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La falta de sanciones descoloca a la izquierda radical portuguesa

El Bloco de Esquerda había pedido un referéndum en el caso de alguna sanción de Bruselas

El ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Augusto Santos Silva.
El ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Augusto Santos Silva.RAFAEL MARCHANTE (REUTERS)

La noticia de que no habrá sanciones a Portugal, cuando hasta el optimista primer ministro había anunciado ayer que sí las habría, ha descolocado la estrategia política de los partidos de la izquierda radical, imprescindibles para que el partido socialista siga gobernando.

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La noticia fue recibida con alegría por Augusto Santos Silva, ministro de Asuntos Exteriores, que tardó menos de media hora en dar una conferencia de prensa: "Es una buena noticia para Portugal, para Europa, para el espíritu europeo y para la construcción europea", dijo

Su alegría no ha sido correspondida por sus socios parlamentarios, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista que, con la misma celeridad, hablaron en las escalinatas del parlamento, escenario habitual de las comparecencias. En ambos casos, los dos portavoces incidieron más en la injusticia que hubieran supuesto unas sanciones y en la intromisión de Bruselas en la soberanía de Portugal, que en la buena noticia.

Tanto PC como Bloco son contrarios a la Unión Europea, piden la salida del euro y la renegociación de la deuda. En el caso del Bloco, su líder Catarina Martins había anunciado que las sanciones serían "una declaración de guerra" y que pediría un referéndum para salir de Europa si había sanciones. Una iniciativa que el presidente de la República desechó porque, recordó, constitucionalmente no puede haber referendos sobre acuerdos ya tomados.

Mientras, el ministro Santos Silva recordaba que la razón estaba "de nuestro lado", los sacrificios hechos en el pasado y los argumentos presentados en Bruselas, el portavoz comunista João Oliveira insistía en la "inadmisible" injerencia de Bruselas en la soberanía de Portugal. "Se mantiene el proceso de presión y chantaje", sobre Portugal, añadió.

"Reconocemos que es un paso positivo", dijo el portavoz del Bloco, Pedro Filipe Soares, "pero falta ganar la batalla, porque tenemos en setiembre un debate difícil sobre la posibilidad de suspensión de los fondos comunitarios".

Para el portavoz del centrista PSD, Miguel Morgado, "imperó el sentido común" y dio por terminada la polémica sobre las cuentas de 2015, periodo en el que gobernó su partido.

En contrapartida a la falta de sanciones, la Comisión Europea exigirá a Portugal que rebaje el déficit de este mismo año al 2,5% del PIB frente al 3,2% del pasado, dos décimas que eran el argumento europeo para las sanciones. El nuevo objetivo es, incluso, un alivio para el Gobierno de António Costa, pues en su propio presupuesto se había marcado un déficit del 2,2%, algo que ya, a mitad de año, se sabe que no va a cumplir; el 2,5%, quizás.

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