Tormenta entre los hoteleros españoles por las sillas europeas

Entre el temor al Brexit y los problemas por la creciente competencia de la economía de plataformas (alquiler de apartamentos, en este caso), la semana pasada se coló una nueva turbulencia en el sector turístico, en teoría ajena a ambos trances. El epicentro estuvo en la asamblea general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamiento Turísticos (Cehat), que vivió una bronca monumental generada por el desacuerdo sobre la representación de los hoteleros españoles en la Asociacion Europea de Hoteles y Restaurantes (Hotrec) y dirigida contra su presidente, el directivo Joan Molas, al que acusan de cacicada a favor del sector catalán por colocar al Gremi de Hoteles de Barcelona (GHB).

España tiene derecho a dos asientos en Hotrec, que están ocupados por Cehat y el GHB. Este hecho tiene muy atormentado a una gran representación de los hoteleros del resto de España, para quienes el GHB “se ha apropiado” del puesto con el beneplácito de Molas, dando una preponderancia a cataluña sobre el resto del país. La incorporación del GHB se produjo en unas circunstancias excepcionales, ya que sustituyó provisionalmente a la Federación de Hostelería y Restauración (FEHR), que por problemas financieros no podía hacer frente a los 30.000 euros de cuota anual en Hotrec.

La Cehat, ante ese escollo, planteó la posibilidad de efectuar una derrama para no perder el segundo representante. Al final, la derrama la puso íntegramente GHB, pero sin conocimiento del comité ejecutivo, que mostró una fuerte oposición alegando además que la Cehat tiene fondos de sobra para cubrir a la FEHR. Se pactó entonces que la única voz de España fuera la de Cehat y que la adscripción como socio del GHB duraría hasta que la FEHR volviera. Por eso, en la asamblea de mayo de 2018 en Málaga se acordó solicitar a GHB que se diera de baja en Hotrec con efecto en 2019.

Pero llegó 2019 y no pasó nada, por lo que en una reunión extraordinaria del comité ejecutivo, convocada “teniendo en cuenta la crisis interna y el desasosiego que este asunto está generando” el 10 de enero, Molas fue recriminado por no haber “tomado el toro por los cuernos”. Con el clima caliente, se convocó el pleno de la semana pasada en el que se exigió la renuncia de GHB y se planteó la dimisión de Molas y el adelanto de las elecciones a la presidencia, previstas para noviembre de este año.

Molas rehúso en la asamblea dimitir y se mostró remiso a adelantar los comicios

Según fuentes presentes en el acto, Molas defendió la presencia de GHB, rehúso dimitir y se mostró remiso a adelantar los comicios, lo que aumentó el enfado de la mayoría. La tensión fue a más cuando Joan Gaspart, vicepresidente de Cehat y de GHB, afirmó que si la Cehat “osaba pleitear para corregir esta situación, Barcelona se daría de baja en la patronal hotelera española”. “Haré todo lo posible para que el resto de asociaciones catalanes hagan lo mismo”, añadió para después dar un portazo y dejar plantados al resto de los asambleístas.

En este sentido, la irritación subió varios grados cuando se supo que los hoteleros del Gremi tienen posibilidad de vetar ante la patronal europea la posición que pudieran tener sobre cualquier cuestión en caso de que Barcelona no la compartiera. Para muchos dirigentes el exabrupto de Gaspart no deja de ser un tema menor que confían arreglar o en una reunión prevista para esta semana en la que impere la concordia y el sentido común. Sin embargo, el estallido es una muestra más del desconcierto soterrado que vive el sector desde hace tiempo y que ha llevado a ha mellado las relaciones entre Cataluña y el resto de España.

Joan Gaspart amenazó con alentar a las asociaciones catalanas a darse de baja

Como consecuencia de las presiones, Molas ha convocado un comité ejecutivo extraordinario para el 3 de abril en el que informará, junto a Juan Gaspart, de las últimas gestiones realizadas y discutir la última decisión que se debe tomar.

La única solución que se vislumbra para evitar cualquier cisma es la convocatoria de elecciones. Según los empresarios consultados, es la mejor forma de poner el contador a cero y que un nuevo equipo afronte el futuro del sector y la representación en el asociacionismo europeo. Asimismo, apuntan que permitiría recuperar al importante colectivo de hoteleros de Mallorca, que se dieron de baja de Cehat al estar en desacuerdo en los cambios de estatutos que hizo Molas para ser reelegido hace cuatro años.

A juicio de los hoteleros, la presencia de los dos representantes catalanes bloquea cualquier solución porque defienden sus intereses. Los hoteleros consideran que si respaldan a Molas, estarían otorgándole una patente de corso para hacer prácticamente lo que quisiera con Cehat, tanto en Europa como en España, pero ya sin llamarse a engaños. Molas necesitaría el respaldo de dos tercios de la asamblea para poder ser reelegido, al llevar 12 años en el cargo.

Y Garamendi tuvo que mediar

M. A. N.

El sector turístico vive desde hace tiempo con la amenaza de un cisma que ha provocado el alejamiento de grandes cadenas de la CEOE, “por no ser representativa”. Por eso, una de las primeras actuaciones de Antonio Garamendi tras asumir la presidencia de la gran patronal fue retirar a Joan Gaspart de la presidencia del Consejo Nacional de Turismo y reunirse con los principales hoteleros baleares para zanjar las diferencias. A la cita, el 25 de enero pasado, acudieron Simón Pedro Barceló, Carmen Riu, Sabina Fluxá, Miguel Fluxa, Abel Matutes, Gabriel Escarrer y Encarna Piñero.