Muchos candidatos para el Ministerio de Economía si Guindos salta al BCE

Este miércoles vence el plazo para la presentación de candidaturas al consejo del BCE y no está  definido el nombre del aspirante español. Todas las miradas están fijas en el ministro de Economía, el favorito tras postularse en el pasado para presidir el Eurogrupo. Pero Rajoy aún no ha dado su plácet. Hace dos años, Guindos fracasó al tratar de desalojar a Jeroen Dijsselbloem de la presidencia del órgano que reúne a los ministros de Finanzas del euro. El año pasado ni siquiera disputó el puesto cuando el holandés fue sustituido por el portugués Mário Centeno.

Pero ahora se le abre una nueva oportunidad. “Llevo seis años de ministro, quizá un tiempo demasiado largo”, dijo hace unas semanas en el Congreso. Unas palabras que pueden ser premonitorias si finalmente Rajoy lo designa como candidato a ocupar la vacante que deja el portugués Vítor Constâncio en el BCE.

Para obtener el puesto tendrá que disputárselo a Philip Lane, gobernador del banco central de Irlanda y propuesto por Dublín para el BCE. Lane tiene un perfil más técnico, cuenta con una brillante trayectoria académica, y es más del agrado de los burócratas de Fráncfort. Guindos, por su parte, cuenta con el favor de Alemania y del presidente del Eurogrupo, que al fin y al cabo es el órgano que designa a la terna de candidatos para el Eurobanco.

Ambos tienen el inconveniente de que el Parlamento Europeo ha pedido que la vacante del BCE sea ocupado por una mujer. Ese es el argumento del PSOE para rechazar la candidatura de Guindos y exigir un perfil más técnico.

En el caso de que Rajoy apueste por Guindos se abrirá un hueco en el Ministerio de Economía. El presidente del Gobierno baraja una amplia lista de candidatos para ofrecer esa cartera. Uno de los favoritos es el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. Este fue hasta finales de 2016 el responsable de la Oficina Económica de Moncloa, y desde ese cargo despachaba frecuentemente con Rajoy. No obstante, su enfrentamiento en las últimas semanas con el sector eléctrico puede haber comprometido sus posibilidades. Él prefiere mantener Energía y solucionar el pulso que mantiene con las eléctricas. No le importaría recuperar la cartera de Industria, ahora mismo, en el ámbito del Ministerio de Economía.

En ese supuesto, ganaría enteros, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, con amplia experiencia negociadora en las alfombras de Bruselas. El mayor desafío de Economía para los próximos años es negociar el presupuesto comunitario y Tejerina se ha granjeado cierto prestigio en el ámbito europeo.

Otro de los nombres que circula es el del secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, hermano gemelo del ministro. Precisamente esa vinculación familiar es la que juega en contra de su candidatura y la de su mujer, Eva Valle. Esta es la directora de la Oficina Económica de Moncloa. Tiene un estupendo currículo y es una de las más preparadas en el entorno del presidente. Pero Valle está casada con Alberto y es cuñada de Álvaro, algo que en círculos políticos se ve como un hándicap para ambos.

En los mentideros políticos también circula el nombre de Román Escolano, ex asesor económico de Aznar, expresidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI). También suena Fernando Becker, directivo de Iberdrola y con una larga trayectoria política, amigo personal de Rajoy, y exconsejero de Economía en Castilla y León, y expresidente ejecutivo del ICO.

Rosa Sánchez-Yebra se cuela entre los posibles sustitutos de Guindos. Tiene un perfil técnico y acumula una amplia experiencia.

Pablo Zalba, presidente del ICO; Íñigo Fernández de Mesa, estrecho colaborador de Guindos en la pasada legislatura y actual presidente de Rothschild en España, están entre los candidatos, aunque con menos opciones.

Entre la docena de políticos y empresarios consultados sorprende el silencio de Rajoy. El presidente, dicen, también podría crear una vicepresidencia económica o proponer un nombre de su máxima confianza que no esté en ninguna quiniela.