Papel para tiritas y aviones
El fabricante vasco de ‘film’ siliconado Itasa llega con sus productos a Malasia y México
A simple vista, un sobre, una tirita, una pegatina y una compresa no tienen a priori nada que ver entre sí, pero esconden cierto parentesco. Tienen en común el papel siliconado, un material de uso efímero sin el cual no serían lo mismo. La empresa familiar Itasa comenzó hace 42 años a fabricar las láminas adherentes, al principio solo en papel y ahora también con material film, que recubren una gama amplísima de productos. Es muy común su aplicación en soportes tan ordinarios como las cintas autoadhesivas, las etiquetas o en material de serigrafía, pero en los últimos tiempos ha evolucionado de tal forma que ahora también se emplea para el sector de la aeronáutica, el eólico o la medicina.
Itasa comenzó a fabricar papel siliconado en 1974 y hoy es líder indiscutible en España, el tercer actor en importancia en Europa y aspira a situarse entre las cinco empresas más potentes del mundo en su segmento. Para ello, la compañía radicada en Andoain (Gipuzkoa), con una facturación de 66 millones de euros en 2015 y el 85% de sus ventas en el exterior, ha decidido apostar por la expansión internacional con su implantación en México y la compra de la empresa Akronn de Malasia. Es un paso al frente con el que pretende reforzar su presencia en los mercados americano y asiático, afirma su director general, Olivier Lavaud. En esta nueva fábrica Itasa tiene previsto producir tanto papel como film siliconado.
Comenzaron a fabricar en 1974 y hoy son la tercera empresa europea del sector
Todos los años pasan por las instalaciones de Itasa 35.000 toneladas de papel en bobinas gigantes que cortan a la medida que necesita el cliente y a las que después aplica la silicona (un gramo por cada metro cuadrado de papel). Ese papel es el que después se pega en las solapas autoadhesivas de los sobres, las compresas, los paneles de aislamiento para la construcción o en las espumas que insonorizan los vehículos, entre otros muchos soportes.
“Hacemos un papel pegado a las necesidades del cliente”, ilustra Lavaud, que acaba de tomar las riendas de esta empresa familiar que fundaron los Pagola y Arocena. La segunda generación ha decidido mantenerse en cargos relevantes del consejo de administración y dar el relevo de la dirección a un nuevo equipo de profesionales.
Lavaud sostiene que el crecimiento consolidado de Itasa “no solo se refleja en el aumento de un 40% de la cifra de negocio en los últimos años, sino también en una decidida política de inversión, que ha permitido disponer de tecnología de vanguardia en siliconado e impresión”. La compañía cuenta con 142 empleados en su sede principal tras contratar a 10 trabajadores en 2015. La plantilla se completa con 20 operarios en la fábrica de México y otros 19 en la recién adquirida en Nilai, próxima a Kuala Lumpur.
Compras para crecer
Cronología
1974. La empresa instala su primera máquina de siliconar en Andoain (Gipuzkoa). Durante las tres décadas siguientes se instalarán dos más.
2007. Itasa duplica el tamaño de su fábrica. En 2014 volverá a expandir sus instalaciones en Andoain para ampliar sus actividades de I+D.
2015. Comienza la internacionalización de la compañía con oficinas en México y Tailandia. Al año siguiente, compra la malasia Akronn.
En los últimos años la compañía ha realizado inversiones de 30 millones de euros para adquirir maquinaria de última generación que le permiten alcanzar una capacidad productiva de 600 millones de metros cuadrados anuales de papel. El año pasado fabricaron 450 millones de metros cuadrados, una cantidad suficiente para empapelar 45.000 campos de fútbol. Del total de sus ventas, 50 millones se obtuvieron en el mercado europeo (Francia, Alemania, Inglaterra e Italia, principalmente), otros 10 millones en Estados Unidos y el resto, en Asia, Oriente Medio y Latinoamérica.
La demanda de papel siliconado crece todos los años un 5%, y en una proporción mayor aún en Asia. Por eso Itasa ha puesto el foco en aquellas latitudes, donde quiere convertirse en “un productor global”. “Tenemos que aprovechar las oportunidades que ofrece el crecimiento orgánico que se está dando en Asia”, afirma el director general. Con una mejora del 23% en los resultados desde 2013, Itasa espera cerrar este año con unas ventas de 72 millones y sobrepasar los 80 millones en el año 2018.
Itasa ha fortalecido su negocio en los últimos tiempos, apunta Lavaud, “fabricando los productos a la medida del cliente” y tras adentrarse en nichos de mercado “con alto valor añadido”. Es el caso de la industria aeronáutica. La firma vasca prepara los recubrimientos en papel siliconado para proteger las piezas de fibra de carbono que emplea Airbus para ensamblar sus aviones más modernos. “Nuestro papel siliconado toca piezas sensibles de los aviones y debe ajustarse perfectamente a los severos requerimientos de Airbus y Boeing. No podemos fallar, nos exigen una calidad máxima”, remarca el responsable de Itasa.
Lo mismo sucede con las láminas que recubren las palas de los aerogeneradores, los palos de golf o los aparatos electrónicos. Un ejemplo de las múltiples aplicaciones del papel siliconado es el entorno de los teléfonos móviles: un iphone, por ejemplo, se compone de piezas con adhesivo que requieren siete metros cuadrados de papel siliconado. Otro nuevo campo que está explorando Itasa es el de la medicina, asegura Joseba Zugasti, su director comercial. “Las empresas farmacéuticas ya están desarrollando una fórmula consistente en aplicar el medicamento en un adhesivo que el paciente se coloca sobre la piel”. Ese apósito deberá ir protegido por papel o film siliconado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.