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España se queda atrás en la lucha por reducir el riesgo de pobreza en la UE

Las personas en peligro de exclusión vuelven en los Veintiocho a niveles precrisis mientras en España sigue por encima

Una voluntaria sirve comida a un grupo de personas sin recursos en el comedor de Cáritas en Ourense.Foto: atlas | Vídeo: EFE / ATLAS
Álvaro Sánchez

La salida de la crisis ha dejado en España una fractura más profunda que en el resto de Europa. Mientras el riesgo de pobreza en los Veintiocho volvió a niveles precrisis el año pasado, en España la tasa se mantiene en el 28,6%, casi cinco puntos por encima respecto a 2008, lo que en cifras se traduce en que hay casi 2,5 millones de personas más al borde de la exclusión social, una categoría en la que Eurostat incluye aquellos hogares con ingresos inferiores al 60% de la mediana del país —667 euros al mes para los que cuentan con un único adulto en el caso de España—.

Recuperación y crecimiento son términos omnipresentes en el vocabulario económico de los últimos tiempos. Suenan menos precariedad y pobreza, pero los datos de Eurostat publicados este lunes muestran que ni el avance del PIB rima siempre con el fin de la desigualdad, ni su menor uso les exime de existir. Las heridas de la Gran Recesión aparecen en España en forma de riesgo de pobreza, que desde el inicio de la crisis solo ha aumentado con mayor virulencia en dos países de la UE, Grecia y Chipre, los únicos que se han asomado al abismo del corralito financiero. En ambos han crecido un 7,6% y un 5,6% respectivamente los ciudadanos en peligro de exclusión social frente al 4,8% de España según Eurostat.

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En el otro lado de la balanza, la agencia estadística europea indica que el número de españoles en riesgo de pobreza se ha reducido frente a 2014 en seis décimas. Pero pese a la mejora, Madrid está aún lejos de cumplir con los objetivos para 2020 que establece la UE: casi cuatro millones de personas deben aliviar su precaria situación económica para que los niveles de exclusión social bajen hasta los 9,4 millones de ciudadanos que ha fijado Bruselas como meta para España.

Los países del Este, principales receptores de fondos comunitarios en los últimos años, han sido los que más han reducido los niveles de riesgo de pobreza desde 2008 encabezados por Polonia, Rumanía y Bulgaria, si bien estos dos últimos Estados son los que albergan más personas que viven en condiciones cercanas a la exclusión social. En el lado opuesto, la República Checa, Suecia, Finlandia y Holanda cuentan con el porcentaje más bajo de habitantes en situación de desamparo.

La salida de la crisis sigue un ritmo desigual entre los socios comunitarios. La eurozona recuperó el PIB previo a la crisis en mayo, ocho años después del comienzo de las turbulencias financieras, pero países como España aún no han alcanzado esa cota. Sin embargo, el crecimiento no siempre va aparejado a la reducción de las desigualdades. Las dos principales potencias económicas, Alemania y Francia, han reducido el riesgo de pobreza en ese periodo, pero en el caso germano lo ha hecho muy ligeramente y mantiene a un 20% de la población en esa situación pese a contar con una tasa de desempleo próxima a mínimos históricos que ronda el 6%, lo que quiere decir que el modelo de minijobs mantiene dentro de esa categoría a millones de alemanes.

Trabajar ya no es sinónimo de prosperidad para todos los europeos: el 15,4% de los empleados a tiempo parcial y el 7,8% de los que tienen una dedicación a tiempo completo no llega a alcanzar los estándares comunitarios para escapar del riesgo de pobreza.

En total, 118 millones de europeos —el equivalente a la población de España, Italia y Portugal—  conviven con la incertidumbre financiera. Entre los datos más desoladores del informe, Eurostat  señala que un tercio de los habitantes de la UE no puede hacer frente a gastos financieros imprevistos y una de cada tres familias monoparentales está en riesgo de pobreza, la misma situación en que se encuentran dos de cada tres niños con padres que no han superado los estudios de secundaria.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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