Más de 160.000 empleadas de hogar no cotizan a la Seguridad Social
La incidencia del trabajo a tiempo parcial en el sector doméstico cuadruplica en el resto del mercado laboral
Uno de los sectores donde hay más precariedad laboral es en el de empleadas de hogar. Y la mayor expresión de precariedad es trabajar sin que el empleador cotice por el trabajador. Esto le sucede, al menos, unas 164.000 empleadas de este sector, según un estudio de Oxfam Intermón y el Instituto de Estudios de Género de la Universidad Carlos III.
Para llegar a esta cifra, los investigadores parten de la encuesta de población activa y de la Seguridad Social en 2017. Esto supondría que casi el 26% de las mujeres —la gran mayoría de trabajadores del sector son mujeres— no estaría dada de alta en el instituto previsor. Este porcentaje es el más alto en los últimos años, ya que en 2015 y 2016 era más bajo. Esto se debe a que el número de mujeres que estaría en economía sumergida, extraido del contraste entre la EPA y la Seguridad Social, habría crecido en más de 13.000 en un solo año.
No obstante, las organizaciones que han hecho el estudio creen que este dato solo es un indicio y que el dato real podría se más alto. Según una encuesta a 205 empleadas de hogar, han concluido que el 43,4% de trabajadoras no cotizaría ni una sola a la semana. El porcentaje de las que cotizan por todas las que realmente trabajan se queda en el 8,7%. Entre unas y otras se sitúa un amplio grupo, el 47,9% que cotiza, pero no por todas las que realmente trabaja.
Cuando se analizan este informe, se observa cómo este sector soporta índices de temporalidad y de jornadas parciales muy superiores a lo habitual en el conjunto del mercado laboral. En el primer caso, la media ronda en toda España el 25% frente al 33% del sector doméstico. En el segundo, el promedio de jornadas parciales de esta actividad multiplica por cuatro al conjunto: el 62,2% frente al 15%.
Un elemento a destacar de quien trabaja a jornada parcial es la alta incidencia del subsempleo en el sector doméstico, es decir, de quien preferiría trabajar más horas pero no puede hacerlo. En este caso, la incidencia de la "parcialidad no deseada" llega al 60% de quien trabaja a media jornada, 12 puntos porcentuales más que en el conjunto del mercado laboral.
Más de un tercio por debajo del umbral de la pobreza
Todos estos indicadores de precariedad laboral disparados tienen consecuencias sobre la renta de las trabajadoras domésticas. En 2017, el 34,3% de hogares en los que vivía una de estas empleadas se situaba por debajo del umbral de la pobreza. De nuevo, su situación es bastante peor que la del conjunto de toda España: donde el porcentaje por debajo de ese nivel se queda en el 16,3%.
“Estas mujeres cubren un espacio que muchas veces el estado no cubre”, sentencia Liliana Marcos, investigadora de Oxfam. Según los cálculos suyos y Luis Gómez, de la Universidad Carlos III, todas las horas trabajadas en el sector valoradas según el salario mínimo interprofesional equivale a un 2,8% del PIB.
“Normalmente esto no se contabiliza, pero es un trabajo que se está haciendo. Este es un sector que siempre ha estado invisibilizado”, lamentó en la presentación de los datos Rafaela Pimentel, empleada doméstica presente en el acto de presentación.
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