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Tomás Burgos avisa de que “la relación entre pensión y salario tiene que ser más realista”

El secretario de Estado de la Seguridad Social señala que las nuevas prestaciones añaden una "sobrepresión económica muy importante al sistema"

Manuel V. Gómez
El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, durante una presentación de datos de afiliación
El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, durante una presentación de datos de afiliaciónEFE

El máximo responsable de la Seguridad Social, Tomás Burgos, ha advertido de que las nuevas pensiones están añadiendo “una sobrepresión económica al sistema muy importante”, según ha explicado al acabar su comparecencia en la comisión de Presupuestos del Congreso. Ante los diputados, Burgos ha explicado que la tasa de sustitución de las nuevas altas de jubilación —cuantía de la pensión sobre el salario medio— se sitúa en el 94,3%. Después ante la prensa ha sido cuando ha subrayado esa “sobrepresión” y ha apuntado que esa tasa es de las más altas de los países miembros de la OCDE. Ha señalado que esto se produce por la “cierta facilidad con la que se adquieren derechos de jubilación” y ha avisado de que “la relación entre pensión y salario tiene que ser más realista”.

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Al Ejecutivo le preocupa la tendencia al alza que tiene la tasa de sustitución en España. Para apuntalar esto, el secretario de Estado de la Seguridad Social se ha presentado en el congreso con una batería de datos que sostienen esta evolución: la relación entre el salario medio y la pensión media del sistema es del 59,2%, pero en las nuevas altas sube hasta el 69%; si se toman solo las prestaciones de jubilación, el promedio total es del 68,3% y el de las nuevas del 86,8%; y si de estas se toman solo las de los asalariados, la relación es del 77,8% frente al 94,3%.

Todos estos datos meten “una sobrepresión económica al sistema muy importante”, en palabras de Burgos, que ha cuantificado: si en 2016, el efecto sustitución suponía 1,6 puntos en el incremento porcentual del gasto en pensiones; en 2017, añade 1,7 puntos.

¿Por qué sucede esto? Burgos no ha bajado al detalle y ha apuntado a cómo funcionan “los parámetros del sistema”, es decir, las condiciones que se exigen para tener derecho a pensión y los elementos de las carreras de cotización (años, cuotas pagadas, edad de jubilación, coeficientes de reducción si el retiro es anticipado…) que se toman para calcular la cuantía de la primera prestación del pensionista.

“El efecto de las nuevas entradas hace que estén mejorando mucho la situación de las nuevas pensiones en vigor. Cada vez se protege más porque las pensiones son más altas”, ha abundado Burgos. Y ha comparado esta situación con la que se produce en otros países de la OCDE, que ha recordado tienen esta tasa más baja. También se ha acordado Burgos en sus palabras ante los periodistas de que los países de este club de estados desarrollados que tenían esta ratio alta han tenido que aplicar recortes y ha mencionado Grecia y Portugal.

No obstante, a la hora de hacer comparaciones internacionales, hay que tener cuidado porque esos parámetros de los que habla Burgos son diferentes. Por ejemplo, Alemania, país referente por muchos motivos, tiene una tasa de sustitución sensiblemente más baja que la española. Sin embargo, en este país se reconoce pensión contributiva solo con cinco años cotizados, lo que en teoría da acceso a más gente y con menos derechos, y no tiene un sistema pensiones de jubilación mínimas, por lo que la media está afectada por eso y, también, por los sueldos más altos. España, en cambio, exige 15 años de cotización, lo que limita el acceso pero incrementa los derechos, y sí cuenta con una pensión mínima, que lógicamente tira al alza de la media. 

A pesar de esto, Burgos ha apuntado que “moderar esas tasas no significa que los pensionistas vayan a tener pensiones más bajas sino que la relación entre pensión y salario tiene que ser más realista”. En este razonamiento se presupone que los sueldos tienen que subir a un ritmo más alto de lo que lo hacen las pensiones iniciales, algo que en definitiva supone endurecer esos “parámetros” de los que habla Burgos, ya que según ha dicho hay “cierta facilidad con la que adquieren derechos de pensión”.

Reformas del sistema

Las pasadas reformas del sistema han perseguido reducir esta tasa de sustitución. Sin embargo, y dada su entrada en vigor progresiva, esta tasa ha subido a tenor de los números expresados Burgos. Por ejemplo, en 2011 además de retrasar paulatinamente la edad de jubilación también se aumentó lentamente el número de años con los que se calcula la pensión inicial de 15 a 25 (en 2017 se toman los últimos 20 años cotizados). En 2013 se endureció el acceso al retiro anticipado aumentando los coeficientes reductores, pero también se estableció un periodo transitorio para quienes habían perdido su empleo antes de esa fecha.

Aunque la medida que, según todos los expertos apuntan, tiene más potencia todavía no ha entrado en vigor: el factor de sostenibilidad. Esto no es más –ni menos- que un nuevo parámetro que ligará la pensión inicial del jubilado nuevo a la esperanza de vida. Comenzará a aplicarse en 2019. Diferentes cálculos efectuados últimamente estiman que esto supondrá una reducción real de la pensión inicial. Por ejemplo, un estudio de finales de 2016 del actuario Enrique Devesa, uno de los expertos consultados por el Gobierno para diseñar el Facto de Sostenibilidad en 2013, lo ilustra así: un jubilado que se retire en 2019 y tenga derecho a una pensión de 1.000 euros, cobrará 36 euros más que alguien que se retire 10 años más tarde a la misma edad y con una carrera de cotización idéntica.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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