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Las familias cotizan al alza en Bolsa

Las compañías donde los fundadores o sus descendientes aún tienen el control suelen ofrecer un plus de rentabilidad

David Fernández
Bolsa de Madrid, con la referencia de las cotizaciones del Ibex 35.
Bolsa de Madrid, con la referencia de las cotizaciones del Ibex 35. Emilio Naranjo (EFE)

Las compañías familiares son la arteria principal del tejido empresarial en la mayoría de los países desarrollados. Muchos de estos grupos todavía no cotizan, pero los que sí están en Bolsa ofrecen un rendimiento sensiblemente superior a aquellas sociedades con mayor dispersión en el capital social. Un reciente estudio de Credit Suisse Research así lo confirma. Los expertos del banco suizo han analizado el comportamiento de las acciones de 1.000 grupos con un accionista de control entre 2006 y 2016. La rentabilidad acumulada en el periodo fue del 126%, batiendo en un 55% al índice MSCI World.

Los gestores españoles corroboran estos datos y aconsejan que las carteras de inversión tengan exposición a este tipo de valores. “Es una estrategia conveniente. La principal ventaja reside en la alineación de intereses entre el accionista mayoritario y el resto”, subraya Iván Martín, presidente de Magallanes Value Investors. Que la familia se juegue su dinero es algo que también valora Álvaro Guzmán de Lázaro, director de inversiones de azValor: “Hay algunos casos en que las familias se aprovechan del minoritario, pero nuestra experencia de 20 años invirtiendo es que se trata de casos muy residuales, inferiores al 5%”. En esta misma línea se muestra Lola Solana. “Yo miro la valoración de las empresas y la evolución de sus ventas y beneficios, pero efectivamente me he dado cuenta de que cuando hay un dueño definido, la implicación es mucho mayor. En otras empresas muchos directivos, en cambio, van a hacer currículum”, dice la gestora de Santander AM.

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El estudio de Credit Suisse demuestra que el mejor comportamiento de las empresas familiares frente al resto se manifestó en todos los sectores y en cada región, destacando el caso de Europa donde el diferencial de rentabilidad anual superó el 5%. Los expertos consideran que estos resultados responden a una serie de características de las empresas familiares que las hacen diferentes y que gustan a los inversores. Uno de estos rasgos comunes es que remuneran a sus equipos directivos con incentivos a largo plazo, evitando así la toma de riesgos excesiva para cobrar el bonus anual.

“El tipo de talento directivo que atraen estas compañías es distinto, enfocado a la generación de valor a largo plazo. Además, esta política crea una cultura empresarial muy marcada, caracterizada porque sus empleados se identifican, en general, con el proyecto”, destaca Javier Pérez, gestor de Family Business Fund. Este fondo de Banca March, domiciliado en Luxemburgo, ha generado una rentabilidad del 80% desde su lanzamiento en 2013 invirtiendo solo en empresas familiares.

Márgenes altos

“Otra característica de estos grupos es que suelen tener de media márgenes más altos. Manejan bien los costes, lo que les lleva a tener retornos sobre el capital invertido superiores. Además, su afán de supervivencia provoca que tengan ratios de endeudamiento conservadores”, destaca Pérez. En este sentido, el estudio de Credit Suisse demuestra que el 90% de las compañías encuestadas prevé que sus ingresos crezcan por encima del 10% en los próximos tres años, mientras que la media del mercado augura una mejora de las ventas de solo el 5,3%. En cuanto al cuidado del balance, la entidad suiza destaca que el 45% de los grupos analizados previere financiar su crecimiento, tanto orgánico como inorgánico, a través de recursos propios en lugar de recurrir a préstamos bancarios o ampliaciones de capital.

En cualquier caso, el inversor debe de tener en cuenta también que no todo es color de rosa: las empresas familiares también tienen sus propios riesgos. Los más evidentes son la sucesión entre generaciones y la profesionalización en la gestión. “En general, los riesgos vendrían de dos situaciones: cuando la generación al frente de la familia no está tan capacitada como las generaciones anteriores, o cuando no toman en consideración al minoritario. Ambos peligros se pueden minimizar estudiando de cerca la trayectoria de la familia. Pero, en general, nuestra experiencia es extremadamente positiva, y de hecho, consideramos que el hecho de que haya una familia al frente de una empresa es un factor que prima en la valoración, y no de descuento como argumentan muchos”, sostiene Álvaro Guzmán de Lázaro.

Con el paso del tiempo los intereses de las distintas ramas familiares puede divergir, siendo el control del negocio la prioridad sobre la estrategia a largo plazo. “Irónicamente, se trata de una situación, de luchas de poder entre distintas ramas familiares, poco deseable, pero que puede desencadenar movimientos de creación de valor inesperados, como por ejemplo la compra de la empresa por un tercero”, indica Iván Martín.

Los expertos reconocen que entre las compañías familiares hay diferentes niveles de profesionalización, por lo que creen conveniente reforzar el análisis del gobierno corporativo de cada una de ellas antes de tomar una decisión de inversión. “Cuando el porcentaje de control baja del 50% y delegan la gestión en una persona ajena a la familia, la evolución relativa de estas compañías suele ser mejor”, según Javier Pérez.

Dónde pescar

Los gestores consultados creen que en estos momentos todavía hay buenas oportunidades de inversión en el segmento de las empresas familiares. En la cartera nacional, azValor incluye por ejemplo valores como Elecnor, Catalana Occidente, Zardoya Otis o Sol Meliá. “En Europa el campo es más amplio. Históricamente hemos tenido experiencias muy positivas con las familias Agnelli (Exxor), Peugeot (FFP), Decaux (JC Decaux), Luksik (Antofagast), Quandt (BMW), Schindler (Schindler), Fuchs (Fuchs Petrolub), entre otras”, dice Guzmán de Lázaro.

Por su parte, la selección de valores que hace Magallanes incluye, en la parte española, nombres como Fluidra, Miquel y Costas, Barón de Ley y Prosegur; fuera de España se quedan con Corticeira (Portugal), Savencia (Francia), Draeger (Alemania), Hornbach (Alemania) y Kapsch (Austria). En el caso de March, en España destacan el caso de Prosegur, y en el exterior apuestan por valores como Berkshire Hathaway (propiedad de Warren Buffett), la cervecera Heineken o la compañía alemana Rational.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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