Saba acusa la falta de atípicos y reduce su beneficio neto a siete millones

Saba ganó el año pasado 8 millones de euros, tres millones menos a causa de que en 2017 se produjo la venta del negocio de parques logísticos, un resultado que no se repitió el año pasado. El grupo presidido por Salvador Alemany alcanzó los 223 millones de euros, un 4,6% más. El Ebitda, situado en los 106 millones, creció un 6%. La compañía está inmersa en el proceso de venta que ha iniciado su principal accionista, Criteria, la sociedad inversora de CaixaBank. El precio estimado de venta se sitúa en los 1.200 millones de euros, pudiendo variar en función de si se cierra una operación por la mayoría del capital o por un paquete minoritario.

Preguntado por ese proceso durante la junta de accionistas celebrada este miércoles, el presidente de la compañía --han apuntado fuentes de la compañía-- ha señalado que afrontan la posible venta con "tranquilidad" y sin "preocupación", al asegurar que la operación ya se daba por descontada cuando Saba vio cómo salían de su accionariado los fondos Torreal (que tenía un 20% del capital), KKR (18,2%) y ProA (10,5%). Alemany ha asegurado que el anuncio de la semana pasada no supuso "ninguna sorpresa"

El año pasado Saba cerró la mayor operación de expansión de toda su historia, que supuso el desembarco en Reino Unido, Alemania, Eslovaquia y República Checa, ampliando su catálogo por 74 nuevas ciudades, 800 aparcamientos y 170.000 plazas.

"Esta adquisición supone un salto cuantitativo, con un incremento del 80% en el número de plazas, y también cualitativo de primer orden, con una mejora notable de la cartera en nuestro negocio de aparcamientos, manteniendo la vida concesional media en torno a los 25 años", explicó Alemany.