Las ciudades alemanas podrán prohibir la circulación de coches diésel
El Tribunal Administrativo Federal considera lícitas las prohibiciones de las ciudades de Stuttgart y Düsseldorf
En un fallo que puede afectar a millones de conductores alemanes y causar un profundo impacto en la poderosa industria automotriz alemana, el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo alemán determinó este martes que las ciudades alemanas pueden prohibir la circulación de los coches diésel más contaminantes para combatir la polución del aire. La Corte, con sede en Leipzig, rechazó de esta forma el recurso presentado por dos estados federados alemanes contra la decisión de sendos tribunales de Stuttgart y Düsseldorf, que habían autorizado la prohibición de circulación para los modelos especialmente contaminantes decretada por los Ayuntamientos de ambas ciudades.
Los jueces del Tribunal de Leipzig concluyeron que las dos ciudades tienen derecho a incluir vetos a los vehículos diesel más antiguos —y algunos de gasolina aún más antiguos— en sus planes para impedir la contaminación del aire en sus centros urbanos. La sentencia señala también que las autoridades de ambas ciudades deberán asegurarse de que las medidas sean proporcionales al objetivo de reducir las emisiones al límite legal.
La sentencia también plantea periodos de transición para la imposición de las prohibiciones a los modelos más recientes. En Stuttgart, por ejemplo, hogar de Daimler Benz y Porsche, el periodo de transición para la imposición de las prohibiciones a los motores con el estándar europeo de emisiones Euro-5 se extiende hasta el 1 de septiembre de 2019. A los vehículos que tengan un motor con el estandar Euro-6, que data de 2015, no les afectaría la prohibición.
Problema para los conductores
La sentencia de la Corte de Leipzig era esperada en Alemania con gran expectación a causa de la posibilidad de que las ciudades que superan los límites máximos de dióxido de nitrógeno (NO2), más de 70 en todo el país, puedan prohibir la circulación de millones de coches, una medida que puede convertirse ahora en un problema para los millones de conductores alemanes propietarios de estos modelos. De los 15 millones de vehículos diésel que circulan en Alemania, solo 2,7 millones tienen el estándar de emisiones más actual, Euro 6, que es el mínimo que por ejemplo quería exigir Stuttgart, informa Reuters.
En otro golpe a los propietarios de coches diesel, el juez Andreas Korbmacher dijo que las ciudades no estarán obligadas a compensar a los conductores por no poder utilizar sus coches diesel
La sentencia de la Corte de Leipzig pone fin, por el momento, a la titánica tarea que emprendió Jürgen Resch, presidente de la organización Deutsche Umwelthilfe (Ayuda para el Medio Ambiente Alemán). El 28 de julio del año pasado, el activista obtuvo el mayor triunfo de su vida cuando un juez del Tribunal de lo contencioso-administrativo de Stuttgart falló a favor de una demanda presentada por su organización, en la que pedía prohibir la circulación de coches diésel contaminantes en la ciudad. El juez utilizó un argumento demoledor para darle la razón: “La salud de los habitantes tiene prioridad sobre los derechos de los propietarios de vehículos diésel”, sentenció.
La sentencia fue un golpe directo a la imagen de la poderosa industria del automóvil, que da empleo directo a más de 800.000 personas en el país y que factura unos 450.000 millones de euros al año. Resch, a pesar del triunfo obtenido en Stuttgart nunca se ha considerado un enemigo de la industria automotriz. “Más bien yo soy su mejor amigo porque no deseo hacerle daño, sino ayudar a que esta industria siga siendo capaz de adaptarse a los desafíos del futuro”, dijo el activista a este periódico en agosto de 2017. “Necesitamos una industria que fabrique coches limpios y honestos. Hay que poner fin al engaño”, concluyó.
Jürgen Resch, como era de esperar, era este martes el activista más feliz de Alemania, gracias al triunfo obtenido en Leipzig. “Hoy es un gran día para el aire limpio en Alemania”, dijo Resch, al comentar la sentencia de la Corte de Leipzig. “Espero que la industria tome las medidas necesarias para mejorar la calidad del aire”.
La canciller Angela Merkel, en cambio, optó por minimizar la sentencia de la Corte de Leipzig y señaló que las restricciones al uso de coches diésel solo tendrían consecuencias limitadas. “Se trata de ciudades individuales, donde es necesario seguir negociando”, dijo la canciller. “Pero la sentencia no afecta a todo el país y tampoco a todos los propietarios de automóviles en el país”.
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