El parón nuclear francés impide que la luz baje un 6% en España
La demanda francesa eleva a cotas históricas la exportación de electricidad española al país vecino
El parón nuclear que sufre Francia por la revisión de 21 de las 58 centrales nucleares que existen en el país ha elevado la exportación de electricidad desde España a cotas históricas de entre 2.000 y 2.800 megavatios (MW) de forma continua durante las últimas semanas. Esta situación ha repercutido de forma directa en el precio del mercado mayorista y, en consecuencia, ha supuesto que el recibo de la luz en España no se haya reducido en torno al 6%, que es lo que habría bajado si no hubiera existido esa circunstancia excepcional, según reconocen fuentes oficiales del sector.
Francia, que es tradicionalmente un exportador neto de electricidad a sus países vecinos, se ha convertido en importador por la decisión de la Autorité de Sûreté Nucléaire (ASN), el consejo nuclear francés, de revisar las centrales nucleares por el temor fundado de que los generadores de vapor y las piezas de acero que los componen concentren una cantidad de carbono superior a la permitida. El parón ha obligado a importar energía de los países vecinos para compensar el déficit que supone tener paradas casi la mitad de las nucleares (21 de 58), una fuente de energía de la que Francia es absolutamente dependiente ya que supone el 70% de la generación eléctrica del país. Los trabajos de inspección, además, pueden durar entre 12 y 18 meses, según los cálculos.
La energía que está recibiendo de España estas semanas (entre 2.000 y 2.800 megavatios) a través de las cuatro interconexiones existentes en la actualidad equivale a la producción de dos o tres centrales nucleares. Pero, esa capacidad es escasa para lo que se considera necesario y es ahora cuando se han visto las deficiencias derivadas, en gran parte, del remoloneo que durante años han mantenido las autoridades francesas ante las peticiones de los sucesivos Gobiernos españoles de aumentar esas conexiones. Una mayor capacidad de interconexión con España habría permitido a Francia importar más y hacer más fluido el mercado, como ya lo hace también con Alemania, principalmente.
Subida del precio
En todo caso, la repercusión en el precio es ineludible. El mercado spot (al contado) francés sufre los efectos. En la hora punta del pasado martes (entre las siete y las ocho de la tarde, que es cuando más coinciden los hogares en el uso de la electricidad) el precio se disparó hasta 874 euros MW/hora y en estos días se ha situado de forma habitual en torno a los 80 euros, según las fuentes consultadas.
Las consecuencias se reflejan en el recibo de la luz, pero no solo de los ciudadanos franceses. También los consumidores españoles lo sufren, ya que las limitaciones de suministro francés, unidas a la escasez de lluvia y viento, ha llevado a poner a funcionar en España fuentes de generación más caras, como el carbón y el gas, lo que provoca que el precio se encarezca inevitablemente.
El mercado mayorista ha llegado a un precio de 60 euros por MW/hora, niveles récord de los últimos años, cuando unas semanas antes estaba por debajo de 50 euros, que es lo normal en esta época del año. En Alemania subió también de forma considerable hasta acercase a los 40 euros y, en algunos casos, a los 50. El precio mayorista repercute en un 40% en el denominado precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC), que ha pasado en octubre y noviembre a unos 13 y 14 céntimos cuando en septiembre estaba entre 11 y 12 céntimos. En condiciones normales, según las fuentes consultadas, el precio, que ahora está a los niveles del año pasado, habría bajado en torno al 6%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.