La economía europea deja atrás los riesgos de deflación
La inflación se sitúa en el 0,4% en septiembre, aún muy lejos del objetivo del BCE


El BCE, probablemente la institución que mejor parada sale de la Gran Recesión en Europa -o quizá la única que no sale del todo mal-, tiene un mandato único: mantener una inflación cercana al 2%. Lleva cuatro años de severos incumplimientos, que le han obligado a activar medidas extraordinarias. Eurostat, la agencia estadística de la UE, dio este lunes al Eurobanco una pequeña alegría: la inflación anual de la zona euro se situó en el 0,4% en septiembre, muy lejos del listón del 2% pero por encima del 0,2% de agosto. Los índices de precios del club del euro dejan atrás el fantasma de la deflación.
Los niveles muy próximos a cero durante tanto tiempo son la muestra más evidente de que Europa sigue aún con serios problemas. Pero esa cifra permite revisar al alza las previsiones del BCE, y por lo tanto hace más difícil una ampliación del programa de compra de activos, al que se oponen los halcones del consejo de gobierno, con Alemania a la cabeza. Empieza a hablarse justamente de lo contrario: de una retirada paulatina de los estímulos, aún improbable porque, a pesar de la mejoría, el 0,4% de la inflación está muy lejos de las metas de Mario Draghi y compañía.
Los precios más altos de los restaurantes y los alquileres impulsaron la inflación en septiembre. La energía y los alimentos suben también con fuerza. Ante la volatilidad de esas rúbricas, el BCE suele fijarse últimamente en la denominada inflación subyacente (sin alimentos y energía), que lleva cinco meses con alzas del 0,8%. Es decir, más de un punto por debajo del objetivo incluso con esa medición.
En toda la Unión, la inflación se situó también en el 0,4% en septiembre. Pero los precios siguen en territorio cero o negativo en nada menos que 11 países: España, Rumanía, Holanda, Grecia, Polonia, Irlanda, Dinamarca, Chipre, Eslovaquia, Croacia y Bulgaria. En ese último país la deflación golpea de lo lindo, con caídas de los índices superiores al 1%. Bélgica y Estonia, en cambio, alcanzan ya las cifras con las que sueña el BCE, en torno al 1,8%.
"El BCE revisará al alza sus previsiones en diciembre", aventuran los analistas de Oxford Economics. "Draghi podría mostrar un tono más positivo que en sus últimas comparecencias, pero a la vez alertará de que la política monetaria debe seguir siendo expansiva durante un tiempo para anclar las expectativas". El Eurobanco está en ebullición: fuentes del BCE confirman que Fráncfort está estudiando los próximos pasos del QE (quantitative easing, el programa de compras). Los analistas esperan movimientos: una rebaja de las compras mensuales (situadas en 80.000 millones de euros), pero a la vez la posible ampliación del final del programa, previsto para marzo, a la vista que para entonces la inflación no estará, ni de lejos, en el sacrosanto 2%.
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Sobre la firma

Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.