La Reserva Federal agita al mercado con su doble lenguaje
Lockhart pide una discusión seria sobre el alza de tipos en la próxima reunión mientras Kashkari asegura que no es urgente actuar
Wall Street se muestra muy sensible ante cualquier comentario que hacen los miembros de Reserva Federal, que se reúnen el 20 y el 21 de septiembre en medio de un intenso debate sobre el curso que debe seguir la política monetaria. Dennis Lockhart, presidente de la Fed de Atlanta, ha evitado pronunciarse sobre lo que espera sucederá. Eso, no quita, añadió, que haya “una discusión seria” sobre si se justifica el alza de tipos y el cambio de política monetaria que se inició con la crisis financiera en 2008. Considera que la economía está cerca de los objetivos.
“No parece que haya gran urgencia para actuar en este momento”, añadió desde la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari. Sus palabras, justo antes de que arranque el periodo de silencio que se aplica a los miembros de la Fed, contribuyeron a calmar los ánimos en el parqué. Aunque coindice en asegurar que que la economía está encarrilada para crecer con moderación, señala que le gustaría ver más avances del lado de la inflación. El alza de precios está estancada en el 1,6% anual tras descontar la energía y los alimentos.
El viernes la situación se complicó cuando el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, dijo que es apropiado hablar de elevar los tipos de una forma gradual. Su opinión era relevante porque se había mostrado hasta ahora contrario a elevar el precio del dinero. Pero entiende que esperar mucho más tiene el riesgo de que puede recalentar la economía. Eso se interpretó como que el próximo movimiento se acerca. Lo que no indicó es si apoya que se sea en septiembre ni este año.
Aunque todos estos comentarios crean confusión, también revelan que la Fed está deseando subir de nuevo los tipos y va buscando pruebas para justificarlo. La presidenta Janet Yellen ya dijo en el simposio de banqueros centrales en Jackson Hole que durante los últimos meses se reforzaron los argumentos para dar el segundo paso hacia la normalización de la política monetaria. Pero también dijo que cualquier decisión estará vinculada a los datos disponibles en cada reunión.
El gobernador Daniel Tarullo sugirió la semana pasada que lo mejor sería esperar a tener más signos de que la inflación crece. La gobernadora Lael Brainard, vista por muchos como la próxima secretaria del Tesoro si Hillary Clinton gana las presidenciales, cerró la tanda intervenciones urgiendo que cualquier decisión se haga con prudencia. Su temor es que al subir los tipos de forma prematura, se cierre la puerta a una ulterior mejora del mercado laboral.
En plena cacofonía de mensajes que llegan desde el seno de la Reserva Federal, los grandes grupos financieros tratan de restrar dramatismo a los efectos del alza de tipos. Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan Chase, comentó también este lunes que un alza de un cuarto de punto en el precio del dinero es como "calderilla". Cree que la economía tiene la solidez necesaria para soportarlo y de paso, eso, le servirá para elevar los ingresos.
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