanos, ya sea en micromobilidad, transporte o servicios de delivery. Esto no es coincidencia en la región más urbanizada del mundo, donde 80% de la población vive en las grandes ciudades. Desde reducir el número de vehículos en circulación gracias a los viajes compartidos hasta ofrecer servicios de última milla a través de coches eléctricos, desde poblar e incentivar la construcción de ciclovías hasta complementar el transporte público, las start-up de movilidad urbana están en la vanguardia por la transición energética en las ciudades, un área esencial en la lucha contra el cambio climático, siendo el transporte urbano una de las principales fuentes de contaminación en el mundo.

En un contexto de creciente congestión urbana, el mercado para este tipo de emprendimientos innovadores es gigantesco. Grandes inversiones extranjeras de venture capital europeos, norteamericanos y japoneses ven un inmenso atractivo en este sector, ya que combina dos áreas estructurales en las que la región está muy bien posicionada: la economía digital y la urbana.

Estas son tan solo tres ideas de los mercados que la transición ecológica está abriendo. Una pequeña muestra de una idea mucho más potente: encontrar en la transición socio-ecológica la mayor fuente de crecimiento de este siglo.

Rebeca Grynspan es secretaria general iberoamericana

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