Gobernar entre los cisnes negros
En marzo de 2016 fue imposible formar gobierno. En octubre de 2016 se hizo in extremis y duró un año y medio. El siguiente gobierno duró menos de un año. Así es difícil hacer reformas
El paradigma dice que los cisnes son blancos. Cuando ves un cisne negro dices que es una anormalidad. Cuando ves el segundo cisne negro cuestionas el paradigma. Cuando ves el tercero reconoces que también hay cisnes negros. En marzo de 2016 fue imposible formar gobierno. En octubre de 2016 se consiguió in extremis y duró un año y medio. El siguiente gobierno duró menos de un año. En 2019 la historia se repite.
El escenario exterior para la economía española ha empeorado. Las exportaciones mundiales están estancadas desde el otoño de 2017. Y las importaciones europeas, que explican dos tercios de las ventas de las empresas españolas en el exterior, también. Eso explica la caída de la producción industrial, donde destaca la fuerte caída del consumo de electricidad. En los mercados financieros, la prima de riesgo está en mínimos y apenas se ve afectada por lo que sucede en España, aunque ya sabemos por experiencia que eso puede cambiar en cualquier momento.
La Encuesta de Población Activa, conocida este jueves, da señal de intensa desaceleración. En mayo y junio, afiliación a la Seguridad Social eliminando el efecto estacional y calendario, se crearon unos 350.000 empleos anualizados, muy lejos de los casi 600.000 empleos creados en 2018.
El turismo y la hostelería, los sectores que han explicado buena parte de la creación de empleo en los últimos años, sufren ahora la competencia de Turquía cuya divisa se ha depreciado un 50%. Si compites con Turquía por paquetes de turoperadores de sol y playa con todo incluido, los trabajadores tendrán sueldos próximos a los de Turquía. Los hoteles cuya estrategia es el turismo de calidad y que no dependen exclusivamente del turoperador resisten mejor, especialmente los hoteles urbanos y de turismo de interior que siguen creciendo.
La productividad de los trabajadores no crece desde 2014 y eso condena a los españoles a empleos y salarios precarios. Subir los salarios sin aumentar la productividad en una unión monetaria provocará de nuevo déficit con el exterior, aumento de la deuda externa y otra crisis como la de 2008. Para aumentar la productividad hay que aumentar el capital por trabajador o innovar y hacer las cosas diferentes. En 2018 la inversión pública en infraestructuras sobre PIB estaba en mínimos desde los años ochenta. Y la inversión pública en I+D en euros está en el mismo nivel que en el año 2000.
España necesita también una reforma eléctrica para que la bajada de precios en la producción fotovoltaica llegue a los consumidores, especialmente a nuestras industrias electrointensivas. España necesita que los ayuntamientos y comunidades autónomas puedan invertir en autoconsumo fotovoltaico sin que se lo limite la regla de gasto. España necesita que nuestras universidades y nuestras empresas se adapten a la era de la tecnología global. Especialmente en inteligencia artificial donde nos separa un abismo con los países líderes. España necesita que sus trabajadores entren en dinámicas de formación continúa en las nuevas habilidades digitales para prevenir el paro tecnológico.
Dicen que en España nos hemos italianizado. Y desde 1980 sólo Libia, Haití, Barbados, Grecia y el Congo han crecido menos que Italia. Veremos.
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