La Policía da por desmantelado el chiringuito financiero que defraudó 2,5 millones
Hay 79 personas detenidas por la trama que montó una estructura con teleoperadores para presionar a ahorradores y que invirtieran
Agentes de la Policía Nacional han desmantelado una organización ilegal que se dedicaba a vender productos financieros sin permiso y se quedaba el dinero de los ahorradores a los que convencía de que estaban invirtiendo en materias primas o bonos complejos. Era lo que se conoce en el argot bursátil un chiringuito financiero. La trama operaba en Madrid, con oficinas donde tenía teleoperadores y a través de páginas web de apariencia fiable. Según los primeros indicios puede haber estafado a ciudadanos de toda España. Han detenido a 79 personas, entre los que se encuentran los tres máximos dirigentes, así como a la mayoría de los brókers de la organización, y se han realizado ocho registros en las provincias de Madrid y Málaga. Los investigadores estiman que la cantidad defraudada hasta la fecha puede alcanzar más de 2,5 millones de euros.
La investigación comenzó en septiembre de 2016 cuando, gracias a la colaboración ciudadana, los agentes tuvieron conocimiento de una denuncia por estafa presentada por un afectado en una comisaría de distrito de Valladolid. A raíz de esta información se recabaron nuevas denuncias al objeto de conectar los datos denunciados, detectar la ubicación de las oficinas y deducir su método de trabajo.
Fruto del análisis de la información se conjeturó la existencia de un fraude tipo “boiler room” o “chiringuito financiero”. Esta modalidad de fraude precisa de una organización jerarquizada en la que los escalones más bajos realizan llamadas agresivas, generalmente a pequeños empresarios y ahorradores, en las que ofertan inversiones en productos financieros altamente rentables y con un supuesto bajo riesgo.
Un guion para convencer a los clientes
Dado que la meta de la organización era exprimir económicamente a los clientes, sus “brókeres” estaban instruidos con unos guiones predeterminados con los que dar una respuesta rápida a cualquier duda que se les plantease valiéndose de cualquier treta para lograr un sí.
El modus operandi de este entramado consistía en ofrecer asesoramiento financiero a clientes a fin de que estos les transfiriesen dinero para realizar inversiones. Para conseguirlo habían perfilado la siguiente estructura: Por un lado habían diseñado páginas web atractivas, con denominación inglesa y datos de contacto en el extranjero (Reino Unido, Bulgaria, Islas Marshall, San Vicente y Granadinas, etc…), en las que los clientes podían abrir una cuenta y operar en un mercado virtual, aunque en realidad no se podía llevar a término ningún tipo de inversión. Las páginas web creadas para favorecer el fraude se usaban durante un tiempo limitado, hasta que el regulador español de los mercados de valores (la CNMV) publicaba una advertencia informando que una página web determinada carecía de la licencia para prestar servicios de inversión.
Perseguidos en la red
Desde la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional se ha venido informado a la CNMV sobre la existencia de las páginas web investigadas con ese objeto. Una vez difundida la advertencia los investigados abrían una nueva página, con un nombre que no estuviera relacionado con la página anterior, y transferían los clientes de una página a la otra. De este modo eludían la acción del regulador español.
Por otro lado, contaban con un personal instruido y capacitado para captar potenciales clientes mediante llamadas telefónicas. Una vez que el futuro cliente estuviera interesado en invertir, le martilleaban con ofertas sobre diversos productos financieros —generalmente opciones binarias— o sobre determinadas materias primas u otros, como el oro, el maíz, el petróleo, etc…, y siempre bajo la premisa de una alta rentabilidad y riesgo mínimo.
Una insistencia agresiva
Además, cuando daban con clientes especialmente precavidos les convencían manifestando que ellos mismos también invertían en el producto ofertado. Si esto tampoco funcionaba recurrían incluso a descalificar a los clientes es base a los insuficientes conocimientos de éstos en materia de inversión. Pero aún así, no era suficiente con un único engaño/inversión sino que cada cliente debía ser explotado hasta que dejara de invertir. Por ello era habitual que antes de que concluyera una inversión le ofrecieran otras nuevas para obtener el máximo beneficio económico de cada uno. Así, insistían hasta que el cliente solicitara recuperar lo invertido o disponer de sus ganancias, momento en el que se le informaba de que había perdido lo invertido.
Por otra parte, les remitían unas cláusulas leoninas de unos contratos que los clientes nunca firmaron y dejaban de atender sus llamadas.No tenían empacho en cambiar las sedes de sus oficinas, los domicilios de los implicados o los locales de las empresas investigadas, ubicados en Madrid y Málaga.
Los cabecillas
La investigación fue especialmente difícil por el perfil de los principales responsables; dos de ellos con antecedentes policiales —habiendo sido uno ya condenado en 2017 por estafa mediante sentencia firme—, y un tercero, un abogado, que asesoraba en el delito.
Una vez localizados todos ellos, se procedió a su registro pudiendo los agentes incautar numerosa documentación utilizada para la ejecución del fraude —contratos de las sociedades y listados de personas contactadas— así como material informático.
Alerta de la CNMV sobre las opciones binarias
Es digno de resaltar que la actuación de los investigados quebraba la confianza en los mercados financieros así como de sus agentes, a la par que se creaba una falsa expectativa sobre un producto complejo como son las opciones binarias. En este sentido se señala que la CNMV ha publicado recientemente la Circular 01/2018 en la que se indica que las opciones binarias son instrumentos financieros especialmente complejos, que con carácter general no resultan adecuados para clientes minoristas.
La colaboración ciudadana ha sido crucial de nuevo en este caso por la presentación de las denuncias, en un primer momento, y posteriormente a través de los contactos permanentes de las víctimas con los especialistas de la UDEF. Su colaboración ha sido fundamental para la obtención de información sobre los llamadores y las plataformas investigadas. Esto ha posibilitado un seguimiento actualizado de la actividad de la organización y finalmente su desarticulación.
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