Carlos Fernando Galán: “Voy a enfocarme en construir acuerdos, superar peleas y dar resultados rápido”

Carlos Fernando Galán (Bogotá, 46 años) cumple su primera semana como alcalde electo de Bogotá. La campaña terminó con su victoria del domingo pasado con el 49% de los votos, un resultado más contundente de lo anticipado, pero su agenda mantiene un ritmo frenético. Durante la semana visitó las obras de la primera línea del metro de Bogotá –motivo de sus desencuentros con el presidente Gustavo Petro–, se reunió con la alcaldesa Claudia López, con la comandante de la policía metropolitana y también con varios de sus rivales. Entre ellos Juan Daniel Oviedo, segundo en los comicios, una postal refrescante en tiempos de incesante polarización. El jueves, al instalar formalmente la mesa de empalme, apareció por primera vez en cuatro meses sin la emblemática chaqueta roja que vistió durante toda la campaña. “No es la misma siempre, hay cinco”, dice risueño en el arranque de esta entrevista, a la que acude de camisa blanca y blazer, sin corbata. Su serenidad contagiosa se mantiene intacta. “Ahí la tengo, la última que usé está en la lavandería, pero esa chaqueta va a estar presente”, añade.

Pregunta. ¿Cómo avanza el empalme con los equipos de la alcaldesa Claudia López?

Respuesta. Bien, ha sido fluido. Hablamos desde muy temprano el lunes de construir una metodología y presentamos los equipos el jueves. Yo mismo voy a coordinar el empalme, voy a estar metido de cabeza, pero voy a tener un grupo de ocho personas que me van a ayudar por dimensiones de la administración. Unas mujeres con experiencia, en Bogotá y a nivel nacional, con conocimiento técnico. Percibí una actitud positiva de la alcaldesa. Le pedí, además de los informes contemplados en el proceso de empalme, que nos ayudara con algunos temas que preocupan, estratégicos para Bogotá. Tienen que ver con el sistema de transporte público, el fondo de estabilización tarifaria, el relleno sanitario, con el metro –línea 1, línea 2 y también lo relativo a la línea 3–, los cables de Bogotá, los retos en educación para garantizar que los colegios que se están construyendo tengan maestros…Yo percibo un proceso que va a ser cordial, fluido, franco, que nos va a ayudar mucho. Eso es positivo para Bogotá.

P. Designó a ocho mujeres para estar al frente de temas sectoriales en el empalme. ¿Ellas van a estar en su gabinete?

R. Es posible que algunas de ellas estén, no hemos hablado ni definido eso. Por ahora estamos enfocados en hacer el mejor empalme posible y tener las mejores herramientas para tomar las decisiones. En el curso de las próximas semanas empezaré a anunciar los nombres.

P. ¿El mensaje es que el equipo de Gobierno va a tener un acento femenino?

R. Sin duda. No solamente por un compromiso que adquirí en campaña, sino porque tengo la convicción de que necesitamos el liderazgo de muchas mujeres en Bogotá.

P. Tuvo palabras elogiosas para todos sus adversarios, esta semana se reunió con Juan Daniel Oviedo, Diego Molano, Jorge Luis Vargas y Rodrigo Lara. ¿Planea un encuentro con Gustavo Bolívar, el candidato del presidente Petro?

R. Sí, espero poderme reunir también con Gustavo Bolívar. Yo he dicho que quiero recoger ideas positivas de todos los candidatos. Destaco cosas que planteó, a pesar de las diferencias que tuvimos, por ejemplo, el tema de apostarle a una ciudad bilingüe. Eso es necesario, lo tenía también en mi propuesta, quiero fortalecerlo y hablar con él sobre esos temas en los que podríamos coincidir. Además, soy consciente de que él logró conectar y transmitirles a unos sectores de la población joven de Bogotá una visión.

P. ¿Su triunfo es una oportunidad para reivindicar la política más allá de los outsiders y los antipolíticos? ¿Se define como un político?

R. Creo que tenemos que devolverle el sentido a la política. Es una herramienta extraordinaria. Por muchos casos que hemos vivido, en el mundo y en nuestro país, la hemos rechazado como herramienta. Y es un error. Lo que hay que diferenciar es cuando se hace política bien hecha, que construya consensos, que tenga la capacidad de tomar decisiones con base en información sustentada, que tenga además la capacidad de reconocer errores, de destacar aciertos en los demás… Bogotá necesita eso. Parte de los problemas que tenemos es porque no hemos tenido la posibilidad de ver la política así en nuestra ciudad. La convertimos en un campo de batalla y no en un escenario de búsqueda de consensos y diálogo. La llegada nuestra al Gobierno representa un respeto por ese tipo de política.

P. ¿La campaña dejó heridas abiertas con el presidente Petro?

R. Hubo unas dificultades evidentes, públicas, lo manifestamos, no podemos negar que eso ocurrió por la actitud que tomó el Gobierno en las últimas semanas, particularmente. Tenemos diferencias frente a la visión de lo que hay que hacer en nuestra ciudad, de lo que hay que hacer para enfrentar retos en seguridad. Pero yo tengo una responsabilidad de sentarme a trabajar con el Gobierno y no quedarme pensando en esas heridas de campaña, sino más bien en cómo podemos trabajar y articular con el Gobierno nacional. Estoy listo para hacerlo.

