Los expertos dudan de que los test reflejen las debilidades de la banca
Los exámenes de la EBA no han tenido en cuenta la llegada de los tipos negativos ni el Brexit que han acelerado la caída de ingresos de los bancos
Los test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) han medido la fortaleza del capital de las entidades hasta 2015. Los hechos posteriores, como la llegada de los tipos negativos y el Brexit, han acelerado la caída de ingresos de los bancos, cuyos resultados están mermando hasta junio. Los expertos admiten que la banca está más capitalizada que en 2014, como dice el test, pero creen que no refleja los nuevos problemas ni los activos tóxicos ocultos en los balances. Recuerdan que el Popular ha aprobado el test, pero en junio tuvo que ampliar capital para elevar las provisiones inmobiliarias.
Los test de estrés europeo viven bajo el estigma de que no garantizan que la salud de la banca sea duradera ni detectan grandes agüeros del sector. Ambas circunstancias han ocurrido en el pasado. Las últimas pruebas presentadas el viernes pasado por la EBA han tratado de evitar este problema, pero la velocidad a la que suceden los acontecimientos en 2016 se lo ha puesto difícil.
Los responsables de la EBA comentaron durante la presentación de resultados que eran conscientes de que la influencia de hechos como el Brexit habían quedado fuera, pero afirmaron que la dureza de las condiciones del escenario estresado eran comparativamente similares.
Pero no solo ha llegado el Brexit, sino las menores perspectivas de crecimiento económico, los problemas del petróleo, la enfermedad contagiosa de la banca italiana (que ha sembrado dudas en todo el sector europeo) y los tipos negativos que aparecieron en febrero. Esto ha sido lo peor porque ha traído “el convencimiento de que esta situación se puede prolongar hasta 2020, algo inimaginable hace unas fechas”, apunta Carmelo Tajadura, exalto directivo bancario y experto en análisis del sector.
Fernando de la Mora, director general para España y Portugal de la firma de servicios globales Alvarez & Marsal, cree que tardan tanto en hacerse las pruebas “que aparecen nuevos riesgos que no se reflejan en los resultados. Se quedan viejas por la rapidez a la que aparecen nuevos retos para la economía”.
Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, recuerda el informe del Fondo Monetario Internacional de junio pasado, en el que se afirmaba que “la prolongación en el tiempo de los bajos tipos, o su entrada en terreno negativo, será muy perjudicial para la banca. Está claro que este nuevo escenario no está reflejado en las pruebas de estrés”. Este experto recuerda que los bancos tienen aparcados en el BCE entre depósitos y exceso de reservas, un total de 900.000 millones, “lo que demuestra que no tienen a quién prestar la liquidez y eso supone menores ingresos”.
La prueba es que Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell, Popular y Bankinter, los bancos del Ibex 35 han ganado 6.667,2 millones hasta junio, un 26% menos. Solo Sabadell y Bankinter han elevado el beneficio y todos reflejan los problemas para elevar los ingresos.
Otra cuestión es si en los test se reflejan completamente los activos tóxicos inmobiliarios. “El problema es que se estresan balances con pérdidas ocultas. Esto se resuelve con supervisión in situ y obligar a clasificar créditos malos y provisionarlos. Y después los estés test serán útiles”, apunta el economista José Carlos Díez. “Ahora los tipos 0% son un problema adicional ya que no generan margen para sanear esas pérdidas ocultas. No todos los bancos tienen problemas pero, al no sanear los que sí los tienen activos malos, contagian las dudas a todo el sector y están tan castigados en Bolsa. Los inversores no se creen los balances”, añade Díez.
En esta situación enmarcan lo ocurrido con el Popular, que ha obtenido un 6,62% de ratio de capital estresado sin tener en cuenta la ampliación de 2.500 millones que hizo en junio. Con este dinero, llega al 9,95%. El banco amplió capital por la presión del mercado y de los supervisores, pero no se ha reflejado en test. Fernando de la Mora admite esta paradoja, aunque recuerda que “por los activos dañados, el Popular ha quedad el tercero según capital face in. Los test son imperfectos pero son útiles”, resume. Tajadura añade: “No son una previsión ni algo mágico”. Eso está claro.
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