Una apuesta más por la movilidad compartida
Amovens empuja fuerte en un sector que combina transporte colaborativo y ‘renting’
Uber, Cabify, MyTaxi, Car2go, Emov, BlaBlaCar... Si hay un sector en el que la economía colaborativa ha irrumpido con fuerza es el de la movilidad. Uno de esos jugadores que están trazando el nuevo y complejo mapa del transporte automovilístico nacional es Amovens. Su valor diferencial, según ellos, es que son "la única empresa española que combina viaje compartido, alquiler de coches entre particulares y renting", resume su director general, Mario Carranza.
Amovens nació en 2009 como alternativa a la líder mundial en viajes en coche compartido, la francesa BlaBlaCar. Su objetivo: dar un uso más racional al automóvil. Según el informe Cuentas ecológicas del transporte de Ecologistas en Acción, los coches en España pasan aparcados el 97% de su vida útil. "Nuestra solución permite a los usuarios no sólo sacar partido a todos esos coches alquilándolos cuando no están siendo utilizados, sino hacer un uso más eficiente de los mismos compartiendo viaje cuando sí lo son", señala Alberto Bajjali, director de marketing de Amovens.
Precio, sencillez, comodidad y transparencia son, resaltan sus responsables, las grandes bazas del proyecto que el año pasado facturó 120.000 euros y que este año espera alzanzar los 600.000. Todos los servicios de la plataforma se pueden gestionar a través de una aplicación o desde su página web. En la pestaña de viajes compartidos los usuarios publican los trayectos que van a realizar, incluyendo datos como el modelo de coche, plazas disponibles o fecha y lugar de salida, y los pasajeros pueden reservar directamente su asiento. El apartado de alquiler a particulares incluye el precio por día, fotografías y datos del vehículo y un espacio para puntuaciones. "Tanto propietario como arrendatario eligen cuándo y a quién alquilar. Cuantas más experiencias y valoraciones positivas acumules en tu perfil de usuario, mayor es la probabilidad de que alquiles tu coche o de que encuentres el vehículo que buscas", explica Bajjali.
El cambio de modelo y sus dificultades
La llegada de los nuevos modelos de movilidad no está siendo una balsa de aceite. Al duro conflicto abierto entre los taxistas con Uber o Cabify se ha sumado recientemente la demanda que la propia Amovens ha interpuesto contra BlaBlaCar por un supuesto caso de espionaje industrial. Para Mario Carranza, sin embargo, tanta convulsión es hasta cierto punto, normal. "No hay ningún sector que esté experimentado una transformación tan radical como el de la movilidad. La fricción es una consecuencia natural de ese cambio".
El ramo se mueve tan deprisa que pilla con el pie cambiado hasta a los legisladores. "La ley es lenta y las 'startups' tecnológicas somos rápidas", opina Carranza. "Ambas partes tenemos el bonito reto y el deber de encontrarnos en algún punto intermedio para el beneficio de la sociedad. Al final, lo importante es que los españoles tengan acceso a unas cada vez mejores soluciones de movilidad". En el centro de todo ello está el negocio, basado en el cobro del 10% de cada transacción con un máximo de un euro y otros cargos por cancelaciones.
Mario Carranza, que ya participó en 2011 en el lanzamiento de Cabify, cree que Amovens conecta con las dos grandes tendencias de lo que será la movilidad del mañana. "Por un lado, un mayor foco en compartir, y por otro, una integración de distintos servicios en una misma plataforma". Para Bajjali, el modelo se apoya en un progresivo cambio en la manera en la que las personas se relacionan con los automóviles. "Cada vez se piensa más en el coche como servicio y menos como símbolo de estatus", asegura.
Dueño extranjero
Adquirida en 2014 por la danesa GoMore, Amovens cuenta ya con una treintena de empleados. En el último año su comunidad de viaje compartido se ha duplicado, alcanzando el millón de usuarios en España. El número de propietarios que alquilan sus coches a particulares se ha multiplicado por cuatro hasta superar los 6.000. En total, según las cifras facilitadas por la compañía, 200.000 personas usan su fórmula todos los meses.
Entre los clientes abundan las personas jóvenes residentes en grandes ciudades. Pero la empresa no se resigna a ser exclusivamente una marca para millennials urbanitas. "La economía colaborativa nos engloba a todos. En Amovens puedes compartir viaje con un señor de 88 años o alquilar el coche a una madre de familia. Y no solo en las grandes ciudades. Nuestro público es España", sostiene Alberto Bajjali.
Solo que tal vez España no lo sepa todavía. Para el director de marketing de la startup, la sociedad no está programada para la economía colaborativa. "A priori, todos tendemos a desconfiar de las personas que no conocemos. Nuestro objetivo es crear un entorno que permita a nuestra comunidad construir lazos de confianza". Los profanos en este movimiento colaborativo, sin embargo, recelan, al menos, puntualiza Bajjali, hasta que lo prueban. "Una vez dentro de la comunidad, los usuarios comienzan a acumular experiencias positivas que acaban provocando que esa misma persona que tenía reticencias a usarnos nos acabe recomendando a su entorno".
Boca a boca
Ese boca a boca, defienden sus responsables, se ha convertido en su mejor estrategia para seguir ganando adeptos. En 2020 esperan alcanzar los 20 millones de usuarios "como resultado del crecimiento de nuestra comunidad en España y la expansión a nuevos mercados en Europa", dice Alberto Bajjali. Francia será el primero de esos mercados destino, gracias a una ronda de inversión de cinco millones de euros que la compañía acaba de cerrar con ese fin.
¿Dónde está el límite? Lejos de temer una eventual "burbuja" en el sector, este directivo piensa que en el espacio de la movilidad colaborativa está todo por hacer. "Esto no ha hecho más que empezar. En la economía colaborativa mandan los usuarios. El hecho de que una nueva startup surja y sobreviva solo tiene una explicación: que su solución es útil".
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