Vídeos para conquistar Internet
TheMotion convierte los catálogos estáticos de las empresas en vídeos para ayudarles a vender más
En la planta 43 de Torre Espacio, uno de los tres edificios que rascan el cielo donde un día estuvo la ciudad deportiva del Real Madrid, ocupa media oficina el equipo de TheMotion. La empresa, nacida hace sólo dos años como startup gracias a los tres millones de euros del grupo inversor Next Chance, con los que comparten sede en la torre madrileña, ofrece soluciones en vídeo a aquellas empresas que tengan catálogo de productos online. Su proyecto, registrado con dos patentes, recibió el premio en South Summit por el producto con más recorrido del año. Su tecnología convierte en vídeo los catálogos de producto de las páginas web de forma prácticamente instantánea. Pretenden así que las empresas rebajen costes anunciando sus productos en Internet “y, al mismo tiempo, vendan más”.
“Sólo el 19% del presupuesto de márketing de una marca se dedica al vídeo”, explica Iñigo Vega, director general de TheMotion. “Y choca, porque hoy el 73% del tráfico web es vídeo, eso significa que en menos de cinco años, sólo habrá ads en ese formato”, profetiza Vega, uno de los fundadores de la empresa. Cuando nacieron en 2014, y pensando en el escaso presupuesto para vídeo ads, se propusieron inventar “una tecnología que generase vídeos de forma instantánea y a un coste muy bajo”. La fórmula que buscaban debía ser, además, más atractiva que los anuncios estáticos de productos personalizados (en márketing se llama retargeting) que persiguen a uno mientras navega.
El poder de lo visual
El equipo de TheMotion, especializado en ‘video advertising’ (publicidad para Internet y en vídeo) advierte de que las empresas dedican una parte reducida de su presupuesto a la publicidad en vídeo. Pese a ello, Internet consume vídeo en un 73% de los casos. No en vano, Facebook, que hace poco anunció que “en cinco años no habrá nada de texto en la red social”, prima el contenido publicado en vídeo (obtiene mejor posicionamiento dentro de la red social que los enlaces y las fotos o el texto aislado). Por otra parte, los usuarios de redes sociales Whatsapp, Snapchat e Instagram han encontrado en el audiovisual una forma fácil de compartir contenidos efímeros también para las marcas, que tienen en los ‘millenials’ su principal target hoy.
La producción de estos materiales, sin embargo, es costosa y requiere de tiempos de producción más dilatados de lo que Internet soporta. Además, no tienen la capacidad de segmentar rápido al público, problema que TheMotion asegura que resuelve. Según explican, su producto “resuelve todo el tiempo que tarda una agencia y su cliente en sentarse a pensar un vídeo, producirlo, grabarlo, montarlo y rotularlo”. Además de abaratar costes, la startup presume de “ahorrar tiempo al poder hacer los cambios que pida el cliente con facilidad”. “Es instantáneo”, insisten, “y resuelve el problema de la creatividad, muy limitada en anuncios estáticos de retargeting, con un aspecto muy poco atractivo”, explica Iñigo Vega
Convierten en vídeo promocional —con rótulos, música e imágenes— los catálogos de más de 50 empresas de los sectores de turismo, comercio electrónico y clasificados. Entre sus clientes están Aeroméxico, Meliá, NH, El Ganso o Resem. Y aunque una de sus líneas de negocio es dar servicio a clientes, se orientan también a los proveedores que gestionan las campañas de forma global. Por ejemplo, trabajan con los socios de Google o de Facebook, como Adglow o agencias de medios como MediaCom, que dan servicio a miles de clientes.TheMotion trabaja así en su estrategia de expansión internacional y, de paso, pretende convertir su producto “en algo más rápidamente escalable”, para obtener beneficios más rápidamente. “El objetivo es llegar a multiplicar las ventas que tenemos ahora mismo por 20, llegar a los cinco millones de euros en 2017”.
El fondo español Next Chance Group fue el primero en darles un empujón. Lo hizo con tres millones de euros “que todavía no hemos consumido”. Es el mismo grupo que había apoyado a La Nevera Roja, comprada poco después por una empresa de comida de la aceleradora alemana Rocket Internet. La empresa de vídeo ads se prepara para otra ronda de financiación en el primer cuarto de año de 2017 por lo que, como casi todas las empresas en este impasse, se resiste a ser más específica con sus números. “La idea es crecer en clientes y en negocios, y ver cómo reacciona el mercado”, esquiva Vega.
Viejos conocidos de la Red
Ninguno de los cinco socios de la compañía aterriza en el negocio de Internet de primeras. Todos ellos han probado suerte en otras empresas del sector antes de dejar sus trabajos y centrarse en el videomarketing. Vega venía de Bodaclick, una pyme que poco después de salir a Bolsa pidió entrar en concurso de acreedores. Sus socios Andrzej Tucholka, Mauricio Morales, Segev Levi, Luciano Langenauer, habían pasado por la red social Tuenti, por la plataforma de vídeo en streaming’Youzee —también cerrada— o por la casa de apuestas por Internet 888. Además de fundadores, hoy forman parte del proyecto desde distintos países. Así, hay gente trabajando desde España, desde Israel o desde Polonia. “Somos amigos a distancia”, explica Vega, “la clave es pensar en el otro y comunicarse” y su forma de trabajo tiene que ver con organizar esta comunicación por temas y no por “hilos infinitos de correo electrónico”.
La plantilla, formada casi en su totalidad por perfiles técnicos, “todo lo que no es tecnología, está externalizado”, cuenta Vega, la conforman “perfiles disruptivos que buscan constantemente soluciones nuevas”. Cuenta con 18 trabajadores fijos, de los cuales 10 trabajan desde otros países. Trambién da trabajo a diez personas más a tiempo parcial por cuenta propia.
Además de dar valor al rendimiento desde casa, la filosofía de trabajo respira el ambiente de las startups norteamericanas. “Creemos en ese sentido de la responsabilidad, que cada cual sepa lo que tiene que hacer, pero que esté motivado para producir”. Y para ello, en la oficina de las Torres a la hora de comer y en la sala de juntas se practica yoga. “Todo el mundo tiene buenas ideas”, defiende Vega, “sólo hay que hacerles sentir a gusto y dejarles pensar para que eso que aprenden quieran compartirlo”.
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