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La huella de Aldo está por todas partes

El grupo canadiense, fundado en 1972 por un inmigrante marroquí, se afianza en el mercado mundial del calzado

Zapatos y otros complementos en una tienda Aldo.
Zapatos y otros complementos en una tienda Aldo.

A Albert Bensadoun se le conoce desde joven simplemente como Aldo, así que decidió utilizar estas cuatro letras para bautizar a su compañía en 1972. Hoy es una de las grandes protagonistas del calzado internacional. El pasado mes de noviembre, en la entrega de premios de la publicación Footwear News (considerados los Oscar del zapato), Bensadoun recibió un galardón por su trayectoria. El reconocimiento se justifica: las tiendas Aldo atienden a unos 200 millones de clientes por año en 99 países. En 2015, el grupo facturó más de 2.020 millones de dólares canadienses (1.425 millones de euros).

Bensadoun (Casablanca, Marruecos, 1939), hijo de un comerciante de calzado y nieto de un zapatero, llegó a Montreal a principios de los años sesenta para cursar estudios en Economía. Trabajó un tiempo como analista y luego participó en un proyecto con una firma de zapatos. Ahí se dio cuenta de que sus lazos familiares con el calzado le podían abrir una senda exitosa. Fundó Aldo en 1972, exhibiendo sus productos en una sección de unos grandes almacenes. Seis años después, abrió su primer establecimiento en la calle Sainte-Catherine, una de las arterias comerciales más importantes de Montreal.

Durante los ochenta, la marca Aldo se extendió por varias provincias canadienses con una red de 95 tiendas. En 1993, Bensadoun sucumbió a la atracción que genera EE UU, así que abrió un primer establecimiento en Boston, al que se sumarían 125 más en otras ciudades estadounidenses. La mira estuvo puesta posteriormente en distintos puntos del globo. Actualmente, la marca tiene 900 tiendas propias en Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, además de 1.100 franquicias en países como Israel, Arabia Saudí, Singapur, Portugal, Sudáfrica, Rusia, Marruecos, México, Perú, España, Francia, Italia, Senegal y Australia. Suma alrededor de 20.000 empleados (12.000 corporativos y 8.000 en las franquicias).

"Hemos sido una compañía humilde. Empezamos en Canadá, que no es una gran potencia de la moda. No nos hemos guiado por la arrogancia de imponer a todo el mundo el mismo estilo de calzado. Siempre pensamos que nuestras colecciones deben estar adaptadas a cada país. Hay distintos climas, tradiciones culturales y necesidades para tomar en cuenta. Por eso consideramos que es importante mostrar sensibilidad a estas diferencias", comenta Norman Jaskolka, presidente de la división internacional de Aldo.

El éxito mundial de la compañía se explica por esta sensibilidad, aunque otros factores también están detrás. Aldo se ha consolidado como una marca de referencia en el calzado de fast fashion (moda rápida). La firma cuenta con un ejército de cazadores de tendencias que se pasean por las calles, revisan la prensa especializada y asisten a eventos de moda. "Nos enfocamos en una clientela que busca un estilo apropiado que subraye su personalidad y que sea cómodo, todo esto a precios asequibles", cuenta Jaskolka.

Modelos rápidos

En promedio, Aldo diseña y fabrica un nuevo modelo en un periodo de entre tres y cuatro meses. Cada año, pone en el mercado alrededor de 3.000 distintos tipos de calzado, además de que produce otros accesorios como cinturones, bolsos y anteojos. En un principio, el diseño se realizaba exclusivamente en Montreal, pero Jaskolka señala que trabajan cada vez más con equipos de diseñadores en Europa y Estados Unidos.

Alrededor de dos tercios de los zapatos de Aldo se fabrican en Asia; el resto se produce en Portugal, España, Italia y en países de Europa del Este. Asimismo, invertir en estrategias de publicidad y firmar alianzas ha rendido buenos frutos. Prueba de ello es que Aldo ha contratado al reputado fotógrafo Terry Richardson y se ha ocupado de la colección de zapatos de Truth or Dare, la línea de moda de la cantante Madonna.

Desde hace unos años, Aldo vende sus productos en algunos grandes almacenes (como es el caso de Macy's en Estados Unidos) y a través de Amazon. Internet es una esfera donde la firma de Montreal busca tener mayor penetración. El 15% de sus ventas ya se realizan en la Red, pero técnicos y directivos están trabajando para aumentar esta cifra en los próximos años. Aldo también ha logrado comercializar con éxito otras dos marcas de su propiedad: Call it Spring, de corte más juvenil, y Globo, como calzado familiar.

Albert Bensadoun, Aldo, sigue presente en las operaciones de la empresa, aunque, desde hace algunos años, sus tres hijos participan con mayores responsabilidades. Prueba de ello es que, desde el 1 de abril, Daniel Bensadoun, el mayor de los vástagos, es el presidente del Grupo Aldo. En distintas entrevistas, el creador de la firma ha señalado que la idea de cotizar en Bolsa no está contemplada, ya que el objetivo es continuar con la independencia y los valores familiares de este emporio zapatero. Jaskolka afirma que la expansión a escala mundial de la compañía continuará: "Queremos crecer en todos los continentes. Trabajamos actualmente con un plan diseñado para los próximos cinco años que nos permita doblar nuestra actividad internacional. La principal zona de desarrollo es Europa, así que buscaremos tener mayor presencia ahí con tiendas y ventas online".

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