Los beneficios de Ryanair caen un 8% por la depreciación de la libra
Pese a mejorar en pasajeros y ocupación, las tarifas de la aerolínea bajan un 17% entre octubre y diciembre
En octubre, Ryanair ya advirtió de que sus beneficios podrían resentirse del Brexit y la depreciación de la libra que trajo consigo el ‘sí’ británico a salir de la UE. La advertencia se ha materializado en los resultados del tercer trimestre (octubre-diciembre) de 2016. Durante el periodo, la aerolínea irlandesa transportó a más pasajeros y sus aviones volaron más llenos, con lo que logró aumentar sus ingresos un 1%, pero aún así, el beneficio se quedó en 95 millones de euros, un 8% menos que en el mismo trimestre de 2015. La causa está en la depreciación de la libra esterlina tras el referéndum del Brexit.
Desde que el 24 de junio se conoció el resultado del referéndum, la libra ha perdido un 11,2% de su valor frente al euro. Si el día 23 de junio la divisa británica se pagaba a 1,3072 euros, hoy la cotización está en 1,1607. En octubre del año pasado, marcó su nivel mínimo en décadas y llegó a cotizarse a 1,0967 euros (-16,1%).
Estas caídas han perjudicado los resultados de Ryanair. Pese a transportar a 28,8 millones de viajeros entre octubre y diciembre de 2016 (un 16% más que un año antes), sus ingresos apenas notaron el aumento de pasajeros. Pasaron de 1.330 millones de euros en el tercer cuarto de 2015 a 1.345 millones, apenas un 1% más, ya que el precio medio del billete cayó a 33 euros, un 17% menos. Los ahorros de costes por persona, del 12% (el 6% si se excluye el gasto en combustible), no han sido suficientes para compensar la caída.
En el acumulado de los nueve primeros meses, la aerolínea low cost ganó 1.262,3 millones de euros, un 16% menos que en el mismo periodo de 2015. Sin embargo, en los nueve primeros meses del año pasado sus beneficios sumaron 317,5 millones de ingresos atípicos (por la venta a IAG del 28,9% que poseía de la compañía Aer Lingus). Sin ellos, el beneficio se habría quedado en 2015 en 1.190 millones y por tanto, el beneficio de 2016 sería un 6% superior.
En un comunicado, el presidente de la aerolínea, Michael O’Leary, explica que, pese al crecimiento en tráfico y en la ocupación, que se situó en el 95%, “nuestras tarifas este invierno han caído abruptamente”. “Esta caída de los márgenes fue exacerbada por la fuerte caída de la libra esterlina tras la votación del Brexit”, afirma. La respuesta de la empresa a este “entorno más débil” fue “mejorar la experiencia del cliente, reducir costes y estimular la demanda con tarifas más baratas”, explica el directivo.
Por el momento, no prevé una recuperación de los precios, toda vez que Ryanair y otras aerolíneas están incrementando su capacidad. Además, la aerolínea sostiene que “la incertidumbre post-Brexit, la debilidad de la libra y el traslado de capacidad de charter desde Turquía, Egipto y Norte de África hacia España y Portugal seguirán presionando los precios a la baja durante lo que queda de este año y 2018”. No obstante, la empresa ve la caída de tarifas como una “buena noticia” para los clientes y los aeropuertos donde opera y “mala para nuestros competidores, que no podrán igualar nuestros precios”. Ante la caída de precios, apuestan por reducir los costes por pasajero y aumentar el tráfico.
Para lo que queda de año y el año que viene, la empresa espera “incertidumbre” y una libra “volátil”, derivados de que el Gobierno británico ha apostado por un “Brexit duro”, así como una “desaceleración del crecimiento” en Reino Unido y Europa. Por tanto, esperan crecer menos de lo planeado en Gran Bretaña y apostarán por otros mercados europeos. En cualquier caso, Ryanair confía en que Reino Unido siga perteneciendo tras el Brexit al sistema europeo “cielos abiertos”. Así, prevé un beneficio de entre 1.300 y 1.350 millones para el final del año fiscal, con 119 millones de pasajeros transportados, siempre que no se produzcan “eventos de seguridad no previstos”.
Caída de la puntualidad
La puntualidad de los vuelos de Ryanair empeoró en los primeros nueve meses de su año fiscal, que acaba el 31 de marzo. Salvo enero, todos los meses registran un descenso de la tasa de puntualidad, que se traduce en una media del 88% frente a la del 91% en los nueve primeros meses del año fiscal anterior. La aerolínea achaca los retrasos a una meteorología “particularmente adversa”, a las “repetidas” huelgas y retrasos debidos a los controladores aéreos. En cualquier caso, explica que tomarán medidas para mejorar la puntualidad, como una revisión de la política que permite llevar dos bultos como equipaje de cabina, “que son la causa del aumento de los retrasos en la puerta de embarque”.
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