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La producción de coches en España vuelve a caer arrastrada por el mercado europeo

La fabricación de coches retrocede un 6% en mayo y encadena siete meses consecutivos de descensos

Una trabajadora en la planta de Renault en Valladolid.
Una trabajadora en la planta de Renault en Valladolid. CARLOS ROSILLO

La fabricación de vehículos en España cae al son de las matriculaciones en Europa, donde se encuentran sus principales compradores. Así fue en mayo, cuando de sus 13 fábricas salieron 294.146 vehículos, un 6% menos que el mismo mes del año anterior. Van ya siete meses consecutivos de reducción, que se están notando en las exportaciones de coches, también con un descenso del 4,6%.

No todo son malas noticias en las plantas españolas. Algunas están recibiendo nuevas asignaciones de modelos y se sitúan cerca de sus récords históricos de producción. Pero la dinámica general no es positiva para la industria, tal y como lo han demostrado en los últimos siete meses algunos expedientes de regulación temporal de empleo y las estadísticas de Anfac, la patronal de fabricantes. El de mayo es solo el último dato. En lo que va de año, el número de vehículos ensamblados en España ha descendido un 5,6%, mucho más de cómo acabó 2018 (caída del 1%).

Son los efectos de un virulento cóctel que está dejando grogui al sector. A la complejidad de asumir la nueva homologación de emisiones (la denominada WLTP, por sus siglas en inglés) con la que los fabricantes toparon en el segundo semestre del año pasado se le han añadido otros factores. Uno es el debilitamiento del mercado europeo, que en los primeros cinco meses del año acumulaba un descenso de las ventas del 2,1%, en parte a causa del estrangulamiento que sufren las matriculaciones en España, donde caen un 5,1%. Afectan también las dudas existentes entre los potenciales compradores sobre qué tipo de propulsor escoger, si diésel (tocado por el Dieselgate y controlado de cerca por las Administraciones), gasolina (amenazado también por futuras regulaciones que abogan por su prohibición para evitar emisiones de dióxido de carbono) o eléctrico (caros y con el problema de la autonomía).

La única esperanza para los fabricantes es que la dinámica europea continúe cambiando, como ocurrió en mayo, cuando las ventas volvieron a marcar positivo, pero apenas con un aumento del 0,1%, según los últimos datos de la patronal europea, ACEA. Alemania, el principal mercado, se anotó un aumento del 9,1% en mayo y en los primeros cinco meses ganaba un 1,7%.

El Banco de España, en su último Boletín Económico, advertía de la afectación que pueden tener sobre la economía española “las perturbaciones negativas sobre la demanda de automóviles en los países de la Unión Europea” y lo asemejaba al impacto que pudiera tener un Brexit desordenado. De momento, uno de los orígenes del freno en la producción se explica por la incertidumbre en Reino Unido, donde las exportaciones de coches fabricados en España cayó un 3,1%.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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