Las gafas que ganan medallas
La asturiana Siroko diseña y vende gafas deportivas en más de 50 países. En 2018 facturó tres millones de euros
Todo empezó tras montar una empresa de diseño y ventas de gafas de sol. Un negocio que funcionaba, pero que se desvió de su rumbo inicial tras un encuentro con el representante del deportista olímpico Saúl Craviotto. “Nos propuso diseñar unas gafas para el piragüista y aceptamos”, explica Borja Mera, uno de los fundadores de Siroko. Con esas gafas Craviotto ganó una medalla de oro y otra de bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
A partir de aquí todo cambió y decidieron reconducir el negocio. “Vimos que nuestras gafas eran buenas y pensamos en dirigir la producción hacia el deporte, aunque conservando una parte en gafas de sol”, afirma Mera.
El ciclismo, el surf y el running son los deportes en los que, por ahora, concentran su producción. Sus diseños se hacen en Asturias, donde Siroko tiene su cuartel general, parte de las lentes llegan desde Italia y el resto de la estructura de las gafas se fabrica en China. “Vamos aprendiendo con el tiempo. Estudiamos cada deporte y sus necesidades: que no se empañen, que resistan golpes… e intentamos mejorar lo que hay en el mercado. Nuestra seña de identidad y lo que nos distingue es la creatividad, el diseño y nuestro peculiar packaging ”, señala Mera.
Tienen poco más de tres años de edad, pero se han colocado en la cumbre de algunos de los eventos deportivos más importantes en España, como el patrocinio de la Vuelta Ciclista a España, que les llegó a partir de su participación como proveedores oficiales de la Volta a Cataluña. También suministran sus gafas a los corredores de la Maratón de Valencia. Además son pioneros en la organización de eventos deportivos, como la única liga de surf que se celebra en España y que lleva su nombre.
Los primeros pasos de Siroko los dieron con una inversión inicial de 500.000 euros, fruto de la facturación de otras empresas que Mera, junto a otras nueve personas, habían montando con anterioridad. Hoy la empresa cuenta con 40 empleados que durante el pasado año sumaron una caja de tres millones de euros que esperan doblar en 2020. De esas ventas, un 75% corresponde a gafas deportivas (la mitad de ellas para ciclistas). “De momento, los beneficios se hacen esperar. Todo lo que ganamos lo invertimos en producto, diseño y sostenibilidad”, asegura el emprendedor.
Llevan vendidos más de 400.000 pares de gafas que solo se pueden adquirir a través de Internet . “La venta directa facilita mejores precios. Desde 45 euros y hasta 90 se pueden encontrar gafas de calidad y para todos los gustos”, apunta Mera. Una forma de comercialización que, en principio, suma algún inconveniente, como no poder probarlas, pero que ellos han solucionado incorporando en la web una guía de medidas. También ofrecen solución a las gafas graduadas con el clic óptico, un accesorio que se gradúa antes y se acopla en las gafas deportivas después.
Llegan a más de 50 países, con Italia, Alemania y Francia como principales mercados, que suman un 60% de la facturación. “Ahora estamos abriendo mercado en Estados Unidos y Australia, pero vamos poco a poco”.
En cuanto al futuro, Mera habla de un buen número de proyectos a corto y medio plazo. Entre los primeros están diseñar gafas para otros deportes, como el esquí o el motocross, y ampliar su oferta con accesorios, como maillots de ciclista (que ya están a la venta), culots, camisetas o deportivas para correr. Entre los segundos, prevén dar el salto a la tienda física, pero con una perspectiva diferente. “No queremos vender nuestras gafas en una tienda tradicional. Estamos pensando en otras ideas”, que el emprendedor, de momento, no quiere desvelar.
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