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Los consejeros de las ‘black’ dicen que era su sueldo pero que no controlaban los gastos

El fiscal cuestiona cómo podía ser un salario si no tenía acceso a los extractos de la tarjeta

El exsecretario de Estado de Hacienda y exvicepresidente de Caja Madrid, Estanislao Rodríguez-Ponga, a su llegada hoy a la Audiencia Nacional.
El exsecretario de Estado de Hacienda y exvicepresidente de Caja Madrid, Estanislao Rodríguez-Ponga, a su llegada hoy a la Audiencia Nacional.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

El juicio contra los 65 acusados por apropiación indebida con las tarjetas de black de Caja Madrid y de Bankia sigue su curso en la Audiencia Nacional. En la sesión de este miércoles declararon dos exsecretarios de Estado con el PP, Estanislao Rodríguez-Ponga, de Hacienda, y José Manuel Fernández Norniella, de Comercio y Turismo. Tanto ellos como los otros cinco acusados, todos consejeros, explicaron que el dinero de las tarjetas era de libre disposición para sus gastos relacionados con la caja y una retribución para compensarles por su dedicación a la entidad. Es decir, que lo podían gastar en asuntos personales.

Sin embargo, el fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, insistió a todos ellos que si era una retribución personal, cómo era posible que no controlaran los gastos, ya que dijeron que no recibían los extractos de la tarjeta. La única excepción fue Ignacio de Navasqües, quien afirmó que, desde el principio, incluyó su tarjeta de consejero en la banca por internet de Caja Madrid. "Controlaba todo lo que gastaba con esa tarjeta, como lo hacía con otras que tenía de la entidad. Mi tarjeta no era oculta, la podía ver el director y el empleado de mi oficina". 

Estas afirmaciones causaron extrañeza incluso en otros consejeros que declararon posteriormente, ya que aseguraron que ellos nunca pudieron acceder a sus gastos. Luzón insistió en esta falta de control "sobre un dinero que están declarando que era suyo". "¿Por qué no cambiaron este sistema?", preguntó el fiscal. Rodríguez-Ponga se limitó a decir que era "el sistema de las tarjetas en Caja Madrid durante 18 años... y funcionaba así. Lo admití. Lo más que podía saber era el saldo, porque el extracto se enviaba al titular, que era Caja Madrid".

Luzón también preguntó por la imposibilidad que tenía tanto la caja como el consejero de reconocer si el gasto lo hacía otra persona, ya que ninguna de las dos partes podía comprobarlo de forma efectiva. "¿Qué podía pasar en caso de fraude?", dijo Luzón: "Mala suerte. No lo sé, quizá podría haber reclamaciones por cargos indebidos", respondió Rodríguez-Ponga.

Esta peculiar situación incluso provocó que el exconsejero socialista, Ramón Espinar, dijera: "Nunca llegué a usar el máximo autorizado para que no me llamaran la atención. Dejé de consumir unos 4.000 euros sobre lo que tenía asignado". Afirmó que llevaba "una contabilidad doméstica" y que recibió el dinero (178.399 euros) por la especial dedicación a su trabajo en el seno de la entidad: "Yo no soy un chorizo. He tenido que ahorrar para poder devolver el dinero", afirmó con rotundidad.

Esta falta de control sobre los extractos sirvió al fiscal para rebatir a los acusados cuando todos ellos sostuvieron que los cargos que les ha atribuido Bankia no eran correctos. "¿Cómo puede negar que el cargo de 8.000 euros en el Hipercor no es suyo si no tenía extractos? ¿Le parece razonable tener este sistema de retribución?", volvió a preguntarle a Rodríguez-Ponga, que negó los gastos atribuidos por Bankia.

Imposible entregar recibos

Esta falta de claridad en el sistema de tarjetas choca con otro de los argumentos más reiterados por los acusados. Los siete exconsejeros coincidieron en que la única norma que les explicaron al entregarles la tarjeta es que no se pasaran del límite mensual y anual establecido. Como no podían acceder a los gastos, varios de los que declararon el miércoles, así como alguno que lo hizo el martes, como José Antonio Moral Santín, comentaron que fueron guardando recibos en su casa. Sin embargo, al cabo de un tiempo acumulaban tantos que decidieron llevarlos a Caja Madrid. La entidad, dijeron, les insistió en que no tenían que justificar los gastos y que no trajeran los comprobantes.

Así lo argumentaron el exsecretario general del PP de Madrid, Ricardo Romero de Tejada, el exconsejero en representación del PSOE, José María de la Riva, o el exvicepresidente de la caja, Ramón Espinar. Romero de Tejada indicó que "durante 18 años hizo uso de la tarjeta" sin ningún problema, dentro del límite establecido, y solo en dos ocasiones le llamó el secretario general para advertirle de que había llegado al límite: "Algo que agradecí mucho y dejé de gastar hasta el siguiente periodo", zanjó.

Entre los supuestos errores de las tablas de gastos elaboradas por Bankia están cargos "inexplicables", como dijo De la Riva, que citó el aparcamiento de dos coches en el mismo sitio a la misma hora o dos suscripciones a un mismo periódico. "Todavía no tengo la habilidad de comer en un restaurante en San Sebastián y a los cinco minutos poner gasolina en Alcobendas", destacó.

"Vilipendiados por los medios"

Entre las críticas a Bankia y a la auditoría interna destacó el discurso de Navasqües, quien afirmó que el informe era de muy mala calidad. Hasta el punto de decir que no era un informe sino un PowerPoint. El exconsejero en representación de la Confederación de Cuadros de Caja Madrid calificó de "verdaderamente injusto" que los 65 ex altos cargos y directivos sean "objeto de escarnio público", basándose en un informe que Bankia que calificó de "lamentable".

Navasqües aseguró que han sido "vilipendiados" por los medios de comunicación desde que comenzó la investigación por el uso de las tarjetas black y añadió que el informe de auditoría de Bankia está plagado de contradicciones. Y fue aún más lejos: "Si lo que se quiere es decir que actuábamos ilegal e ilegítimamente, entiendo el informe de auditoría, porque se rebuscó en toda la caja a ver qué se podía encontrar en contra de los directores", dijo el acusado ante el tribunal, al que aseguró que, si fuera letrado de la acusación particular, nunca hubiera hecho uso de ese documento.

Norniella también se sintió injustamente tratado y dijo venir a esta sesión con actitud "humilde", aunque se sintió "humillado" cuando fue a prestar declaración al Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional. El ex secretario de Estado de Comercio pronunció estas palabras visiblemente emocionado. 

Norniella, que se enfrenta a una petición de tres años de cárcel y una multa de 71.000 euros, se ha referido también a la devolución de las cantidades gastadas: por un lado reintegró 175.400 euros de su tarjeta de Caja Madrid, y por otro devolvió la cantidad que recibió ya en Bankia, 9.700 euros. El exsecretario de Estado con Rato ha dicho que retornó dichas cantidades para evitar mayor escándalo. También aseguró que renunció a la indemnización por su salida de Bankia, que era de 200.000 euros, y criticó que el banco le permitiera devolver los 9.000 euros gastados después de haber renunciado a tanto dinero.

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