La alcaldía de Bogotá “denuncia y lamenta” el abuso sexual de dos niños indígenas embera que estaban bajo su protección
El alcalde Carlos Fernando Galán le pide a la policía “hacer lo necesario para capturar al responsable y hacer que pague ante la justicia”
La noticia se repite una y otra vez. Sin embargo, parece que nadie puede hacer nada para evitarla. Los niños indígenas de la comunidad embera que llegaron a Bogotá desplazados de sus territorios por el conflicto armado han padecido todo tipo de violencias desde hace meses. Hambre, frío, estigmatización, hacinamiento, mutilaciones genitales y enfermedades comunes que, por falta de atención, se vuelven mortales. Desde 2021 han fallecido 24 niños y niñas embera en la ciudad. La última víctima fue una bebé de tres meses, que un día de julio amaneció sin signos vitales, acostada en una hamaca, en el Parque Nacional. Ahora, como si fuera poco, se suma la violencia sexual. La alcaldía ha denunciado en la mañana de este viernes la violación y el abuso de dos niños indígenas que estaban bajo su protección.
El alcalde Carlos Fernando Galán ha lamentado el abuso de los menores con un mensaje en su cuenta de X: “Esta noticia me duele profundamente. De los 4 niños de la comunidad Emberá de los que teníamos reporte anoche por presunto abuso sexual, confirmamos que 3 fueron abandonados por su familia en Bogotá y 2 de ellos fueron víctimas de abuso sexual”. El mandatario, además, ha anunciado que las autoridades distritales interpusieron una denuncia penal ante la Fiscalía y activaron la respectiva ruta con el ICBF para atender a las víctimas. “Le he pedido a la Policía Metropolitana hacer lo necesario para capturar al responsable y hacer que pague ante la justicia”. Galán insiste en que seguirán trabajando para que la comunidad Emberá, asentada en los albergues de La Rioja y La Florida, pueda retornar a su territorio, como ocurrió con quienes estaban en el Parque Nacional.
Los dos menores víctimas de violencia sexual viven desde hace meses en la Unidad de Protección Integral de La Rioja, en el centro de Bogotá. Este lugar es uno de los ocho centros de cuidado del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud de la alcaldía. Según la página oficial, esta UPI fue diseñada para atender a jóvenes. Sin embargo, desde hace meses es el hogar de cerca de mil indígenas embera.
La alcaldía ha anunciado en un comunicado de prensa que los cuatro niños están al cuidado de las autoridades y siendo valorados en el Hospital Santa Clara. “Es importante resaltar que tres de los menores, de diez, trece y catorce años (hermanos) manifiestan que sus padres se encuentran hace dos meses fuera de Bogotá”, se lee en el documento.
En el comunicado de prensa, la Alcaldía de Bogotá afirma que “no tolerará más abusos ni violaciones a los derechos de los menores de edad”, quienes son sujetos de especial protección constitucional. “Por eso, se han adelantado en las últimas semanas espacios de diálogo con los líderes de la comunidad Emberá que habita en la UPI y se ha puesto en marcha una estrategia de acceso a la oferta social de infancia de Integración Social, como es el caso del Centro Amar que atiende en promedio a 50 niños, niñas y adolescentes de La Rioja”.
Este caso se suma a las denuncias de mutilación genital femenina de las que han sido víctimas dos niñas indígenas embera este año en Bogotá. Una de ellas tiene 13 años y la otra contaba con apenas 23 días de vida al momento de sufrir la práctica. De acuerdo con la información compartida por la Secretaría de Salud de la capital, ambos casos fueron reportados porque presentaron dificultades médicas y tuvieron que ser asistidas con urgencia en centros de salud, por riesgos de anemia e incluso muerte. La entidad estima que en 2023 hubo 90 casos de ablación en Colombia, el único país de América Latina en el que se practica.
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