Emilio Azcárraga Jean dejará la dirección de Televisa tras 20 años
El nieto del fundador de la principal cadena de televisión en México será sustituido en 2018 por Alfonso de Angoitia y Bernardo Gómez
Emilio Azcárraga Jean dejará la dirección ejecutiva de Televisa, la principal cadena de televisión en México. El nieto del fundador de la empresa que ha dado forma a la televisión abierta nacional será sustituido por los actuales vicepresidentes de la compañía, Alfonso de Angoitia y Bernardo Gómez. Azcárraga Jean, que tiene un 15% de acciones de Televisa, seguirá presidiendo el Consejo de Administración. Además, encabezará la fundación sin fines de lucro de la compañía y el Club América, el equipo de fútbol de primera división.
Televisa ha comunicado los cambios a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). "Nuestra industria está pasando por una transformación muy importante, que nos presenta grandes retos, pero oportunidades aún mayores", dijo Azcárraga. El nieto de Emilio Azcárraga Vidaurreta confió en la dirección que marcarán De Angoitia y Gómez a la empresa. "Estoy seguro de que Televisa continuará fortaleciendo su posición en México como una de las empresas de telecomunicaciones con mayor crecimiento y como el principal productor de contenidos en español a nivel mundial", agregó.
Gómez y De Angoitia han sido los principales consejeros de Azcárraga Jean desde 1998 y 1999, respectivamente. Ambos renegociaron el acuerdo de licencia de la cadena Univisión para retransmitir los contenidos de Televisa. Esto permitió a la compañía mexicana tener nuevos ingresos en dólares, consolidarse en los servicios de televisión por cable y diversificar sus ingresos. “Al día de hoy más del 60% de la utilidad proviene de negocios no relacionados al contenido”, asegura la empresa en su comunicado a la BMV. Salvi Folch será el nuevo presidente de Planeación Estratégica y Carlos Ferreiro será el Vicepresidente de Finanzas.
Televisa lucha hoy por mantenerse vigente en la era de Internet, cuando los jóvenes han apagado los televisores y ven los contenidos audiovisuales en móviles y otros aparatos. La irrupción de Netflix y otras plataformas también la han obligado a reinventarse con servicios on demand como Blim. Las ventas de contenidos y los ingresos publicitarios de Televisa han caído de forma aguda en los últimos años. Hoy representan menos del 40%, mientras que una década atrás podían llegar al 70%. El tercer trimestre de 2017 la empresa obtuvo un Ebitda de 8.294 millones de pesos, 4% menos que el mismo periodo del año pasado. Las ventas también cayeron 3,8%, según el reporte de resultados enviado a la Bolsa.
Azcárraga Jean permanecerá a cargo de la estrategia a largo plazo de la empresa. "Desde hace tiempo había señalado que era necesaria una renovación", dijo el presidente de la empresa en una entrevista telefónica. Azcárraga dijo que la decisión había estado discutiéndose desde hace un año y medio. "Para un presidente de consejo estar lidiando con muchos temas de coyuntura no es lo ideal", agregó.
Televisa nació en 1973 después de la fusión de XEW y Televicentro, propiedades de Emilio Azcárraga Milmo, llamado El Tigre y padre de Azcárraga Jean. Pero la historia de la televisora se remonta décadas atrás. El primer Emilio Azcárraga inauguró la tercera estación de televisión en México en enero de 1952. Aquel año el Canal 2, propiedad de Televimex, transmitió un partido de béisbol en el Parque Delta.
La astucia de Azcárraga Vidaurreta, quien era el rey de la radio en México, hizo que conquistara también la naciente industria de la televisión. Después de varios años, convenció a su principal rival Rómulo O’Farrill, quien había recibido la primera concesión de televisión en México de manos del Gobierno, para aliarse. Para mediados de los años 70, la empresa era dueña de 78 de las 85 televisoras que había en el país. Ese fue un imperio que creció mundialmente produciendo y vendiendo las populares telenovelas en 50 países a través de 26 canales.
Azcárraga Jean heredó ese imperio a los 29 años en abril de 1997 tras la muerte de su padre. Con él recibió una gran deuda que tardó tres años en reestructurar hasta volver a hacer rentable la compañía en el año 2000. También heredó el pesado lastre de la reputación, creada por el control de la información de sus noticieros.
Uno de los casos más claros fue el de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968. Su periodista principal, Jacobo Zabludovsky, sirvió de altavoz a la versión del Gobierno y afirmó que los estudiantes eran manipulados por intereses extranjeros. “Tras lo ocurrido en la Plaza de las Tres Culturas, los dueños de las televisoras decidieron tener más control sobre el contenido editorial de las noticias, creando una división de noticias corporativa”, señala Celeste González, investigadora de la Universidad de Arizona, en su libro “Muy buenas noches”, sobre la historia de la televisión mexicana.
Esta presión ha obligado a Televisa a tomar decisiones nuevas para seducir a las audiencias más jóvenes. En mayo, el Canal 2, el principal de la televisora, comenzó a transmitir La piloto. Es la primera narco novela que la empresa programó en señal abierta, dando la espalda a un veto tácito que había dado al subgénero durante años, incluso cuando sus rivales, como Telemundo, arrasaban con las audiencias. En Estados Unidos, Televisa ya había dado vuelo a las narco novelas en Univisión, una empresa en la que Televisa tiene el control del 36% de las acciones.
En agosto del año pasado, Televisa también hizo cambios en sus principales informativos. Fue más que un cambio generacional. Por primera vez una mujer, Denise Maerker, ocupó la silla del noticiero nocturno en una arriesgada apuesta. Fue una batalla por la credibilidad que sufrió un duro golpe en septiembre pasado, tras el caso de la niña Frida Sofía. Los cambios siguen afianzándose a los ojos de los espectadores. Ahora llega uno nuevo y quizá el más importante. El apellido Azcárraga dejará de guiar la empresa por primera vez en 66 años.
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