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Peña Nieto defiende las reformas y saca pecho por el crecimiento ante la plana mayor financiera de México

El presidente pronuncia un discurso plagado de guiños electoralistas su última intervención en la gran cumbre anual de la banca

Ignacio Fariza
Peña Nieto, con Héctor Astudillo (gobernador de Guerrero) y Marcos Martínez (jefe de la patronal bancaria).
Peña Nieto, con Héctor Astudillo (gobernador de Guerrero) y Marcos Martínez (jefe de la patronal bancaria).CUARTOSCURO

Aún quedan más de tres semanas para el pistoletazo oficial de salida de la campaña en México, pero el Ejecutivo de Enrique Peña Nieto (PRI) ya está en modo electoral. El presidente y su secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio González Anaya, han aprovechado este jueves su presencia en la convención bancaria mexicana para sacar pecho ante la plana mayor del sector financiero por el, a su juicio, buen desempeño de las reformas estructurales puestas en marcha a lo largo del sexenio, hasta el punto de convertir sus intervenciones en cuasiactos de campaña.

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"Creo que es este un buen momento para hacer un balance de cómo hemos avanzado, cuánto hemos logrado alcanzar en estos años en distintos indicadores", ha remarcado Peña Nieto. Frente al entorno desafiante al que se enfrenta la economía del país norteamericano, México "ha logrado mantener su estabilidad y crecimiento económico", ha añadido el presidente para, a renglón seguido, glosar una a una buena parte de las reformas estructurales puestas en marcha durante su mandato: la de telecomunicaciones -"que ha disminuido los costos de la telefonía móvil y fija de manera consistente"-; la energética -"que ha permitido cambiar el modelo de desarrollo energético del país en los últimos 70 años"-; la educativa -"la de mayor impacto social y mayor trascendencia hacia el futuro"-; la financiera -"ha habido una expansión de crédito muy importante"- y la fiscal -"indispensable y necesaria", y que puso a México "en sintonía con otras economías que tienen ingresos para el Estado mucho más diversificados"-. El resultado de esta pléyade de reformas es, según la mayoría de analistas, algo más modesto de lo descrito por el mandatario mexicano. Aunque sus resultados ya se empiezan a sentir en la economía mexicana, su traslación es mucho más lenta de lo que preveían el propio Ejecutivo federal, el FMI o la OCDE.

Peña Nieto tampoco ha dejado pasar la oportunidad para recordar la reducción del déficit público en 2014 -"del 2,4% al 1,1%, una cifra mucho menor de lo que el Congreso nos había aprobado", ha dicho-. Incluso la inflación, que cerró el año pasado en su nivel más alto en más de 17 años, ha formado parte del argumentario del jefe del Ejecutivo mexicano. "Durante la actual administración la tasa inflacionaria, en promedio, es del 3,9%. Es la cifra inflacionaria más baja de la que se tenga registro, comparada con las dos administraciones anteriores", ha agregado. La variable macroeconómica por excelencia, el crecimiento del PIB, también ha ocupado un lugar destacado en la alocución del jefe del Gobierno federal: "La economía ha crecido constantemente; nunca antes en un sexenio la economía había mostrado un crecimiento constante".

Ni en las palabras del presidente mexicano ni en las del resto de panelistas hubo ni una sola mención a las movilizaciones de este jueves en favor de la igualdad entre hombres y mujeres. En su mesa, la de las autoridades, tampoco había ni rastro de presencia femenina. Ni una gobernadora, ni una empresaria, ni una mujer del Gabinete.

En su discurso, Peña Nieto tampoco mencionó al candidato de su partido para las elecciones presidenciales de julio, José Antonio Meade, en ningún momento: habría sido demasiado evidente. Sí lo hizo el secretario de Hacienda, hombre clave en el manejo de las políticas macroeconómicas, que se refirió en su discurso a las palabras pronunciadas el año pasado por su predecesor al frente de las finanzas públicas mexicanas y uno de los hombres clave en el proceso reformista en el que se embarcó el Ejecutivo tricolor desde 2012. “El año pasado Meade dijo que en futuras convenciones bancarias un secretario de Hacienda habría de reconocer que las reformas estructurales aprobadas en la primera mitad de este Gobierno representaron una profunda transformación y sentaron las bases para el desarrollo en años por venir. Y yo estoy seguro de que todos los efectos de la reforma no han ocurrido, pero hoy podemos decir que ya no son promesas futuras y que tenemos resultados palpables y concretos".

González Anaya -que tomó posesión a finales de noviembre pasado, cuando Meade fue ungido candidato- centró su discurso en cómo México ha logrado superar los potentes vientos en contra enfrentados en los últimos años. A saber: la caída en el precio del petróleo en los mercados internacionales, el declive de la plataforma petrolera mexicana y la volatilidad de los últimos años en los mercados financieros. Frente a eso, “México ha tomado decisiones difíciles, no populares pero sí necesarias y lleva dos años de superávit primario, frente a los déficits de otros países grandes del G20 y de América Latina”, subrayó el guardián de la política fiscal mexicana. “Ha hecho su tarea y está bien preparado para 2018, gracias a los sacrificios y esfuerzos por parte de todos”. González Anaya ha cerrado su intervención con un aviso a navegantes: “El proceso electoral trae incertidumbre. Hay que mantener el rumbo y la disciplina fiscal; mantener también las reformas estructurales y embarcarse en nuevas”.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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