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El fondo de rescate bancario pierde otros 950 millones en 2017, un 40% menos

El FROB admite un deterioro de su inversión en el banco malo de 947 millones por sus proyecciones de negocio

Íñigo de Barrón
Jaime Ponce, director del FROB, en la Comision de Investigacion sobre la crisis financiera en España, en el Congreso de los Diputados.
Jaime Ponce, director del FROB, en la Comision de Investigacion sobre la crisis financiera en España, en el Congreso de los Diputados.Jaime Villanueva (EL PAÍS)

El Fondo de Reestructuración Ordenado Bancario (FROB) perdió 950 millones de euros en 2017, cifra que supone una reducción de más del 40% sobre la de 2016, que ascendió a 1.693 millones. Aquel año el Estado tuvo que inyectar 3.000 millones para recapitalizar el FROB y hacerlo viable. En 2013 también se reconocieron pérdidas del rescate por valor de más de 20.000 millones y también se tuvo que recapitalizar el FROB con 27.000 millones por parte del Estado. 

Según la nota de la entidad, "esta reducción se explica, principalmente, por una disminución en los deterioros registrados por la valoración contable de sus participadas, especialmente en su participada BFA", la matriz de Bankia. En 2016 el FROB tuvo que dotar 1.390 millones por la valoración por separado de BMN y Bankia tras realizar una valoración más realista de su participación en esas entidades. Tras esa dotación, en 2017 el resultado ha sido positivo en 60 millones con la fusión de Bankia y BMN.

Pero en 2017 hubo otra noticia negativa. "Se ha registrado un deterioro de la inversión del FROB en Sareb", que agrupa los activo tóxicos procedentes de las antiguas cajas de ahorros, en donde controla el 45% del capital. Esta devaluación supone un cargo de "947 millones (841 correspondientes a la participación en capital y 106 millones de la deuda subordinada)" y se debe a la comparación del valor de la participación del FROB en Sareb según los libros "con la previsión de flujos de efectivo futuros, considerando las proyecciones de recuperación obtenidas del plan de negocio aprobado por la compañía".

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Al margen de esas cifras, el resultado de explotación del FROB, que refleja la evolución de los gastos habituales de su actividad, "ha sido positivo en 38 millones frente a los 48 millones negativos de 2016, debido fundamentalmente a una menor necesidad de dotación de provisiones por EPAs" (las coberturas sobre los créditos de las cajas vendidas a los bancos) "y garantías, consecuencia de la evolución de sus pérdidas esperadas".

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En este capítulo destacan el ligero aumento de la provisión por el coste estimado del esquema de protección de activos concedido en la venta de Banco de Valencia, adquirida por CaixaBank, "como consecuencia de la evolución desfavorable de las pérdidas registradas y esperadas de dicha cartera, por un valor de 10 millones, y la reducción de garantías relacionadas con el proceso de venta de Catalunya Banc", comprada por el BBVA, "por valor de 32 millones de euros".

Otras entidades que compraron cajas en quiebra han dado buenas noticas. Es el caso del apoyo financiero que fue concedido mediante la suscripción de bonos contingentemente convertibles (Cocos) a Banco CEISS(dentro del Grupo Unicaja) y Banco Grupo Caja 3 (integrado en Ibercaja Banco) recogido en el balance de 2016, estos activos ya no aparecen en el balance de 2017.

Así, se han recuperado los 407 millones destinados a los CoCos de Caja 3 abonados por Ibercaja. En cuanto a Unicaja, también ha pagado los bonos del FROB por un total de 604 millones. Además, estos CoCos, en el tiempo que han estado en el balance del FROB han generado intereses por 143 y 240 millones respectivamente "que las entidades han abonado íntegramente", según la nota del FROB.

El Fondo destaca que se financia mediante el préstamo recibido del Estado, que a 31 de diciembre de 2017 tenía un saldo de 10.456 millones, "lo que hace que el resultado financiero de la institución sea recurrentemente negativo, ya que los activos no generan ingresos financieros suficientes para compensar dicho gasto. En 2017, estos gastos se han visto reducidos gracias a la conversión del préstamo realizada a mediados de 2017 por 3.000 millones de euros".

Por último, el fondo de rescate recuerda que se financia sus gastos de explotación "sin cargo alguno a los Presupuestos del Estado, sino mediante una tasa sufragada por la industria financiera, que ha supuesto un ingreso de alrededor de 17 millones en 2017".

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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