El impulso de Carlos Fernando Galán deja en el aire la inédita segunda vuelta para Bogotá

La carrera por la Alcaldía Mayor de Bogotá, con una segunda vuelta en el horizonte por primera vez, tiene un claro favorito. Carlos Fernando Galán se ha consolidado a la cabeza de las encuestas, con una diferencia que a horas del domingo de elecciones le abre la puerta a una victoria en primera vuelta que hace apenas unos días se antojaba improbable. Después de volcarse a convencer indecisos en el último fin de semana, el candidato del Nuevo Liberalismo se mantiene en todas las mediciones muy por encima de Gustavo Bolívar, el candidato del presidente Gustavo Petro, al que por primera vez supera el independiente Juan Daniel Oviedo en la medición de Atlas Intel divulgada este viernes. Ese último envión ayuda al exdirector del DANE en su lucha contra los llamados al voto útil para definir la contienda.

Para evitar la novedosa segunda vuelta, un candidato debe al mismo tiempo alcanzar el 40% de los votos y tener una ventaja de más de diez puntos sobre el segundo. En las más recientes mediciones de GAD3, Invamer y el Centro Nacional de Consultoría (CNC), Galán cumple las condiciones para ganar en primera, mientras que en la de Guarumo rasguña esa posibilidad. En la de Atlas Intel se queda un poco más atrás, en el 37,4% de votos válidos, mientras que Oviedo aventaja en décimas a Bolívar –23,8% sobre 23,4%, en lo que es considerado un empate técnico–. Sin embargo, el margen de error de todas las encuestas impide sacar una foto nítida.

Cumplir en simultáneo las dos condiciones no es nada fácil, y menos en un escenario tan fracturado, con nueve candidatos de todos los colores. Los antecedentes en Bogotá, con una tradición de más de 20 años eligiendo alcaldes que sean un contrapeso político al presidente de turno, indican que con esas reglas solo uno de ellos habría sido elegido en lo que va de siglo sin necesidad de segunda vuelta –Samuel Moreno en 2007–.

Galán, aunque tardó en formalizar su aspiración, era desde el comienzo el rival a batir. Hace cuatro años perdió por poco con la alcaldesa Claudia López, pero ya entonces obtuvo más de un millón de votos. En el camino, ha conseguido reagrupar al centro político después del naufragio en las presidenciales del año pasado, apuntaló apoyos clave desde distintas orillas ideológicas, mantuvo su promesa de no polarizar a Bogotá y llega impulsado a la recta final. Pero es muy cuidadoso en evitar el triunfalismo. “No es fácil, obviamente que quisiera ganar en primera vuelta, pero soy consciente de que es muy complejo y estoy preparándome para enfrentar una eventual segunda vuelta”, dijo a este periódico cuando lo acompañó en campaña.

El propio Galán saludaba la inédita segunda vuelta como una herramienta que busca unir a Bogotá para que no salga un alcalde con un mandato precario, muy limitado, como ocurrió en el pasado, con alcaldes que tuvieron solo un tercio de la votación. “Va a obligar a los candidatos a que no se dediquen a dividir y a agredir, sino a construir consensos… Quien se dedique en una primera vuelta a agredir, a dividir, atacar, a solamente pensar en egos, no tendría ninguna posibilidad de unir a la ciudad en una segunda vuelta”, le dijo a EL PAÍS en una entrevista el día que anunció su candidatura.

En la recta final abundan los llamados al voto útil para decidir la contienda. Algunos de los diversos apoyos que han decidido subirse al ‘Expreso Galán’ –que van desde el exalcalde Lucho Garzón hasta la exministra Cecilia María Vélez– lo han hecho con la perspectiva de dar un empujón para que la Alcaldía se defina este domingo. Así lo hizo incluso el congresista liberal Juan Carlos Losada, a pesar de ser uno de los autores de la ley para instaurar la segunda vuelta. “Vamos por esa victoria en primera vuelta, ahorrémosle esa plática a la ciudad”, dice la representante Catherine Juvinao, del partido Alianza Verde, en el video con el que adhirió a Galán este viernes.

A excepción de Bolívar, que cuenta con el voto de izquierdas más leal a Petro, y de Oviedo, que madrugó a lanzarse como independiente y logró el reconocimiento temprano que necesitaba, los demás candidatos nunca despegaron, anclados en cifras de un solo dígito. Ni el exministro de Defensa Diego Molano –particularmente hostil en los debates con Bolívar–, ni los excongresistas Jorge Enrique Robledo y Rodrigo Lara, ni tampoco el exdirector de la Policía Jorge Luis Vargas.

La coalición que propulsó la llegada de Petro al poder no se resigna a perder Bogotá, y la capital se ha convertido en el último salvavidas de un presidente en horas bajas para evitar un revés electoral contundente. “En la Alcaldía de Bogotá nos jugamos la supervivencia del Pacto Histórico”, dijo el propio Bolívar a este periódico al comienzo de la campaña. El candidato, fiel a una idea arraigada en el petrismo, piensa ahora que las encuestadoras manipulan las cifras y así han generado un clima de victoria alrededor de Galán. “Van diciendo mentiras y subiendo a alguno al bus de la victoria impunemente”, ha llegado a afirmar, sin advertir que su perseguidor le pisaba los talones.

Oviedo –con el tardío guiño de Claudia López– no da su brazo a torcer. El exdirector del DANE no oculta su frustración por los llamados para terminar la elección en primera vuelta, una tendencia que amenaza con lastrar su aspiración. “Segunda vuelta sí va a haber”, asegura. “Las cifras no mienten. Esto no se resuelve este domingo 29 de octubre. Ese día es una etapa fundamental de la democracia para un reencuentro el próximo 19 de noviembre”, argumenta, aferrado a la esperanza de colarse en ese ballotage en el sprint final.

En el caso de que Bogotá en efecto estrene la segunda vuelta, Galán hasta ahora luce imbatible en esa instancia. Con su posicionamiento más al centro, explican los analistas, puede cosechar votos de los candidatos eliminados. En esos escenarios, todas las encuestas son favorables para el candidato del Nuevo Liberalismo, y desfavorables para el del Pacto Histórico, por márgenes amplios. A pesar de sus intentos por suavizar su imagen, Bolívar aún despierta resistencias, con unos niveles de rechazo que le ponen un techo bajo. Los estudios de percepción coinciden en que el negativo más alto lo tiene el candidato de Petro, lo que lo deja sin espacio para crecer. Oviedo, por su parte, pierde ante Galán –aunque es un rival más competitivo– y le gana a Bolívar –por un margen más estrecho– en la combinación más improbable.

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