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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Qué pasa con la rentabilidad de los fondos de pensiones?

Los profesionales de la industria de gestión de activos debemos cumplir con nuestra responsabilidad

Maravillas Delgado

Habitualmente el último trimestre del año es el que las grandes entidades financieras dedican a los fondos de pensiones. Este esfuerzo comercial viene casi siempre acompañado de multitud de eventos, conferencias y publicaciones con una temática común: la jubilación y nuestra preparación financiera para afrontarla. El ahorro se convierte en una urgencia de final de año, obviando que lo más sensato para el inversor es realizar aportaciones periódicas.

Las conclusiones de casi todos estos eventos, charlas o publicaciones son parecidas. Por un lado, siembran una cierta intranquilidad sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Algo que sin duda es comprensible, y más teniendo en cuenta la evolución de las variables de referencia demográficas, del mercado laboral, etcétera. Pero la campaña del miedo, aunque éste tenga sólidos fundamentos, no tiene por qué —o no debe— ser la motivación del inversor. La segunda conclusión importante de la mayoría de los comentaristas y analistas es que hay que ahorrar más. Algo que sin duda compartimos. Pero no nos podemos quedar ahí.

El ahorro precaución significa renunciar a un consumo inmediato para poder realizarlo el día de mañana. El ahorro previsión añade una expectativa de poder obtener algo más el día de mañana. La precaución en un Estado del bienestar pierde protagonismo frente a la previsión. Queremos que nuestro ahorro crezca, y estamos dispuestos a asumir ciertos riesgos en el corto plazo para lograr nuestro objetivo a largo plazo. Renunciamos a un gasto superfluo (cenar fuera hoy) para dedicarlo a un mejor fin el día de mañana (los estudios de nuestros hijos). ¿Está el sector del ahorro colectivo devolviendo adecuadamente ese esfuerzo al inversor?

Hay una obligada autocrítica dentro del sector de gestión del ahorro de terceros en fondos de pensiones: la rentabilidad. La rentabilidad es el incentivo que debemos ofrecer a los potenciales ahorradores. Y esa rentabilidad llega a través de una alineación de intereses a largo plazo entre gestores y partícipes. Pablo Fernández, profesor del IESE, publica en su último informe sobre rentabilidades de los fondos de pensiones que la rentabilidad obtenida por la media del sector a 15 años era del 1,58%. ¿Podemos pedir a nuestros potenciales inversores que realicen el esfuerzo de ahorrar para dedicar su dinero a producir un 1,58% anual durante 15 años? Sinceramente, creo que no. Más aún cuando la realidad obliga a la industria a justificar por qué más del 40% de los productos ni siquiera logra cubrir el incremento del coste de la vida en los últimos 10 años. De ahí la incapacidad para generar interés sincero (al margen de campañas) en los fondos de pensiones.

Nuestra industria de fondos de pensiones está orientada al corto plazo. Somos uno de los países que mayor parte de su ahorro a largo plazo dedica a la renta fija. ¿Tiene sentido invertir gran parte de nuestros ahorros a largo plazo en un activo como los bonos gubernamentales, que en el mejor de los casos nos devolverá la cantidad invertida? Me cuesta creerlo. Como inversores nos gusta que nuestro dinero trabaje para nosotros, que al menos se esfuerce tanto como nos hemos esforzado nosotros en conseguirlo. Si ahorramos, exigimos rentabilidad.

Olvidémonos de los jamones, las cacerolas y los viajes al Caribe. Lo que necesita nuestro sistema privado de pensiones es rentabilidad. Y no nos hagamos trampas al solitario: para obtener rentabilidad hay que invertir a largo plazo, y eso significa asumir volatilidad en periodos cortos de tiempo.

Los profesionales de la industria de gestión de activos debemos cumplir con nuestra responsabilidad fiduciaria. Hagamos lo que sabemos que es mejor para nuestros partícipes a largo plazo. Salgamos de la comodidad que supone evitar pérdidas temporales a corto plazo y afrontemos la realidad. Es la rentabilidad la que nos ayudará a fomentar el ahorro. Lo demás son cuentos.

Beltrán de la Lastra es director de inversiones de Bestinver.

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