La venta de automóviles anticipa un año negro tras caer un 31% en agosto
Las transacciones acumulan una bajada del 9,2% durante los ocho primeros meses de año. La patronal justifica el retroceso de agosto por la entrada en vigor de la nueva normativa de emisiones
El sector del automóvil sufre su peor momento por las dudas sobre la normativa de emisiones y la crisis mundial del sector. Los datos de matriculaciones difundidos este lunes por los fabricantes, concesionarios y vendedores revelan que, en agosto, se matricularon en España 74.490 coches, un desplome del 30,8% sobre el mismo mes del año anterior y encadenan cuatro meses seguidos en negativo. La explicación está en la comparación con el inusual avance de agosto de 2018, cuando los concesionarios impulsaron las ventas antes de la nueva normativa de emisiones. Las ventas acumulan un descenso del 9,2% desde enero.
El mes de agosto ha sido especialmente negativo para las ventas en el sector de la automoción. Los datos culminan un proceso de descenso en las matriculaciones que empezó justo hace un año. La razón: la entrada en vigor, en septiembre de 2018, de la normativa sobre emisiones contaminantes conocida por su acrónimo, WLTP, que endurece los requisitos de emisiones para poder homologar los vehículos.
Las restricciones a los coches más contaminantes llevaron a los concesionarios a dar salida a muchos de los vehículos no homologados que tenían en existencias para venderlos como seminuevos o kilómetro cero antes de que en septiembre de 2018 entrara en vigor la normativa WLP. Para atraer a los clientes, los concesionarios rebajaron los precios. El resultado fue un excepcional incremento de las ventas en el mes de agosto del año pasado, con una subida del 50% que se sumaba a la del 19,3% de julio.
Tras dispararse las ventas en el frenesí veraniego del año pasado por la inminente entrada en vigor de la normativa europea, empezó la caída de matriculaciones, con un primer descenso en septiembre de 2018 del 17%. Ahora, la comparación con ese mes de agosto hace temblar las estadísticas, y explica que las matriculaciones que han dado a conocer las patronales muestren, con 74.490 turismos y todoterrenos matriculados, el desplome del 30,8%.
Pero tras el declive de las ventas hay más motivos. El sector del automóvil vive una doble crisis. Por un lado, aún trata de sacudirse la pérdida de reputación del diéselgate, el caso del fraude de las emisiones de coches diésel. Y por otro, sufre los coletazos de la crisis mundial en las manufacturas por la guerra arancelaria entre EE UU y China. Eso explica que la caída acumulada desde enero sea del 9,2%, con 883.649 unidades vendidas. España no es un caso aislado. Las matriculaciones en Italia también retrocedieron un 3,11%. El sector se ha resentido en Reino Unido y Francia. Y se espera que las ventas en Alemania también se moderen.
Los datos publicados por los fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam) ratifican que la caída de ventas que se registra desde hace un año se explica por los temores a una desaceleración económica global. Pero los fabricantes añaden otro factor: la incertidumbre que genera la nueva normativa europea de emisiones contaminantes.
Sin contar las ventas adelantadas el año anterior, la caída este agosto sigue siendo importante, del 10%. “Si desestacionalizamos el dato, se puede ver que hay un efecto por la incertidumbre de la normativa. El consumidor no sabe qué comprar”, explica Noemí Navas, portavoz de Anfac. El Ministerio de Industria aprobó un plan de transición para cumplir con la normativa: en septiembre de 2018, se permitió la correlación de los valores de la WLTP con los indicadores de dióxido de carbono de las pruebas de la anterior normativa. En la segunda fase, que empezó el pasado domingo, la normativa de emisiones para la homologación utiliza los indicadores de la conducción real, y no los testados en el laboratorio.
“El consumidor espera a que la nueva tecnología que se adapte a las nuevas normas de emisiones sea más visible. La gente no quiere comprar un coche y que venga otra tecnología”, resumen los fabricantes. Este compás de espera a que se materialice la transición a una tecnología más avanzada ha creado, según Anfac, un efecto colateral: el aumento de las ventas de coches más económicos y antiguos, y por lo tanto más contaminantes, como medida para esperar a hacer una inversión más cuantiosa en el futuro. “Seguimos percibiendo una demanda latente y una bolsa de conductores que están posponiendo su cambio de vehículo, que podrán beneficiarse en el último cuatrimestre de un importante esfuerzo promocional”, explica Raúl Morales, portavoz de la patronal de concesionarios, Faconauto.
Los fabricantes prevén que a partir de septiembre empiecen a registrarse incrementos en las ventas —“porque se estarán comparando con meses que ya mostraron pérdidas”— y estiman que el año cierre con un descenso acumulado del 4%. Sin embargo, piden no bajar la guardia: “Un mercado débil no favorece a nadie. Para que a las 17 fábricas que hay en España se les adjudiquen mejores modelos, hay que demostrar que se venden. Todo esto puede afectar a la competitividad del sector”, afirman en Anfac.
Caída en todos los canales
La prueba de emisiones en conducción real entra en vigor
La prueba de emisiones en conducción real (RDE, por sus siglas en inglés) se aplicará de manera obligatoria, a partir del 1 de septiembre, para la homologación de turismos y furgonetas pequeñas, complementando al Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros (WLTP, por sus siglas en inglés).
El RDE mide las emisiones contaminantes como los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas que emiten los automóviles mientras circulan por la carretera, por lo que no reemplaza a la prueba de laboratorio WLTP. De este modo, la prueba RDE supone que un automóvil monitorizado con un equipamiento de medición específico recorre, durante un tiempo determinado, una serie de vías públicas que cumplen unos requisitos (vías urbanas, interurbanas o autopistas) y en una amplia gama de condiciones (altitudes, cuestas, temperatura ambiente, tráfico, carga del vehículo, etc).
El equipo específico instalado en el vehículo recopila datos para verificar que no se excedan los límites legislativos para contaminantes como el NOx. Para superar los criterios del RDE, en términos de medición de emisiones de NOx, casi todos los vehículos diésel deben estar equipados con sistemas de reducción catalítica selectiva (SCR) o Lean-NOx, entre otros, mientras que los modelos de gasolina de inyección directa pueden requerir filtros de partículas, lo que implica costes adicionales para los fabricantes y es posible que los coches más pequeños no puedan mantener sus precios actuales con dichas instalaciones.
Los datos muestran que la caída en agosto implicó a todos los canales de venta. Las ventas a particulares cayeron este mes un 27,5%, hasta 41.657 unidades. En lo que va de año, se han vendido 395.055 coches a particulares, frente a los 461.136 del año pasado, un 14,3% menos. Las empresas en general compraron 28.672 coches, un 34,4% menos que hace un año y acumulan un descenso en los ocho primeros meses del año del 5,1%. Finalmente, las empresas alquiladoras adquirieron 4.161 vehículos, un 36% menos, con lo que acumulan 204.358 unidades, un 4% menos.
Por su parte, las matriculaciones de vehículos comerciales ligeros se situaron en 15.394 unidades en agosto, parecido al mismo mes de 2018, y en 151.139 unidades en lo que va de curso, lo que supone un incremento del 2,4%. Las entregas de camiones y autobuses cayeron un 25,9% en agosto, mientras que en el acumulado del año descendieron un 0,7%.
Por combustible, el mayor descenso lo protagonizan los vehículos diésel, con una caída en agosto del 49,85%, y del 32,44% en lo que va de año, mientras que las matriculaciones del resto de combustibles, eléctricos, híbridos y gas natural, crecieron un 11,13%, con más de 10.000 unidades vendidas.
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