El Banco de España pide que los consejos de las entidades controlen más a los gestores
La subgobernadora Margarita Delgado cree que debe "fortalecerse la supervisión" sobre los altos mandos y elevar el control de los consejos "en los planes de sucesión"
El poder siempre ha estado relacionado con la banca y los supervisores vigilan el exceso de concentración del mando como un elemento de riesgo. Margarita Delgado, nueva subgobernadora del Banco de España desde septiembre pasado, aprovechó su primera intervención pública para advertir sobre el equilibrio en las cúpulas financieras, que están viviendo cambios importantes en el caso del Santander y el BBVA, donde ambos presidentes son ejecutivos.
"En los consejos de administración existe margen de mejora en relación con la independencia, la dedicación y los planes de sucesión. Muchas entidades han llevado a cabo procesos de autoevaluación del funcionamiento del consejo, pero aún hay camino por recorrer en cuanto al tiempo dedicado a la preparación de las reuniones y a la supervisión de las funciones de control que ha de ejercer el consejo", apuntó Delgado. E insistió en esta idea. "Respecto a la supervisión sobre los gestores y, en particular, las funciones de control interno, tiene que fortalecerse, especialmente en riesgos y cumplimiento".
Después de Delgado, intervino el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, que aseguró que no habrá cambios en la estrategia en el banco una vez que Francisco González abandone la presidencia y la asuma el actual número dos. El relevo se producirá "hacia finales de año o principios del próximo", dijo. En el IX Encuentro Financiero organizado por KPMG y el diario Expansión, Torres destacó que "el proyecto continúa con un gran equipo muy enganchado en esas líneas de trabajo y será un cambio de continuidad absoluta".
La nueva número dos del Banco de España, que ha sido directiva en Europa del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), continuó su discurso advirtiendo que muchos consejos de los bancos están haciendo mal la vigilancia de los riesgos. "Y no me he de olvidar de la calidad de datos e información de riesgos, fundamentales para determinarla estrategia y la toma de decisiones. Aún hay trabajo en la integración del marco de apetito al riesgo en la gestión, como un instrumento fundamental en el control de los riesgos. Por ejemplo, en muchas entidades, la involucración de la función de riesgos en el proceso de fijación de límites es aún pobre y poco ambiciosa". La subgobernadora advirtió que los supervisores "observan y evalúan" los riesgos, pero la decisión corresponde a las entidades.
Fijación de los precios
También reclamó a los bancos que hagan un examen "descendiendo al mayor nivel de desglose posible" de sus ingresos y gastos, por producto y no por cliente, por líneas de negocio o por geografías, con el fin de conocer con detalle qué actividades le generan beneficios recurrentes y cuáles ocasionan pérdidas o beneficios ocasionales.
"En suma, si la entidad dispone de herramientas avanzadas como método para mejorar la rentabilidad, podrá desarrollar una adecuada política de fijación de precios", añadió la subgobernadora, quien también insistió a los responsables de las entidades que introduzcan "transparencia y rigor" en estos precios, de manera que puedan evaluar individualmente qué productos y qué servicios son rentables y qué actividades no lo son. Los supervisores sostienen que en la crisis financiera pasada hubo muchas entidades que mantenían productos no rentables porque estaban sostenidos por las hipotecas. Cuando estas se cayeron, todo el negocio se derrumbó.
Tras los ingresos, Delgado ha puesto el foco en los costes, que si bien se han reducido en los últimos años el 32% de las plantillas y el 40% las oficinas, todavía pueden tener margen de ajuste, sobre todo impulsado por las nuevas tecnologías y la digitalización.
Sobre esta cuestión realizó un aviso a los que están volcados en la tecnología. "La apuesta por la digitalización debe hacerse tras un análisis coste-beneficio, que tenga en cuenta los riesgos y los costes adicionales que se asumen. Debe, además, ir acompañada de procesos que permitan identificar, monitorizar y mitigar dichos riesgos, de tal manera que se asegure que estos se incluyen en los modelos de fijación de precios".
En su exigente discurso reclamó "modelos de negocio adecuados que son los que generan rentabilidad recurrente sostenida en el tiempo, lo que es el pilar fundamental para la generación orgánica de capital". Y les recordó que no han aprobado esta asignatura por el momento. "Las entidades españolas han de tener más capital y de mejor calidad que antes de la crisis financiera" porque están "por debajo de la media de las entidades europeas".
Crecimiento desordenado
Ramón Quintana, director general del Mecanismo Único de Supervisión del BCE, también procedente del Banco de España, advirtió de esta situación. En este sentido, y para afrontar este reto, el supervisor instó a las entidades a protagonizar fusiones transfronterizas, una receta clásica del supervisor, tras alertar del riesgo de que los bancos se adentren en una "búsqueda desordenada de rentabilidad". Alertó que los bancos no deben entrar en negocios de riesgo con los que no estén familiarizados, aunque comentó que la reducida rentabilidad de la banca compromete su sostenibilidad a largo plazo.
Quintana fue más severo que Delgado al afirmar que "muchos bancos tienen una rentabilidad que no cubre el coste de capital y esta situación es insostenible y nos preocupa en gran medida. Los bancos no rentables no pueden generar colchones de capital ni financian el crecimiento económico y pueden buscar la rentabilidad de forma desordenada". E insistió en que las entidades tengan "precios mínimos para los créditos" que les ofrezcan rentabilidad, como advertencia a la expansión del negocio a pérdidas.
Por otro lado, el consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, anunció que la integración tecnológica de Banco Popular en Portugal se producirá este mismo fin de semana y sus clientes solo notarán que no podrán operar por Internet el sábado, mientras que en España este proceso comenzará en noviembre y durará hasta junio.
Álvarez, que a partir de enero de 2019 asumirá el cargo de presidente de Santander España y vicepresidente del grupo, ha asegurado que esta fase de la fusión con Popular, la más crítica de todas, "pero irá bien". Explicó que la integración de Popular en su plataforma se llevará a cabo con arreglo a una estrategia que minimice cualquier riesgo. "No se llevará a cabo una integración mediante un modelo big bang", subrayó el banquero.
El directivo ha subrayado que la operativa no será de tanto riesgo debido a que no se cambian ni números de cuenta ni de tarjeta, como sí ha ocurrido en otros casos de integraciones tecnológicas. "Hay pocos riesgos de que el cliente sufra", precisó.
Por otro lado, respecto al número de oficinas y despido de empleados, Álvarez dijo que aún no han empezado las conversaciones con los representantes sindicales, que se iniciarán probablemente a partir de marzo, cuando la integración tecnológica esté más avanzada.
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