Cabify ‘exporta’ vehículos con licencia de Madrid a Málaga y aviva la guerra con el taxi
La regulación de VTC permite trasladar la flota puntualmente, lo que puede extender el conflicto con los taxistas más allá de las grandes ciudades en las que opera
El conflicto entre el gremio del taxi y plataformas como Uber y Cabify no decrece con el tiempo ni se limita a las grandes ciudades en las que operan. De hecho, amenaza con extenderse a zonas donde tienen poca presencia. Esta semana ha sido Málaga el epicentro de la lucha fratricida entre los taxistas y los trabajadores con licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC) tras el refuerzo de coches de Cabify desde Madrid. El gremio del taxi de la Costa del Sol pide que se les expulse. Sin embargo, según la ley que lo regula, los conductores con estos permisos sí pueden trabajar en otra autonomía, aunque con una limitación: no puede suponer más del 20% de su facturación trimestral.
El gremio del taxi malagueño, en protesta, está en huelga indefinida desde el lunes. Un paro que ha ido acompañado de agresiones a trabajadores y vehículos de Cabify, como ha denunciado la propia compañía. Entre los agredidos también está Eduardo Martín, presidente de Unauto VTC, la asociación mayoritaria del sector a nivel nacional. "Esperamos que las instituciones tomen medidas contra estos ataques", afirman desde la plataforma de conductores con licencias VTC.
Cabify, que opera todo el año en Málaga, ha enviado esta semana 35 vehículos de refuerzo para la Feria de Agosto. Ante esto, el gremio del taxi de la ciudad empezó sus protestas el domingo y solo cederán —en principio— si la Administración Pública atiende sus peticiones. En concreto, exigen a la Junta de Andalucía que se expulse a los vehículos que no hayan obtenido su licencia en esta comunidad, algo que va en contra del Reglamento de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres. Además, solicitan al Ayuntamiento de Málaga una tasa para los VTC en fechas clave como esta.
La Feria de Agosto de Málaga ha sido el reclamo para que Cabify enviara este refuerzo, que supone duplicar la flota en la ciudad, algo similar a lo que ocurrió en Sevilla durante la Feria de Abril. Entonces también denunció agresiones. Entre ellas, el incendio de nueve vehículos de Cabify en los estacionamientos de un alojamiento rural de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla) donde descansaban sus conductores. "No hacemos nada ilegal. Estos refuerzos tratan de satisfacer la demanda de nuestros clientes, que se dispara en estos días", defiende un portavoz de Cabify.
La regulación sobre las licencias VTC permite este traslado de flota puntual, sea en el número que sea, hacia otras comunidades. "Deberán ser utilizados habitualmente en la prestación de servicios en el territorio de la comunidad autónoma en que se encuentre domiciliada la autorización", dice la ley, que añade: "Se entenderá que no ha sido utilizado habitualmente en su comunidad cuando el 20% o más de los servicios realizado dentro de un período de tres meses no haya discurrido, ni siquiera parcialmente, por dicho territorio".
Así, el foco del conflicto está ahora fuera de Madrid y Barcelona, aunque ha sido en estas ciudades donde se ha producido el grueso de las protestas. El gremio del taxi considera que empresas como Uber y Cabify precarizan su trabajo y exige el cumplimiento de la ley de transporte: una licencia VTC por cada 30 de taxis. Sin embargo, en la propia norma se matiza que “las comunidades podrán modificar la regla de la proporcionalidad”. En la actualidad hay 65.043 licencias de taxi y 5.848 de VTC, según el Ministerio de Fomento a fecha de 3 de julio (última actualización disponible). Es decir, una licencia para vehículos de alquiler con conductor por cada 11 de taxis. Una ratio que se puede disparar a través de sentencias judiciales.
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