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Argentina afina el rumbo económico

El Gobierno del presidente Mauricio Macri asegura que el país avanza en las reformas que necesita para atraer inversiones y convencer al mundo de que el cambio es duradero

Thiago Ferrer Morini
Mauricio Macri, presidente de Argentina, y Juan Luis Cebrián, presidente de PRISA y EL PAÍS.
Mauricio Macri, presidente de Argentina, y Juan Luis Cebrián, presidente de PRISA y EL PAÍS.Bernardo Pérez

El economista Simon Kuznets (1901-1985) decía que “hay cuatro clases de economías en el mundo: desarrolladas, sin desarrollar, Japón y Argentina”. Y es que el país sudamericano carga consigo la fama de tener un talento para tomar la senda equivocada en todos los ciclos económicos. “Llevo escuchando desde que fui a Davos [en enero de 2016] lo siguiente: ¿por qué ésta vez Argentina sí?”, explicó el presidente Mauricio Macri en el foro Invertir en Argentina, organizado por el grupo PRISA y EL PAÍS el pasado viernes en Madrid. Y la respuesta es que es “una Argentina distinta. Una Argentina madura”, afirmó al comienzo del evento con el presidente de PRISA y EL PAÍS, Juan Luis Cebrián. “Estamos capitalizando el aprendizaje de todos estos años. El cambio salió de una necesidad de la mayoría de los argentinos, que dijeron: basta de engañarnos. Basta del nacionalismo autocompasivo que no conduce a nada. Los problemas no han acabado, nada más lejos, porque del populismo no se sale de un día para el otro, pero ya tenemos un proceso para salir”.

La elección del presidente Macri en octubre de 2015 puso fin a 12 años de gobiernos de los Kirchner, primero de Néstor (2003-2007) y luego de su esposa, Cristina Fernández (2007-2015); pero una cosa es cambiar de inquilino en la Casa Rosada y otra muy distinta es reconducir el rumbo de una economía en crisis tras un periodo tan largo de políticas populistas. Argentina cerró 2016 en recesión, con una inflación del 40% interanual y un arriesgado problema de déficit. Para este año, no obstante, las cifras son mucho más esperanzadoras. Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el producto interior bruto (PIB) avanzará un 2,7%, mientras que la inflación se prevé un poco por encima de un 20%. “El desafío no es ya crecer este año, que lo haremos”, consideró Macri. “Es crecer los próximos 20 años. Hay talento e innovación, porque este despelote nos ha hecho más creativos todavía”.

España es un objetivo natural en la campaña del Gobierno argentino de recuperar su posición ante los inversores. “España dejó de ser el primer inversor en Argentina, cuando es su posición natural”, señaló el ministro de Producción argentino, Francisco Cabrera. “Nuestra relación siempre fue fuerte, pero en los últimos 12 años se ha deteriorado muchísimo”. Los empresarios presentes en el foro —patrocinado por Abertis, BBVA, Iberia, Indra y Telefónica y con la colaboración de Radio Continental y El Nueve—, dejaron constancia de su confianza en el proyecto del Ejecutivo argentino. “Ciertamente, la victoria de Macri representa un antes y un después”, explicó Francisco González, presidente de BBVA, cuya filial argentina representa un 4,2% del margen neto del grupo. “Lo hemos pasado muy mal y hemos estado a punto de tirar la toalla”, recordó Francisco Reynés, vicepresidente y consejero delegado de Abertis. “Ahora tenemos ganas de volver”.

Más esfuerzo

Sin embargo, todos coincidieron en que ese apoyo requiere más esfuerzos por seguir reformando la economía del país sudamericano. “El desafío es recuperar el destrozo de los últimos años”, señaló González. “Lo importante es que el próximo Gobierno, sea este u otro, se incorpore a la política que se está llevando a cabo ahora. Es una oportunidad única y ojalá no se pierda”. “Necesitamos que el Gobierno siga perseverando”, desarrolló José Cabello, director general para España y Latinoamérica de Indra. “Se debe intentar controlar la inflación y seguir generando este clima de confianza”.

