Los cines de la familia Agustí no le tienen miedo a Netflix
Ocine cumple 75 años, factura 38,5 millones de euros y prevé seguir expandiéndose con nuevas salas por España y Francia
Todo comenzó con un cine de pueblo. Corría el año 1943 cuando el empresario Joan Agustí decidió vender su negocio de energía eléctrica para proyectar películas en una antigua sala de baile de Olot (Girona), a la que bautizó con el nombre de Núria. El éxito le llevó dos años después a abrir en Girona capital el cine-teatro Ultonia, que pronto se convertiría en referente cultural de la ciudad. Tras su muerte, en 1965, su hijo Narcís se hizo con el timón del negocio y emprendió una lenta expansión que desembocó en la empresa que hoy, con el nombre de Ocine, es una de las cuatro grandes cadenas de exhibición en España. Narcís Agustí sigue siendo el presidente de la compañía y sus tres hijos varones —Joan, de 51 años, Jordi (50) y Esteve (45)— la pilotan al alimón como consejeros delegados. Con presencia en nueve provincias españolas y dos ciudades francesas, Anglet y Béziers, Ocine gestiona 19 multicines con un total de 175 pantallas y más de 30.000 butacas. Cinco millones de espectadores han pasado este año por sus salas.
Desde su nacimiento, a finales del siglo XIX, el cine ha sobrevivido a crisis económicas, transformaciones sociales y cambios en los hábitos de consumo. La década de los noventa del siglo pasado vivió la eclosión de las multisalas, que acabaron con buena parte de los cines tradicionales ubicados en el centro de las ciudades. Víctimas de la nueva época, el Núria y el Ultonia también pasaron a mejor vida. Fue en 2000, el mismo año que cerró este último, cuando Ocine inauguró su primer complejo multisala en Girona. “El negocio cambió en sintonía con los nuevos parámetros de consumo”, recuerda Joan Agustí. “El público empezó a demandar cines con mejor imagen y sonido, butacas más cómodas y más facilidades para aparcar”.
Ocine cumple 75 años en un negocio con una creciente tendencia a la concentración y un peso cada vez mayor de las multinacionales. “Una de nuestras singularidades es la de ser la primera empresa del sector de la exhibición cinematográfica de capital 100% español, y además de capital 100% familiar”, explica el mayor de los hermanos Agustí. Yelmo, propiedad del grupo mexicano Cinépolis, y Cinesa, perteneciente al conglomerado chino Wanda, copan aproximadamente el 50% de los ingresos por taquilla en España. Ocine ocupa el tercer puesto empatada con la cadena belga Kinépolis.
¿Cómo se puede competir con las multinacionales? “Ser una empresa familiar de aquí, muy arraigada en los territorios en los que estamos presentes, nos hace ser muy ágiles en la toma de decisiones”, responde Jordi Agustí. “La empresa familiar transmite sus valores a su gente con más facilidad, y eso nos da una ventaja competitiva frente a las grandes multinacionales”. Joan puntualiza que es vital escuchar al cliente: “Por más esfuerzo y pasión que le pongamos, y por más visión de largo plazo que tengamos, es imposible sobrevivir 75 años sin estar constantemente atento a las demandas del espectador”.
El capital de Ocine está al 100% en manos de la familia Agustí. Sus tres responsables prevén facturar este año 38,5 millones de euros y se han marcado como objetivo superar los 40 millones en 2019. No dan cifra de resultados. La empresa, con sede social en Girona y oficinas en Barcelona, tiene una plantilla de 302 personas.
Los hermanos Agustí dicen no tener miedo al daño que Netflix o Amazon puedan infligir a su negocio. “El cine ha pasado muchas crisis y las ha ido superando, se ha ido reinventando”, señala Esteve. “Primero fue la radio y después la televisión, el vídeo y la piratería. Siempre hemos tenido competencia y siempre hemos sobrevivido”. El menor de los hermanos apunta que las plataformas digitales están ayudando a acabar con las descargas ilegales: “El consumidor está descubriendo que por un precio casi ridículo puede acceder a un contenido de calidad sin necesidad de piratear”. Están convencidos de que la gente va a seguir yendo a las salas de cine porque se trata de una experiencia totalmente diferente. “No es lo mismo ir a la ópera que escucharla en casa, como es distinto ver un partido de fútbol en el estadio a verlo en la televisión”, explica Joan.
Aunque está lejos de las cifras de espectadores de los años dorados, el cine sigue siendo una de las opciones de ocio más populares. Según el Anuario de Estadísticas Culturales 2018, publicado por el Ministerio de Cultura y Deporte, más de la mitad de la población dice ir al cine al menos una vez al año, muy por encima del teatro, los conciertos o los museos. Los cines españoles recaudaron 591,3 millones en 2017, ligeramente por debajo de los 602 millones del año anterior. El número de espectadores también experimentó una leve caída, al pasar de 101,8 millones en 2016 a 99,8 millones en 2017.
Los hermanos Agustí vaticinan que los jóvenes seguirán yendo al cine si les dan buenos contenidos. “Es tan sencillo como mirar el ranking de las 10 películas más taquilleras del año: todas ellas van dirigidas a un público adolescente, juvenil o familiar, en especial las de animación y de acción...”, señala Joan. “Si los contenidos top están pensados para esas franjas de población, es que van a volver”.
La experiencia de ir al cine cambia continuamente. Cada vez hay más espectadores que no se conforman sólo con ver una película y demandan que les sirvan comida en la butaca o poder reclinarse en el asiento. “Los cines estamos obligados a dar más de lo que la gente tiene en casa: sonidos envolventes, movimientos en la sala, proyección 4D... Son variantes de la experiencia clásica que están cada vez más presentes en nuestro mercado”, sostiene el mayor de los hermanos, quien subraya que para sobrevivir es clave estar a la última en sonido, imagen y butacas, los tres ejes del negocio.
El objetivo de los hermanos Agustí es seguir creciendo como hasta ahora, con prudencia y apoyándose fundamentalmente en recursos propios, pero sin desaprovechar una oportunidad de negocio. ¿Están abiertos a una oferta de compra? “Hemos recibido alguna insinuación, pero no hemos aceptado el baile”, dice Jordi. “No llevamos puesto el cartel de ‘se vende”, agrega su hermano Esteve, “pero quien sabe... la vida es larga y el mundo es pequeño”. Con vistas a 2019, Ocine tiene previsto abrir multicines en el centro comercial X-Madrid que se construye en Alcorcón (Madrid), en Castellón y en Burdeos (Francia). “Estamos creciendo a un ritmo de tres nuevos complejos al año y así lo haremos en 2019 y 2020”, apunta Jordi.
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