Isolux retrasa las cuentas de 2016 y negocia una inyección de capital urgente con los bancos
La empresa confía en desbloquear las negociaciones con CaixaBank, Bankia y Santander
Isolux Corsán decidió este martes aplazar hasta el viernes la formulación de las cuentas de 2016 dada “la extrema complejidad” que presentan por el rescate en el que se encuentra. Para esa fecha, la empresa espera haber desbloqueado las negociaciones con CaixaBank, Bankia y Santander, sus principales bancos acreedores y ahora accionistas, para recibir la inyección de una liquidez que necesita para renegociar proyectos y no tener que presentar concurso de acreedores.
Isolux se encuentra en la semana crucial para evitar la suspensión de pagos. Durante estos días, sus responsables tendrán que convencer a la banca acreedora para que le inyecten liquidez. La empresa que preside Nemesio Fernández-Cuesta necesita entre 300 y 400 millones en los próximos nueve meses y, de forma inmediata, al menos unos 40 mientras busca un inversor. En caso contrario, el concurso de acreedores resultará inevitable. La solución pende de los tres principales acreedores y accionistas (CaixaBank, Bankia y Santander), sobre todo el banco cántabro, que vendió su deuda a Goldman Sachs aunque haya seguido negociando.
Isolux salvó en julio del año pasado el primer apuro al lograr reestructurar la deuda (unos 2.400 millones) y reducirla a algo más de 900. El acuerdo, que llevó a que una veintena de bancos entraran en su capital, pasaba por un plan de desinversiones de activos y negocios no estratégicos para centrarse en la construcción.
Aplazamiento
En paralelo, el consejo de administración seguirá analizando las cuentas de 2016 hasta el viernes después de aplazar este martes su formulación y aprobación. Según la empresa, se debe a lo “extremadamente complejo” de los resultados derivados del proceso de rescate y la cascada de “operaciones financieras, corporativas, jurídicas y contables”.
Además de la reestructuración y capitalización, el plan incluyó operaciones corporativas, un cambio en el método de contabilidad de las concesiones y ajustes y saneamientos en los activos. Una de las operaciones que mayor dificultad arroja para formular las cuentas es la disolución a comienzos del pasado ejercicio de Isolux IPC, la filial de concesiones que el grupo compartía con el fondo canadiense PSP.
Isolux se quedó con las líneas de transmisión eléctrica y la filial fotovoltaica T-Solar, mientras que el fondo mantuvo las autopistas de peaje. La empresa puso en venta su parte, lo que implicó la reclasificación y “la revisión de los valores contables y, en consecuencia, la contabilización de pérdidas”. En la primera mitad de 2016, arrojó una pérdida neta de 270,5 millones que multiplicó por 16 las de un año antes.
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