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El Tribunal de Cuentas critica deficiencias de personal y organización del Banco de España

Apunta la falta de inspectores en los equipos de supervisión y el escaso control sobre los nombramientos de altos cargos bancarios

Íñigo de Barrón
El presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda
El presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de MirandaLuis Sevillano

El Tribunal de Cuentas  lanzó ayer una dura crítica a la organización interna del Banco de España y a su falta de control sobre aspectos técnicos de las entidades. El órgano fiscalizador apunta que debería “desarrollar, en colaboración con el BCE, los procesos para dotar con personal a los equipos de inspección; concretando los perfiles profesionales y estableciendo planes de formación”. El informe llega en pleno enfrentamiento de los inspectores con la cúpula del supervisor. En las alegaciones, el Banco de España afirma que hay “incorrecciones” en las críticas y rebate algunas de ellas alegando que sigue los criterios del BCE.

]Nuevos problemas y críticas al Banco de España. En mitad de la polémica por su papel en crisis financiera, mientras mantiene una confrontación con los inspectores por la salida a Bolsa de Bankia y unos días después del nombramiento de un polémico director general de Supervisión, Julio Durán, por su escaso conocimiento de la materia, el Tribunal de Cuentas echa más leña al fuego.

En su Informe de fiscalización de procedimientos de la función supervisora del Banco de España, ejercicio 2015, describe una deficiente asignación de los recursos humanos y técnicos de la institución. También apunta que no culmina su labor inspectora. Por eso, le recomienda una “mejora del seguimiento del cumplimiento, por parte de las entidades, de los requerimientos y recomendaciones que formula”.

El Tribunal de Cuentas considera que el organismo dirigido por Luis Linde debe “insistir, en sus comunicaciones con las entidades, sobre la necesidad de mejorar la uniformidad y contenido de sus informes de autoevaluación de capital; así como de los procedimientos de evaluación de la idoneidad de sus altos cargos”.

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Otra de las peticiones del ente auditor es que continúe “con la modernización de las herramientas informáticas que utiliza para la evaluación de la idoneidad de los altos cargos y para la supervisión de conducta de entidades”.

Sobre la protección a los clientes bancarios, el Tribunal destaca que “el 74% de las resoluciones emitidas por el Banco de España tuvieron un sentido favorable a los reclamantes, si bien tales resoluciones no tienen carácter vinculante para las entidades”. El propio supervisor ha pedido en diferentes ocasiones que cuando otorgue la razón al cliente en una reclamación, el banco debería cumplir su dictamen. Sin embargo, la legislación actual permite ignorar lo que dice el supervisor. Esta situación deja en indefensión al cliente ya que solo le queda el costoso camino de los tribunales.

El informe “está delimitado por la actividad de supervisión que realiza el Banco de España (BE), tras la entrada en vigor del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), en noviembre de 2014”. Aclara que el MUS “dio lugar a una nueva distribución de competencias supervisoras entre el Banco Central Europeo (BCE), que no está fiscalizada por el Tribunal de Cuentas, y el BE”.

El informe señala que el programa de supervisión de conducta de entidades, “que se elaboró por primera vez en 2015, no se ejecutó suficientemente, ya que el Banco de España tuvo que asignar recursos a actividades que no había planificado y que surgieron como consecuencia de reclamaciones y denuncias de clientes de entidades, así como de requerimientos del propio supervisor”.

"Actuaciones no planificadas"

Según el Tribunal de Cuentas, hubo “más actuaciones no planificadas que las que se realizaron en cumplimiento del programa supervisor, lo que pone de manifiesto la necesidad de mejorar el proceso y la información empleada para la planificación” de las actuaciones de supervisión.

Pese a la crítica de falta de inspectores, está previsto que se incorporen unos 25 de media cada año entre 2015 y 2018. De esta manera, en cuatro años se incorporarían unos 100 inspectores más. Precisamente el informe del Tribunal de Cuentas se realizó en 2015, justo después de que unos 100 inspectores del Banco de España se habían ido a Frankfort para incorporarse al Mecanismo Único de Supervisión, tras aprobar las pruebas de acceso.

En las alegaciones al informe, el Banco de España dice, en varias ocasiones, que son acusaciones “no correctas” y rebate las críticas sobre los modelos de capital de las entidades, la falta de control de la idoneidad de los cargos y otros aspectos técnicos. Alega que sigue las directrices del MUS, de BCE y de la Autoridad Bancaria Europea, “como autoridades supervisoras y reguladoras que transmiten orientaciones con un esquema de flexibilidad”.

Este informe llega después de otro del Tribunal de Cuentas, de enero pasado, en el que criticó aspectos del funcionamiento del FROB, un organismo que dependen del Ministerio de Economía, aunque también el Banco de España tiene una participación relevante.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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