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Planes de pensiones con letra pequeña

Las entidades ofrecen primas por traspasos, pero a cambio exigen una permanencia mínima y aportaciones periódicas

Oferta de planes de pensiones en una oficina bancaria de Madrid
Oferta de planes de pensiones en una oficina bancaria de MadridKIKE PARA

La campaña de fin de año de los planes de pensiones ya está aquí. Con el gancho fiscal como bandera, la temporada ha llegado antes que en años anteriores y, sobre todo, con novedades importantes a tener en cuenta por los inversores que estén pensando en contratar un producto para su jubilación. Uno de los aspectos más relevantes es que las bonificaciones que ofrecen las entidades a los ahorradores por traspasar el dinero desde sus competidores suben en general, llegando en algunos casos a rentar un 5%. Sin embargo, en la vida no hay nada gratis: para lograr esta prima de traspaso se exige ahora no solo que la cantidad a traspasar supere determinado umbral (a más cantidad, normalmente el interés ofrecido es mayor), sino también una permanencia mínima (hasta ocho años) e incluso compromiso (se deben hacer aportaciones periódicas durante todo el tiempo de permanencia).

En esta nueva tendencia en la promoción de los planes de pensiones, dos son los ejemplos más claros. El primero es la campaña lanzada por el Banco Santander. La oferta de la entidad comprende aportaciones que van de 2.000 a 20.000 euros, con un incentivo en efectivo del 1%. Si, además, el cliente se compromete a aportar al plan de pensiones al menos 100 euros al mes, la bonificación sube al 3%. El compromiso de permanencia que pide el Santander es de cinco años. Para las aportaciones de más de 20.000 euros, el premio inicial es ya del 3% y sube al 5% si el ahorro es sistemático. Ahora bien, en este caso el cliente debe tener su plan con el banco un mínimo de siete años. El año pasado, la máxima bonificación era del 4% ( para aportaciones de más de 30.000 euros) y no existía el incentivo de las aportaciones periódicas.

Vincularse a un producto durante tres o más años es una forma de cerrar puertas

Otra entidad que se ha subido a esta moda de diferentes incentivos y compromisos es Liberbank. Ofrece un 5% de bonificación para traspasos y/o aportaciones de importes superiores a 25.000 euros y un compromiso de permanencia de ocho años; el 4% si se prefiere reducir la permanencia a seis años. Para cantidades entre 5.000 y 25.000 euros, Liberbank ofrece un 3% a cambio de tener seis años ese dinero con ellos. Además, se puede obtener un 1,5% adicional sobre las aportaciones periódicas que realice el partícipe durante cinco años a través del Programa Ahorro Creciente. En 2017, el porcentaje máximo que ofrecía Liberbank era del 4% y se exigía un compromiso de tres años.

Por supuesto, en el escaparate financiero hay más ofertas. Bankinter, por ejemplo, paga este año hasta un 4% por las aportaciones, según sean los importes, una estrategia algo más generosa que el pasado año, cuando su señuelo llegaba solo al 3,5%. Por su parte, Abanca da este año hasta un 4% de incentivo si la aportación supera los 50.000 euros (con un máximo de premio de 5.000 euros); un 3% por traspasos superiores al 20.000 euros y un 2% para importes inferiores. Las aportaciones periódicas en Abanca tienen también incentivo, ya que al cliente le devuelven el importe de la primera de ellas siempre y cuando cumpla con la permanencia exigida de cuatro años.

Más promociones

En CaixaBank, aunque solo hasta el 31 de octubre, se puede obtener hasta un 4% de bonificación, pero siempre y cuando se mantenga el plan de pensiones hasta 2026, se hagan aportaciones periódicas de al menos 100 euros durante dos años y se tengan más de 65 años (requisito que puede solventarse traspasando los 30.000 euros). El BBVA clona en 2018 prácticamente la oferta del año anterior: bonificación del 3%, sin límite de saldo, con una permanencia de cinco años. En cambio, Mapfre recurre en 2018 a los tréboles que pueden llegar a suponer hasta el 3% del importe traspasado y, como en años anteriores, se obtienen descuentos en las pólizas de coches, hogar, accidentes y salud. Exige una permanencia de 5 años. Bankia regala hasta una pulsera para medir la actividad física y un podómetro. Y este mismo espíritu de ganchos en forma de rentabilidad, pero con letra pequeña, se repite en las campañas de pensiones del resto de bancos y aseguradoras.

La rentabilidad no es para tirar cohetes: los planes caen de media a un año un 0,31%

Toda esta avalancha de nuevas ofertas se enmarca en un contexto algo especial. Según los datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco), desde principios de año y hasta el cierre de septiembre, en los planes de pensiones se han dejado de gestionar algo más de 98 millones de euros (diferencia entre aportaciones y reembolsos). Menos volumen a administrar que se traduce en caídas de ingresos por comisiones para las gestoras.

Además del menor negocio por las circunstancias propias de la economía y el mercado, el sector se enfrenta con otro obstáculo: la incertidumbre política en torno a su tratamiento fiscal. Según los Presupuestos Generales del Estado vigentes para 2018, los beneficios suponen una pérdida de recaudación de 771 millones. Podemos propuso al Gobierno a principios de septiembre eliminar las deducciones fiscales por invertir en planes privados de pensiones. En el pacto firmado entre PSOE y Podemos sobre los Presupuestos de 2019 no aparece tal medida. Así que banca y aseguradoras han respirado tranquilas, ya que aún pueden vender a sus clientes los beneficios en la declaración de la renta que tiene el suscribir un plan de pensiones (en general, entre un 19% y hasta un 45% de ahorro en el impuesto de la renta sobre un máximo de 8.000 euros de aportación).

Hasta septiembre, se han dejado de gestionar algo más de 98 millones de euros

En el acuerdo entre PSOE y Podemos sí figura, sin embargo, la posible aplicación de un impuesto que gravará con un 0,2% las operaciones de compra de acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros ejecutadas por operadores del sector financiero (más conocida como tasa Tobin). Según los responsables de Inverco, el impacto de este impuesto será una reducción del 6% en la rentabilidad de los planes de pensiones a 25 años. Un rendimiento, el de los planes de pensiones, que no pasa además por su mejor momento: la rentabilidad media a un año es del -0,31%; se acerca al 2% a tres años, y al 2,8% tanto en 5 como en 10 años.

Incluso al margen de este especial panorama para los planes de pensiones, antes de invertir en ellos movidos por las ofertas, los expertos recomiendan a sus posibles suscriptores que tengan en cuenta al menos tres asuntos importantes. El primero de ellos, relativo a las bonificaciones. En promedio, en torno a un 3% a cinco años. En definitiva, un 0,6% de premio anual que puede llegar a quedar anulado completamente si las comisiones del plan que se suscribe son más altas que otras de la competencia. El segundo hace referencia a los plazos de permanencia. Vincularse durante tres, cinco e incluso ocho años a una entidad es cerrarse, a juicio de los expertos, demasiadas puertas. Por último, pero muy importante, la rentabilidad. No todos los planes de pensiones son iguales, no solo porque inviertan en mercados o activos distintos, sino porque algunos lo hacen mejor que otros. En los últimos 10 años, los que ocupan las primeras posiciones de las clasificaciones ofrecen a sus partícipes rendimientos incluso superiores al 12% anual. En ese mismo plazo y en esa misma categoría (renta variable) hay algunos planes de pensiones que están en negativo (-1% anual).

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