El peso y la Bolsa mexicana celebran la victoria del PRI en el Estado de México
Los inversores temían dos desenlaces de esta cita electoral: una victoria de Morena o un ajustado tan ajustado que acabase dirimiéndose en tribunales. Ninguna está ahora sobre la mesa
Sucedió en las elecciones estadounidenses, ayer en las elecciones del Estado de México y volverá a suceder dentro de un año, en los comicios federales mexicanos: el peso se ha convertido en el mejor indicador de los vaivenes políticos. Al filo de las once de la noche, muy poco después de que la autoridad electoral mexiquense hiciese pública su proyección de resultados, que ponía al PRI en primer lugar y contradecía el conteo parcial –en el que Morena aventajaba aún en varios puntos al partido hegemónico en el Edomex–, el peso borraba de un plumazo los números rojos y empezaba a ganar terreno frente al dólar. Los inversores aplaudían que no se produjese lo que entienden como un riesgo para las finanzas públicas y la economía mexicana: una victoria del partido de Andrés Manuel López Obrador en la entidad más poblada del país que le pondría en bandeja su llegada a Los Pinos en julio de 2018.
La tendencia continuó a lo largo de la noche, a medida que resultados oficiales y proyecciones iban convergiendo hacia un punto común: la victoria del PRI era cada vez más segura. E incluso más holgada –dentro de lo ajustado de estas elecciones– de lo que cabría esperar a la luz de las encuestas de las últimas semanas, que mostraban un empate técnico e incluso una ligera ventaja para la fuerza izquierdista. Pero, por si cabía alguna duda, el diagnóstico de los mercados financieros ha terminado de aclararse esta mañana con la apertura en verde del principal índice de la Bolsa mexicana, el IPC. "Aunque el resultado no elimina la posibilidad de una alternancia en las elecciones federales de 2018, sí se reduce esta probabilidad. El Edomex es clave para el PRI", apunta Gabriela Siller en un análisis para clientes.
Son tres los riesgos que los mercados parecen dar por liquidados tras la victoria del PRI ayer: "Nunca había perdido el Estado de México, la importancia de esta entidad es capital y nunca este partido había afrontado unas elecciones tan complejas", valora Juan Carlos Minero, director de Gestión e Inversiones de BWC.
Lo que empezó como una noche difícil para la moneda mexicana fue tronándose, con el paso de las horas, en un camino propicio para la apreciación. "La conclusión de las elecciones no fue fácil ni rápida", añade Minero por teléfono. "A la proyección estadística inicial le faltaban muchas casillas; por eso el peso no jaló de un solo golpe". A eso hay que sumar que las primeras actas en ser recontadas fueron, casi en su totalidad, de localidades favorables a los intereses de Morena.
Pero con el avance del escrutinio, sobre todo a partir del momento en el que entraron en juego las casillas con mayor inclinación priísta, la balanza de los resultados se dio la vuelta y se decantó a favor del priísta Alfredo Del Mazo adalid de la continuidad en los comicios mexiquenses. "A partir de ese momento, el tipo de cambio empezó a ganar estabilidad. Lo que indica es que los inversores piensan que no hubo un cambio importante, que López Obrador no inclinó la balanza a su favor y que el riesgo de que llegue a la presidencia es menor. La probabilidad de que ganen pierde fuerza", subraya Minero. "Sin embargo todavía estamos en el área gris, en el limbo, porque aún no está claro que Morena no vaya a rebatir o incluso judicializar los resultados".
Del candidato de Morena a la presidencia mexicana, los analistas temen su sesgo proteccionista y nacionalista pese a su promesa de ortodoxia fiscal. Pero, por encima de todo, les da miedo sus propuestas de revertir reformas estrcuturales en ámbitos como la energía, las finanzas o la educación, y la posibilidad de que trastoque el proceso renegociador del TLC, el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. De haber ganado ayer Delfina Gómez, allanando así el camino de su líder, López Obrador, hacia la jefatura de la República, los analistas calculaban que podría haber acarreado una corrección de la Bolsa de hasta el 20% en cuestión de semanas. Justo en el momento en el que los parqués se toman un respiro tras el jarro de agua fría que supuso la victoria de Trump en noviembre pasado. Ese escenario queda, ahora, descartado: los parqués siguen su camino alcista y el peso cerró este lunes su mejor jornada en nueve meses, con una revalorización de casi un 2%.
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