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Columna
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La voz de los parados

El sociólogo Jordi Jodar y el filósofo Jordi Guiu han dado la palabra a más de cuarenta desempleados para que con su propia voz expliquen su lucha por sobrevivir

Andreu Missé
Una persona saliendo de una oficina de empleo de la Junta de Andalucía en Sevilla.
Una persona saliendo de una oficina de empleo de la Junta de Andalucía en Sevilla. Paco Puentes

El desempleo es el principal problema de los españoles. A pesar de su continuada reducción, es la primera preocupación para el 60,6% de los ciudadanos, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Conocemos el número de desempleados según el paro registrado (3.289.040) y según la Encuesta de Población Activa (3.304.300). También sabemos que la elevada proporción de desempleados constituye una anomalía en Europa. La tasa de desempleo en este país es del 14%, sólo superada por Grecia, 18,5%, frente al 6,5% de la media de la Unión, según Eurostat. En el caso de los menores de 25 años, la realidad es más desastrosa. En España un 32,6% de los jóvenes y en Italia un 33% están sin trabajo, el doble que la media europea (14,9%).

Sin embargo, todas estas informaciones no proporcionan una imagen fiel del deterioro social sufrido durante la última década. El sociólogo Jordi Jodar y el filósofo Jordi Guiu, profesores de Sociología de la Universitat Pompeu Fabra, han dado la palabra a más de cuarenta desempleados para que con su propia voz expliquen su lucha por sobrevivir. El resultado de la investigación lo han recogido en el libro Parados en movimiento. Historias de dignidad, resistencia y esperanza, (Icaria), que da una imagen mucho más sobrecogedora que las frías estadísticas.

Jodar y Guiu confiesan que “el origen del libro ha sido la indignación” ante “las barbaridades que cada día oímos sobre el trabajo y los trabajadores”. Consideran que los parados “no sólo son arrojados a la exclusión y sus aledaños sino que, además, son estigmatizados, denigrados e injuriados”. Los autores subrayan que “la línea que, hoy día, separa empleo y desempleo es mucho más fina y tenue de lo que imaginan muchos de los que componen nuestras clases medias y trabajadoras”.

La primera conclusión del libro es que los entrevistados “quieren y necesitan trabajar en una ocupación libre, digna y decente”. “El trabajo es básico” dice una joven desempleada. “¿Qué haces sin trabajo? No haces nada. El trabajo te lo da todo”. Desde otra perspectiva, otro joven destaca la realidad de la precariedad “esta idea de que el trabajo te da una dignidad y unos derechos no tiene mucho sentido cuando el trabajo es algo secundario, porque duras tres meses en él”.

El título del libro refleja el esfuerzo de muchos parados por encontrar empleo a toda costa. “Cuando no tengo trabajo, mi trabajo es buscar trabajo”. Son personas que “quieren trabajar, pero no sólo para ganarse el sustento sino también para ser independientes”. Los autores señalan que estar desempleado en nuestra sociedad es una “agresión continua” que también se refleja en la salud.

La investigación subraya el agravamiento causado por los cambios tecnológicos. Recuerda el pensamiento del profesor John Bellamy Foster, editor de la revista Monthly Review: “Es evidente que el capitalismo ha fracasado como sistema social”. Lo cierto es que un sistema que margina a una parte significativa de ciudadanos es difícilmente sostenible.

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