P. ¿Se siente un contrapeso del presidente de la República?

R. No, creo que es la expresión democrática que la ciudadanía quiso poner sobre la mesa, de que el país tiene que construir colectivamente. Hay cosas que le gustan de lo que ha hecho el presidente, cosas que no. La ciudadanía al apoyarnos tuvo en cuenta inquietudes frente a proyectos que afectan a Bogotá, como el metro. Y eso debo tenerlo en cuenta, tengo un mandato de los ciudadanos para defender la institucionalidad bogotana.

P. ¿Cómo será su relación con Jorge Rey, gobernador electo de Cundinamarca al que usted ha denunciado en el pasado?

R. De respeto, por lo que significa la decisión de los cundinamarqueses de elegirlo. Voy a tener diálogo con él, sin lugar a dudas, es mi responsabilidad. Además, soy respetuoso de las instituciones, de las decisiones que ha tomado la justicia en esos casos. Tenemos que impulsar la región metropolitana. Esa va a ser una de las apuestas clave porque toca temas de infraestructura, de transporte, de seguridad, de seguridad alimentaria y económicos también.

P. ¿Su victoria vuelve a posicionar al maltratado centro político como una opción de poder en Colombia?

R. Yo sí creo que está demostrando que podemos unir, a partir de un sector político que no sea un sector tibio que no tenga capacidad de asumir posiciones. Que recoge, como lo vieron en la campaña, ideas positivas de la centroderecha, de la centroizquierda, y construye a partir de ahí.

P. ¿Cómo se reconstruye la esperanza de los bogotanos, como se ha propuesto?

R. Con varios elementos. Uno es hablar con la verdad, la transparencia, decirle a la gente lo que se puede y lo que no se puede hacer. Es muy importante mostrar la capacidad de construir acuerdos, superar peleas y dar resultados rápidos en lo que se puede. Voy a enfocarme en eso. Para que la ciudadanía sienta que esos acuerdos llevan a algo, que realmente representen cambios en política pública e impacto directo en la calidad de vida de la gente.

P. En su discurso de la noche de elecciones mencionó la seguridad, la movilidad –a través del metro– y la lucha contra el hambre. ¿Esos son los tres principales desafíos de su mandato?

R. Esos son los ejes, que tienen muchos componentes y se conectan entre sí. Por ejemplo, el tema de la actividad económica en Bogotá, la generación de empleo, la relación con el sector privado, va a jugar un rol en los tres frentes. La seguridad va a permitirnos un ambiente propicio para la inversión, para la actividad económica. Obviamente mejorar la infraestructura y trabajar para que esta ciudad se mueva, va a ser clave. Y la lucha contra el hambre y la situación de pobreza. Con la alcaldesa mirábamos el impacto que tuvo la pandemia, y la ciudad aún no se ha recuperado, no ha vuelto a cifras pre-pandemia en términos de pobreza. Eso requiere de políticas de choque, pero también de una visión de largo plazo.

P. ¿Cuál le gustaría que fuera el gran legado de su Alcaldía?

R. El legado principal al que aspiro es que la gente diga que en nuestro Gobierno se recuperó la confianza en la ciudad. Que se iniciaron unos procesos que llevaron a resolver los problemas, pero a partir de recuperar la confianza que se perdió.

P. Ha puesto mucho énfasis en reconocer los aciertos ajenos, lo que los demás gobernantes han hecho bien. ¿Qué ha hecho bien Claudia López?

R. La alcaldesa tomó una decisión acertada al apostarle a reconocer un problema estructural en nuestra sociedad, y es la falta de reconocimiento a lo que significan las labores de cuidado no remuneradas en nuestra ciudad. Tenemos 1.200.000 mujeres en Bogotá que cumplen labores de cuidado no remunerado. El sistema distrital de cuidado reconoce eso y toma medidas para enfrentar lo que significa, para romper las barreras que genera para el desarrollo del proyecto de vida de las mujeres en Bogotá. Me gusta, es un acierto, lo hemos hablado en el empalme y vamos a apostar a fortalecerlo y crecerlo.

P. ¿Y qué ha hecho bien Gustavo Petro como presidente de Colombia?

R. Ahí está un poco más difícil, le confieso. Creo que el presidente Petro supo interpretar una intención de cambio, pero ha tenido grandes dificultades para traducir eso en hechos concretos. Está decepcionando. Yo le valoro al presidente su preocupación por la problemática social de este país, coincido en que este es un país con graves problemas de desigualdad y de pobreza, pero debo decir que su fórmula para enfrentarlo es equivocada. Es bueno para diagnosticar, pero malo para recetar.

P. Dejó claro en campaña que pedía el voto por usted, por Carlos Fernando Galán. Ahora que ganó, ¿se siente liberado para hablar más de la figura de su padre? Dijo en su discurso que sentía una responsabilidad con Luis Carlos Galán.

R. La siento, porque soy consciente de la frustración que significó para muchos colombianos su muerte, su asesinato. Y de que muchos vivieron estos 34 años con la esperanza de que esas ideas pudieran llegar algún día a gobernar. A mí siempre me inspirarán esas ideas; soy consciente de que ha cambiado mucho el país, la ciudad, pero hay elementos básicos de lo que significa hacer política, de la forma de hacer política, que siempre estarán ahí. Y me generan obviamente un compromiso muy grande, una ayuda, un apoyo, una inspiración, pero también un peso inmenso, porque las expectativas son muy altas. Me toca dedicarme a estar a la altura y lo voy a hacer cada segundo.

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