La curva de tipos y el lobo feroz
La recesión en Estados Unidos sin duda llegará, pero cuidado con bajarse del carro antes de tiempo
Uno de los principales miedos para los mercados es que la curva de tipos de interés pudiera llegar a invertirse, ya que desde la década de los sesenta, siempre que ha ocurrido, la economía estadounidense ha entrado en recesión. En la fábula del pastorcillo bromista, es como si el lobo bajara del monte y se comiera las ovejas.
A lo largo del mes de mayo, la pendiente de la curva de tipos de interés en EE UU ha agudizado su aplanamiento y ha alcanzado los niveles más bajos desde la pasada crisis. Abordando el segundo ciclo económico más largo de todos los tiempos y tras nueve años de crecimiento, esta situación está generando preocupación.
El razonamiento que subyace detrás de la inversión de la curva es que, si los tipos de interés de corto plazo suben a más velocidad que los de largo, existe un punto en que las empresas dejan de pedir dinero prestado y, cuando el coste del capital es superior a la rentabilidad esperada, prefieren repagar deuda, demorar inversiones... y al final llega el lobo, la recesión.
La pendiente de la curva es uno de los indicadores más importantes a vigilar, ya que refleja cómo va impactando en la economía y en las expectativas de crecimiento de largo plazo el proceso de encarecimiento del dinero emprendido por la Reserva Federal. De todas maneras, es importante hacer varias puntualizaciones:
Como en la fábula del lobo: ¡Cuidado con las señales falsas, la inversión de la curva como detector de recesiones no es infalible! Por ejemplo, en 1966 y en la crisis del LTCM de 1998, la pendiente 10 años-3 meses se invirtió y no desencadenó una recesión inmediata. Además, donde mejor ha funcionado es en EE UU, ya que en el resto de países desarrollados no ha sido un detector de crisis muy fiable.
Adicionalmente es interesante añadir que, una vez que se produce la señal de inversión de la curva, la economía estadounidense ha tardado 18 meses de media hasta el comienzo de la recesión. Esta situación no es necesariamente negativa para la renta variable, ya que si de estos últimos 18 meses de ciclo se pudieran evitar los 6 últimos precedentes a la recesión, (que es cuando la bolsa suele comportarse negativamente), la historia ha demostrado que los retornos son bastante suculentos.
En el entorno actual y mientras la curva no se invierta, el lobo al que nos enfrentamos todavía no es tan feroz. Es más dócil y parecido al que describió Prokófiev en Pedro y el Lobo. Esta pieza tiene un final feliz en el que nadie muere. De hecho, hasta el lobo y el pato salvan su vida después de que Pedro convenza a los cazadores para que lleven el lobo al zoo y que, en los últimos compases, suene el oboe como prueba de vida del pato, que inicialmente había sido engullido por el lobo (pero se lo había tragado sin morderlo). La recesión llegará en algún momento, pero mucho cuidado con bajarse del carro antes de tiempo. Todavía es pronto para alarmarse.
Joan Bonet Majó es director de Estrategia de Mercados de Banca March.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.