México liberará el precio de la gasolina en 2017
La apertura del mercado de los combustibles será gradual y por regiones territoriales
El precio de los combustibles en México será liberado a partir de enero de 2017. La comisión de Hacienda del Congreso mexicano ha aprobado la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto para abrir, el próximo año, el mercado de la gasolina y el diésel de forma gradual. Este es uno de los pasos más visibles de la reforma energética, aprobada en 2013, porque toca a todos los consumidores de combustibles en México. La propuesta original planteaba que hasta enero de 2018 se dejaría que los precios fueran determinados por el mercado, pero la crisis de Petróleos Mexicanos (Pemex), la principal importadora de gasolinas, ha acelerado los planes.
El Congreso ha determinado que la liberación de los precios de la gasolina se hará por regiones geográficas y de forma escalonada. La Comisión Reguladora de Energía (CRE) será la encargada de determinar en qué zonas de México se dejará a los precios flotar según la oferta y la demanda. Y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) evaluará si en esas regiones existen condiciones para que los distribuidores ofrezcan diversos precios.
Los lugares donde el precio de los combustibles no sean liberados estarán sujetos a las tarifas máximas fijadas por la Hacienda mexicana. El plan contempla que en 2018 todo el país entrará en el libre mercado de la gasolinas y que diferentes compañías de energéticos competirán por vender su combustible entre los mexicanos. Aunque el Gobierno mexicano tiene grandes expectativas sobre la apertura del mercado de las gasolinas, las compañías que están interesadas en participar han señalado que tener precios competitivos aún es complicado ante la gran carga fiscal para las gasolinas y su compleja distribución.
Petróleos Mexicanos (Pemex), la petrolera estatal, es la única compañía con la capacidad para producir e importar los refinados en México. Tras 76 años como el monopolio de la industria energética mexicana, Pemex posee todavía buena parte de la infraestructura para almacenar y transportar hidrocarburos. Los empresarios que han comenzado a incursionar en el mercado de las gasolinas compran el combustible a la petrolera con precios que incluyen cerca de un 40% en cargas fiscales. Algunas compañías como Oxxo, Hidrosina y Petroseven han desarrollado modelos de venta de gasolina donde las tiendas de alimentación captan la mayor parte de sus ingresos, mientras los combustibles se venden a los mismos precios que en el resto de las estaciones.
Los precios de las gasolinas en México en los últimos dos años han estado sujetos a la decisión de la Hacienda mexicana. Cada mes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha anunciado un precio máximo que se obtiene de calcular las necesidades de ingresos para el Estado, las condiciones internacionales del entorno petrolero y la inflación. Durante 2015, este sistema jugó en favor del Gobierno mexicano y los precios descendieron ligeramente, pero ante la estabilización del precio del crudo en 2016 las tarifas llegaron hasta la barrera más alta.
“La gente irá entendiendo que los precios de las gasolinas así como pueden subir también pueden bajar”, señaló en julio el subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher, cuando el ascenso de los precios eran inevitables. Durante octubre, los combustibles se han vendido en una franja de entre los 0,75 dólares y los 0,80 dólares por litro, los precios más altos de este año. El aumento en el coste de la gasolina aún no se ha trasladado a la inflación, pero los analistas prevén que al final del año los mexicanos sentirán los altos precios de los combustibles en el consumo de otros productos.
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