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La Comisión Europea pone coto a los trucos fiscales de 6.000 multinacionales

Bruselas propone crear una cláusula antiabuso obligatoria para firmas con ingresos de más de 750 millones, con límites a los arreglos intragrupo

Claudi Pérez
Una tienda de Apple en la Quinta Avenida de Nueva York
Una tienda de Apple en la Quinta Avenida de Nueva YorkDON EMMERT (AFP)

Los últimos escándalos obligan a Europa a poner coto a los trucos fiscales de las multinacionales. La Comisión Europea presentará en unos días una iniciativa para armonizar las bases fiscales en la UE. Parte de las propuestas estaban sobre la mesa desde hace un lustro, pero el momento político ha cambiado: Bruselas propone crear una cláusula antiabuso obligatoria para firmas con ingresos de más de 750 millones, con límites a los tejemanejes entre filiales del mismo grupo. Se busca evitar otro caso Apple, que paga tipos impositivos del 0,1% en Dublín.

“Las reglas actuales para los impuestos que pagan las empresas ya no sirven”, admite la Comisión Europea en dos documentos que presentará a finales de este mes y a los que ha tenido acceso EL PAÍS. “Las divergencias entre los impuestos de los Estados miembros han permitido planificaciones fiscales agresivas durante la última década”, añade el texto, en una descripción impecable de lo que han hecho Apple en Irlanda, Starbucks en Holanda y Amazon en Luxemburgo para ahorrarse cientos de millones de euros en impuestos en plena crisis fiscal europea.

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Bruselas ha actualizado —y endurecido— una propuesta de 2011 que nunca encontró el apoyo de los socios y que duerme el sueño de los justos desde hace un lustro. Y quiere lío: los planes del Ejecutivo europeo pasan por armonizar las bases imponibles y hacer mucho más difícil los trucos fiscales a las empresas con ingresos de más de 750 millones de euros, unas 6.000 multinacionales, según las fuentes consultadas.

Bruselas ha diseñado una cláusula antiabusos con límites a las deducciones por el pago de intereses y un mayor control sobre las operaciones con las filiales en varios países, en línea con la directiva contra la elusión de impuestos de julio. La nueva normativa controlará los cánones y otros precios pactados en operaciones dentro de un mismo grupo, que ahora permiten a las multinacionales reducir al mínimo de forma perfectamente legal sus pagos a Hacienda.

El objetivo declarado es que las grandes corporaciones paguen sus impuestos allá donde obtienen sus ingresos, algo que ahora no sucede. Junto con el endurecimiento para las multinacionales, la Comisión ofrece ventajas a las pequeñas empresas, start-ups, firmas de tecnología y a las compañías que inviertan en I+D, con deducciones de hasta el 50% hasta 20 millones de euros en los gastos en investigación, que pueden ser del 100% para las firmas de nueva generación.

Alza de la recaudación

Europa quiere poner coto a varios lustros de cambalaches fiscales perfectamente legales (y algunos no tanto, a la vista de las investigaciones de Competencia). Bruselas persigue que con la nueva propuesta se compliquen los acuerdos secretos de las multinacionales —los denominados tax rulings— con las agencias tributarias de países como Luxemburgo, que ha llegado a ofrecer tipos impositivos inferiores al 1% a miles de empresas que a veces solo tienen en el Gran Ducado un apartado de correos.

Las dos directivas, además, endurecen la posibilidad de pactar altos precios entre filiales de un mismo grupo para minimizar el pago de impuestos. Buena parte de esas iniciativas ya aparecían en la legislación propuesta en 2011, pero varios socios bloquearon su aprobación durante años, con Irlanda y Reino Unido a la cabeza.

La Comisión espera grandes beneficios relacionados con esas medidas. No cuantifica el incremento de la factura fiscal, pero sí augura aumentos de la inversión del 3,4% y un incremento del empleo del 0,6%. Bruselas, sin embargo, no se atreve aún con la puesta en marcha de un tipo impositivo mínimo del impuesto de Sociedades: las fuentes consultadas apuntan que eso sería meterse en una competencia exclusiva de los todavía Veintiocho. Pero el autor de la propuesta sabe dónde dispara: “Para los Estados miembros es cada vez más difícil luchar contra las prácticas fiscales agresivas que erosionan las bases imponibles”, y por ende merman la recaudación.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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