“A Argentina le faltan tres cosas que ahora, si no tiene, esperamos que tenga pronto”, consideró Reynés. “Primero, creer que con la colaboración entre el sector público y sector privado todo el mundo gana. Segundo, una seguridad jurídica que garantice el retorno de las inversiones. Tercero, un regulador independiente”. El Gobierno también tiene su propia lista de reformas que quiere alcanzar. Entre ellas, la tributaria, esperada para 2018 (“El actual sistema es kafkiano y castiga al sector productivo”, aseguró el ministro Cabrera), así como la desburocratización y la modernización de la justicia laboral.

“Creo que las oportunidades son muy importantes”, explicó el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser. Entre las áreas de negocio abiertas al capital extranjero, están “infraestructura, energía, servicios financieros, manufactura (automovilística), petróleo y gas”. El intervencionismo del anterior Gobierno dejó secos de inversiones sectores tremendamente relevantes para la economía argentina. Uno de los que ha superado sus deficiencias es el de las telecomunicaciones. “Logramos la licitación del espectro radioeléctrico tras 16 años de espera”, explicó Eduardo Caride, presidente y consejero delegado de Telefónica Latinoamérica. “Hemos tenido que implantar el 4G a ritmo acelerado, porque estabámos atrasados por la escasez de espectro. Pero hemos invertido 30.000 millones de pesos (1.830 millones de euros) para conseguirlo”.

Otro sector donde la presencia internacional es esencial es en el paso del país sudamericano a las renovables. Argentina es uno de los países con mayor potencial eólico del mundo. “Nuestro objetivo es que el 20% de la producción sea renovable en 2025, frente al 8% actual”, señaló Sebastián Kind, subsecretario de Energías Renovables. “Estamos previendo inversiones por 15.000 millones de dólares en nueva potencia instalada, de la que un 50% será renovable”.

También atrae el interés de los inversores la red de infraestructuras de transporte. “Cuando viajo por las carreteras argentinas, me pregunto: ¿En qué guerra hemos estado?”, explicó el administrador general de la Dirección Nacional de Vialidad, Javier Iguacel. “En estos momentos, hay 1.100 kilómetros de autopistas construyéndose y cuatro o cinco contratos con un valor de 350 millones de dólares (330 millones de euros)”, añadió.

Argentina también tiene gigantescos desequilibrios hídricos, entre las cuencas del Paraná y del Uruguay (entre los mayores ríos del mundo por caudal) y las regiones secas del sur y del noreste. Un Plan Nacional del Agua, con el fin de abastecer a los millones de argentinos sin agua corriente y, además, ampliar la capacidad de producción agrícola del país, ha recibido hasta ahora 35.000 millones de pesos (2.150 millones de euros) en inversiones.

Los empresarios aprecian estos planes, pero exigen seguridad jurídica. “El cumplimiento de las reglas de juego entre la empresa y el Gobierno es fundamental. Siempre que eso se cumpla, estamos dispuestos a dar a cambio un compromiso de inversiones a largo plazo”, señaló Francisco Reynés. “Por fin hay en Argentina un Gobierno que entiende los términos de la asociación público-privada, las necesidades de adelantar los flujos y facilitar una adecuada retribución del capital privado”.

Vuelta al mundo

En política exterior, tras salir del ostracismo —“la OMC estuvo a punto de condenarnos”, recuerda Cabrera— el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur es el gran objetivo del Gobierno de Macri. “Mercosur tiene pactos con el 10% del PIB mundial”, apunta el ministro de Producción. “Chile tiene tratados con el 90%. Los bloques o países cerrados no pueden formar parte de las grandes cadenas internacionales de valor, por lo que cierra la puerta a las inversiones”. Para ese acuerdo con la UE, España es fundamental. “Es el socio natural, el que conoce los lazos. Tiene que ser nuestro abogado”, apunta Cabrera. El ministro de Economía español, Luis de Guindos, señaló que, si es por voluntad de las instituciones europeas, no habrá problema. “Esperamos que haya una decisión política antes de final de año”.

El Gobierno es consciente de que, sin mayoría en ninguna de las Cámaras y enfrentado a elecciones legislativas en octubre, la negociación con las distintas fuerzas de oposición es imprescindible. “La actual situación nos obliga a una enorme dinámica de diálogo e interacción”, explicó el presidente. “Hemos logrado sacar adelante cuatro o cinco reformas estructurales importantísimas. El Congreso me ha generado muchas canas porque cree que es su trabajo, pero cuando es importante para los argentinos, las cosas salen adelante”.

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Sobre la firma

Thiago Ferrer Morini
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

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