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Los grandes almacenes Sears ultiman la suspensión de pagos en EE UU

La icónica cadena comercial estadounidense se hunde en Bolsa. Trata de dotarse de liquidez para operar durante la reestructuración

Una tienda de la cadena Sears en Ontario, Canadá
Una tienda de la cadena Sears en Ontario, CanadáMark Blinch (REUTERS)

El futuro de la cadena comercial estadounidense Sears Holdings pende de un hilo. Otra vez. Tras años tratando de reflotar su negocio, la dueña de dos de las cadenas comerciales más icónicas de Estados Unidos ultima el proceso para declararse en suspensión de pagos. Eddy Lambert buscaría así reestructurar una deuda que pone en riesgo su supervivencia una compañía que tiene 125 años de historia y que cambió la manera de comprar. Sus acciones se hunden en Bolsa este miércoles.

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Lambert ya admitió públicamente hace año y medio que el cierre de tiendas –con los consiguientes despidos– iba a ser insuficiente para reconducir la situación financiera de la compañía. Los problemas los lleva arrastrando desde que en 2005 fusionó Sears con los hipermercados Kmart, que adquirió por 11.000 millones. El grupo llegó a tener 355.000 empleados y 3.800 locales en Norteamérica.

Sears coronó el que en su día fue el rascacielos más alto del mundo, en Chicago. Eso fue antes de que Walmart empezara a imponer su política de bajo precio y de que Amazon irrumpiera en el sector del comercio minorista. La última vez que el holding tuvo beneficios fue hace ocho años. Desde entonces acumula pérdidas de 11.000 millones, sus ventas cayeron un 60% y tiene una deuda de 5.500 millones.

Lambert gestiona Sears desde su fondo ESL Investments. A comienzos de año presentó un nuevo plan de reestructuración anticipando que no iba a poder atender las necesidades financieras de la compañía. Pero se mostró insuficiente y necesita 1.000 millones al año para operar sus 900 tiendas. Ante esta situación, lo único que quedaba por conocer era cuando Sears Holdings iba a suspender de pagos.

El magnate lleva varias semanas en discusiones con los bancos para dotarse de liquidez para seguir operando durante el proceso de bancarrota. El próximo pago de la deuda está previsto para el lunes entrante, de 134 millones de dólares. Lambert, que controla el 31% de la sociedad y otro 19% a través de ESL, logró reconducir situaciones similares movilizando su propia fortuna personal.

Está por vez podría ser diferente. De momento, la compañía está trabajando para ultimar el próximo paso con la firma especializada en suspensiones de pagos M-III Partners, que le aconsejó en las últimas reestructuraciones, y Lazard. Los medios financieros estadounidenses anticipan que la declaración de bancarrota podría materializarse en los próximos días, aunque la palabra final es de Lambert.

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