Bruselas cierra el litigio de los créditos fiscales a la banca española

La Comisión Europea da por cerrado el litigio de los créditos fiscales a la banca, que los servicios de Competencia han estado investigando como una posible ayuda de Estado ilegal. La comisaria del ramo, Margrethe Vestager, confirmó este martes que España, Italia, Portugal y Grecia —los cuatro países que empleaban un modelo cuestionable a ojos de la Comisión— han ofrecido ya soluciones satisfactorias. “Es positivo para el contribuyente y para la competencia en el sector bancario”, valoró la comisaria en un comunicado.

Aunque la jefa de Competencia ya había anunciado al ministro de Economía, Luis de Guindos, su intención de concluir la investigación tras los cambios normativos aprobados en España, sus palabras sobre los cuatro países cierran oficialmente el caso, iniciado en abril de 2015. Vestager recelaba de los llamados DTA, unos créditos fiscales que los bancos obtienen a cuenta de lo ya abonado y que permiten futuras rebajas en el impuesto de sociedades (por pérdidas anteriores, provisiones o pagos a planes de pensiones de empleados). Las entidades financieras lo computan como capital de máxima calidad. Pero el problema radicaba en que el Estado avalaba, sin coste para los bancos, esos DTA.

Tasa del 1,5%

Para sortear esas objeciones el Gobierno español aprobó, en septiembre de 2015, un esquema por el que las firmas seguirán considerando capital de primera 28.000 millones de los que tienen en créditos fiscales solo si abonan una tasa del 1,5% sobre parte de estos activos. Esta tasa supone unos 419 millones de euros.

Italia ha aprobado un modelo similar, mientras que en Grecia y Portugal los bancos deberán remunerar al Estado con acciones si este les garantiza los DTA.

La Comisión reprochaba a España que estas garantías, a expensas del contribuyente, se ofrecían incluso a bancos que no habían realizado en los últimos años ningún pago por el impuesto de sociedades. Tras la alarma que desató en el sector la posibilidad de verse privados de esas cantidades como capital de máxima calidad, Bruselas ha aceptado una solución menos traumática de lo esperado.